Viejo Barrilito, de Hugo Diz, es un poema del gran poeta rosarino, dedicado al legendario lugar nocturno de Rosario a mediados de 1950. Artista polifacético, Diz también incursionó en la dirección de cine, la plástica y la interpretación de música popular, rubro en el cual grabó discos de tango. Con textos suyos, y junto a su amigo Litto Nebbia, grabó el disco “La virtud del día”, editado por Melopea. Como letrista de tangos, también escribió «Tristeza en los andenes», una de las canciones que forman parte de un disco grabado con música de Litto Nebbia.
EL BARRILITO, DE ROSARIO
A continuación una colaboración del Sr. Fernando Simonetti, gracias al aporte que hiciera la secretaria de la Junta de Historia de Rosario señorita Viviana Marini Gesé:
Estimado César: Transcribo información brindada por nuestro miembro de número, el Sr. Fernando Simonetti:
El Barrilito era el nombre con que se conocía al bar/boliche que estaba donde nace la calle Sargento Cabral, justo en la esquina, frente a la fuente y frente al puerto. Duró muchos años. Era frecuentado por trabajadores del puerto, por otros no tan trabajadores y señoritas con una moral reñida con los puritanos.
Ese es el Barrilito que yo conocí , no sé si es al que se refiere el señor. Fue cerrado durante la intendencia de Miguel Angel Culaciati a requerimiento del obispo de Rosario Monseñor Antonio Caggiano.
Digamos para ambientarnos que el piso no se lavaba nunca, las mesas estaban sucias y las minutas había que tener hambre para comer eso. Aún así siempre estaba lleno de gente, especialmente de las nueve de la noche en adelante.
Adjunto fotografía publicada en Historias de Nuestra Región, La Literatura II, Rosario y el sur de la provincia de Santa Fe, Tomo II, Fascículo Nº 18, Santa Fe, 1999.
Lamentablemente no he podido rastrear otros datos. Espero que éstos sean de utilidad. Saludos. Viviana Marini Gesé
Viejo Barrilito, es un poema de Hugo Diz, es un canto nostálgico y evocador que nos transporta a la esencia de los recuerdos.
VIEJO BARRILITO
Viejo Barrilito,
¿dónde estás ahora?
¿En qué rincón del mundo
se esconde tu memoria?
Tus ojos, dos luceros,
brillaban como el alba,
y en tus manos curtidas
guardabas la esperanza.
Recuerdo tus historias,
tus cuentos de batallas,
las risas compartidas
y las penas calladas.
Viejo Barrilito,
tu voz aún me susurra,
como un eco lejano
que el viento lleva y trae.
Tus pasos en la arena,
tu risa contagiosa,
las tardes de guitarra
y las noches estrelladas.
Viejo Barrilito,
te fuiste sin aviso,
dejando en mi corazón
un vacío impreciso.
Pero sé que en algún rincón,
donde el tiempo no existe,
sigues siendo el mismo,
el amigo que nunca se olvida.
Viejo Barrilito,
hoy te canto en silencio,
como un verso perdido
que busca su destino.
Que tu memoria perdure,
como un vino añejo,
y que en cada brindis
te lleve conmigo.
¡Salud, Viejo Barrilito!
Diz con Néstor Marconi Trío (Musicalizan e INTERPRETAN, modificando la letra):
César J. Tamborini Duca
Académico Correspondiente para León
Academia Porteña del Lunfardo
Cuantos boliches de este tipo había en los barrios porteños, en aquellos años 40/50, donde se charlaba, se tomaba el aperitivo, se jugaba al truco, al mus, al tute cabrero, y había broncas risas, y anécdotas para la semana… La barra se juntaba allí apara salir hacia el «picado» del sábado el el domingo, contra otro equipo de barrio… y por las noches pasaba algún cantor, guitarrista, bandoneonista… que tocaba dos o tres temas , pasaba el platito y seguía su yiro por otros boliches…