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A Don José Gobello
Hoy escribe el poeta pesaroso
las rimas de un soneto lastimero;
y el lamento de un tango verdadero
deja oír el acorde quejumbroso.
Se nos fue don Gobello de este mundo,
eximio gran maestro del lunfardo,
hoy te evoca consternado este bardo
propiciando el recuerdo más rotundo.
Fuiste estrella luminosa que alumbraba
con el brillo inusitado de tu ciencia
con el gesto, la palabra y tu paciencia
los recónditos secretos de un lenguaje;
y hoy discretos, te rinden homenaje
el reaje y el punguista que afanaba.
Un homenaje merecido de Cesar Tamborini Duca, al maestro don José Gobello, que se nos anticipó en el viaje. Queda su obra, su talento y la difusión del lunfardo glorioso. Rindo mi homenaje a don Jose Gobello y acuño mi aplauso al autor de este soneto que dibuja la figura del inmortal maestro.
Así es querido Cesar, se nos fue un grande del «chamuyo porteño»,un gran conocedor de ese «idioma» llamado Lunfardo y que tanto nos caracteriza.- Don Jose no ha muerto, solo ha trasladado su «Academia» al «Barrio de las estrellas».- Mis felicitaciones por tu sentido Soneto.- vasco
Querido Maestro, José Gobello, lo conocí a través de su trabajo y lo que publica todo tango, hace unos años visité también para conocerla la Academia Nacional del Lunfardo, y estuve mirando libros y allí compré un libro del Maestro Selles, sobre parte de la historia del Tango, hace poco también estuve en un evento con Radio de Tango que fue inolvidable y tal vez uno de los homenajes más sentidos a este divino Maestro, en el Día del Lunfardo, muy hermoso el soneto que le dedicaste, me emocionó muchísimo.Nélida Caracciolo
Grande maestro!. Bueno y merecido homenaje desde León, España al padre del lunfardo, y escritor que hizo de la palabra una herramienta para luchar contra el olvido.
Querido César, acompañemos con sentimiento y poesía la marcha de Don Gobello. Un abrazo desde Vigo. Jaime
Hermoso homenaje al maestro.
Se ha ido fisicamente , pero siempre vivira en el corazon de los tangueros
Oportuna la inspiración para decirle adiós a un grande, don José Gobello. Su labor y la de otros amigos del o cercanos al tango. Inició un camino que Rivero fue apuntalando en discos con temas lunfardos. Saludo a los amigos de la Academia Porteña del Lunfardo. Gracias César por este homenaje.
Hay que saber decir adios – y vos César lo sabés de sobra – por lo que aprovecho a colarme respetuosamente en esta poética despedida.
De todas formas – y en lo que a MI respecta – prefiero que me sigas diciendo hola.
Salute Gobello !!!
Querido amigo César, muy bueno tu poema! Felicitaciones!
Desde España, lloras lo que muchos argentinos olvidan!
Gobello, un grande! Figura de la poesía popular, sin dudar, un alto conocedor de nuestro pueblo.
Gracias amigo
JOSE GOBELLO:
Rodolfo Leiro te rinde de nuevo su homenaje, con este flaco soneto en lunfardo, de mi libro «En Lunfa» y que oportunamente fue entregado al Maestro por mi amigo el Licenciado Aníbal Lomba, un admirador y con frecuente visita al genio que se anticipó en la partida:
LA MILONGA
La milonga se armó en lo del Perico
que alquilaba de guapo cacatúa,
depués que salió de la cafúa,
la pieza del pelado Federico.
Arrimó la vitrola cierto tipo,
quinelero de un frate pumarola,
un gaita que vivía a la bartola
con pinta de bacán y rico tipo.
El bochinche empezó con luna llena,
pa olvidarse de deudas y de pena
y finó cuando el sol amanecía
con un grito: ¿Quien se afanó la plata
que guardaba en el fondo de la lata?
No supe que pasó en la taquería.
Rodolfo Leiro
Para el maestro Gobello
Troesma querido le quiero contar
que estoy muy de acuerdo con su chamuyar.
La metamorfosis que usted nos batió
por suerte la runfla también najusó.
No demos boliya a esos pelandrunes
¿qué saben de tango? son muy jilastrunes
Güiraldes bailaba ¿nadie se apioló?
al Marne y Arolas ¿nadie lo escuchó?
Algún “caballero” querrá embalurdar
al tango tan nuestro…no van a afanar.
Quisiera junarlo frente a un milongón
y por paparulo comerse el garrón.
Estamos nosotros para desgrilar
más versos, poemas y así no hocicar.
Por eso troesma le juro por Dios
que todos seguimos este metejón.
Elsa Rossi Raccio