Con permiso, soy el tango
el de requiebros floridos
y del amor fementido…
cuyas letras voy cantando.
Juan José Minatel –Juanjo para los que nos honrábamos con su amistad- era un personaje tanguero por afición, “villoldiano” por connubio con su amada Rosalía Villoldo, pero por sobre todas las cosas cultivador honesto de la amistad. Una recíproca relación de afecto nos acercó mucho en breve tiempo, y gozábamos a partes iguales de similares aficiones, entre las que no puedo obviar el humor con el que nos divertíamos mutuamente, que afloraba en su lenguaje con asiduidad.
Director de la Revista Digital Rosas de Otoño donde volcaba su voracidad tanguera, en ella insertó hace un tiempo un reportaje sobre Alberto Podestá, y le manifesté que también yo tenía escrito un artículo sobre el personaje en cuestión que en cierto modo complementaba el suyo, y que cuando lo incluyera en mi página se lo enviaría de inmediato. El inimaginado poco tiempo que sobrevivió a ese compromiso me impidió que cumpliera con el mismo. Vaya en su lugar el artículo en cuestión como un sincero y emotivo homenaje que quiero brindar a su memoria. Querido amigo, para vos que también tenías “alma de bohemio”.
En esta ocasión les hablaré sobre lo que en mi concepto es una verdadera joya musical y poética del tango, “Alma de Bohemio”. Entre sus diversas interpretaciones podemos mencionar una muy buena a cargo de Alberto Castillo con la orquesta de Ricardo Tanturi, pero en realidad alcanza su culminación como obra maestra en la versión de la orquesta Francini-Pontier con Alberto Podestá, que luce su voz en todo su esplendor en esta memorable página de Juan Andrés Caruso con música de Roberto Firpo.
Alberto Podestá nació en la provincia de San Juan el 22 de septiembre de 1924, siendo su verdadero nombre Alejandro Washington Alé Podestá. En 1939 sin cumplir aún los 15 años se instala en Buenos Aires junto a uno de sus hermanos y conoce a Roberto Caló en la confitería “Paradise”. Este le hizo una prueba en la que cantó los tangos “La Mariposa”, “Cosas Olvidadas”, “Martirio” y “La que murió en París” y como resultó satisfactoria Roberto le prometió presentarle a su hermano Miguel Caló, que necesitaba un vocalista tras la deserción de Mario Pomar. Incorporado a la orquesta de éste, debutó con la misma en el cabaret “Singapur”, situado en la calle Montevideo entre Sarmiento y Corrientes.
Los primeros tangos que grabó con Miguel Caló lo hizo con el pseudónimo de Juan Carlos Morel, siendo “Percal” uno de los temas más ambiciosos de esta etapa. En la orquesta de este Director participaban grandes figuras de la interpretación musical, por lo que era conocida como la “Orquesta de las Estrellas”; mencionaremos a Enrique Mario Francini y a Armando Pontier porque con el tiempo serían sus grandes amigos, sus “hermanos de vida” como destacara en un reportaje; con ellos tuvo una larga trayectoria profesional. En esta agrupación también actuaban Osmar Maderna y Domingo Federico.
El violinista Enrique Mario Francini y el bandoneonista Armando Pontier, virtuosos en sus respectivos instrumentos, fueron además excelentes directores, debutando con su propia orquesta en 1945, unión que se prolongó 10 años. Vocalistas de excepción como Julio Sosa, Raúl Berón, Roberto Rufino y Alberto Podestá pusieron su voz a la orquesta. Podestá cantó a dúo con “El Varón del Tango” –de quien fue íntimo amigo- el tema “El Hijo Triste”. Otras interpretaciones con esta orquesta fueron “La Cumparsita”, “Sin Palabras”, “Margó”, “Qué me van a hablar de amor”, pero la lista sería muy extensa para mencionar todas sus obras.
Actuó en Radio el Mundo, donde se emitía el programa “Ronda de Ases” en el que participaban diferentes orquestas con sus vocalistas, entre otras Osvaldo Fresedo, Aníbal Troilo, Ricardo Tanturi y Carlos Di Sarli; el aplauso del público decidía cual había agradado más, y en una de esas audiciones el ganador fue Alberto Podestá con el tango “Al compás del corazón”.
En 1951 debutó como solista en Radio Splendid; también actuó en Radio Belgrano, y fue vocalista en otras importantes orquestas, entre las que merece mención especial su participación en la orquesta de Carlos Di Sarli, quien fue el que consideró más apropiado el apellido materno, y a partir de entonces fue conocido durante toda su trayectoria profesional como Alberto Podestá. Con esta orquesta debemos destacar sus grabaciones de “Nada” y “Al compás del corazón”. Otro de los grandes Directores y Compositores que lo contaron como cantor en su orquesta fue el bandoneonista Pedro Laurenz, con el que grabó “Garúa” y “Alma de Bohemio”.
En sus aproximadamente 500 grabaciones contó con el acompañamiento de otros prestigiosos directores de orquesta: Alberto Di Paulo, Luis Stazo, Leopoldo Federico, Jorge Dragone y entre sus interpretaciones, además de las nombradas anteriormente, podemos mencionar “Percal”, “Nido Gaucho”, “Cómo le digo a la vieja”, “Que nunca me faltes”, “Nunca tuvo novio”, “Rosas de Otoño”, “La capilla blanca”, “Qué falta que me hacés”, “El bazar de los juguetes”. En la década de 1970 –como solista- fue secundado en varias presentaciones por el piano del maestro Mario Valdéz. Y en el Salón Dorado de la Legislatura Porteña, en el año 2007 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
[audio:Alma de bohemio.mp3]
Pero escuchemos este inigualable “Alma de Bohemio” con la orquesta de Francini-Pontier. Los primeros compases de la orquesta se van prolongando de tal modo que hacen suponer que el tema será solamente instrumental, marcando de un modo tan exquisito las cadencias de la letra que uno siente ganas de entrar en ella para cantar el poema; vana ilusión pues de pronto aparece la voz vibrante de Podestá en todo su esplendor y resulta singularmente contradictorio y emocionante “escuchar el silencio” de la orquesta, que se prolonga por unos 20 segundos, mientras el cantor nos deslumbra con un sostenido, interminable, “…cantaaaar, quiero mi fantasía…”. No es un silencio fútil, o forzado, o estrafalario, pues como decía don Atahualpa Yupanqui “Todo sonido se apoya en el silencio, y el que tiene capacidad de silencio la tiene de expresión”. Memorable, digno de escuchar.
ALMA DE BOHEMIO
Letra: Juan Andrés Caruso – Música: Roberto Firpo
Peregrino y soñador,
cantar… quiero mi fantasía
y la loca poesía / que hay en mi corazón,
y lleno de amor y de alegría
volcaré… mi canción.
Siempre sentí / la dulce ilusión
de estar viviendo / mi pasión.
Si es que vivo lo que sueño,
yo sueño todo lo que canto
por eso mi encanto… es el amor.
Mi pobre alma de bohemio
quiere acariciar
y como una flor / perfumar…
Y en mis noches de dolor,
a hablar… me voy con las estrellas
y las cosas más bellas
despierto he de soñar,
porque le confío a ellas
toda mi sed… de amar.
Siempre sentí / la dulce ilusión,
de estar viviendo / mi pasión.
Yo busco en los ojos celestes
y renegridas cabelleras,
pasiones sinceras, dulce emoción.
Y en mi triste vida errante / llena de ilusión,
quiero dar todo / mi corazón.
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Muy buen trabajo César, además este añadido como homenaje a Juanjo Minatel, que me ha emocionado. Y tienes razón al elegir el tema, era/es un alma de bohemio.
Una tarde en LT3 Cerealista de Rosario los tuvimos juntos a Podestá, Jorge Valdéz y Mario Bustos, que hacían una gira juntos. Éste último era muy expansivo y comentaba con toda libertad cuanto se le ocurría. Estábamoa pasando este tango y le dijo a Podestá que nadie podía hacer ese «peregrino y soñador» para el que, efectivamente, parece haber nacido como a propósito. Lo que hablábamos fuera del micrófono era tan valioso o más, a veces, que lo dicho frente a él, donde se cuidan más las expresiones. De paso: tres excelentes muchachos, dos porteños y el otro sanjuanino, maravillosos. Un abrazo
Cesar, que bonito poder recordar a un amigo con este sentimiento.
Ya quisiera yo que a mi me sucediera.
Gracias por compartirlo.
beatriz pichi malen, Mapuche
UNA PIEZA DE ANTOLOGÍA!!!
La nota, como siempre, profunda, completa, resume en una carilla una rica vida.
Felicitaciones César.
Como admirador de Alberto Podestá y como coleccionista diré que la mejor grabación de este tema fue la que Alberto realizó con la orquesta de Pedro Laurenz.
Pero gustos son gustos y comprendo que quizás haya personas que no estén de acuerdo con mi opinión.
Atte.
Hebert Fayet.
Le dejo como despedida, mi corazón poeta sobre el lauro bohemio de su imponente trayectoria. Rodolfo Leiro
Gracias Hebert Fayet, como bien dices cada uno tiene su gusto.
Un buen amigo que fuera cantor de tangos con Alfredo de Angelis y conocedor como pocos del ambiente, me advirtió sobre un pequeño error: Alberto Castillo grabó Alma de Bohemio el 6 de mayo de 1949 y la orquesta estaba dirigida por Eduardo Rovira, no por Tanturi. Muchas gracias Roberto Mancini, por permitirme subsanarlo.
Gracias Cesar por compartir toda esta interesante informacion!