Historia

La semana de Mayo de 1810 y la parda Orma

LA SEMANA DE MAYO DE 1810 y la parda Marcelina Orma

Dedicado al Dr. Norberto Chiviló, abogado, historiador,

Fundador, Director y Redactor

de la Revista “El Restaurador” 

Con motivo del Sesquicentenario (25 de mayo 1810 – 1960) la Editorial Atlántida sacó a la luz en forma de libro un folleto casi desconocido de Vicente Fidel López, libro que fue glosado por el escritor, periodista y poeta Alberto Larrán de Vere. El folleto de López titulado “La Gran Semana de 1810” es una recopilación de cartas de los protagonistas de esos días, halladas en el baúl de la parda Marcelina Orma, que fuera esclava del presbítero Mariano Orma [sabemos que los esclavos, en cognación espiritual de sus amos recibían el apellido de éstos].

Por su parte el Dr. Amaranto A. Abeledo dio a la Editorial el único ejemplar del folleto.

En el PRÓLOGO del libro leemos que la <<participación multitudinaria y frenética del pueblo porteño durante los días gloriosos, está registrada con estupendo colorido y gracia en una serie de cartas compiladas por el historiador Vicente Fidel López, [hijo de Vicente López y Planes, autor de la letra de nuestro Himno] en un folleto agotadísimo titulado “La Gran Semana de Mayo de 1810>>.

El Dr. Amaranto A. Abeledo, poseedor de un ejemplar, lo puso a disposición de Editorial Atlántida, que encargó al historiador y poeta Alberto Larránde Vere la idea de reproducir la parte sustancial de la obra en una crónica sucinta de la semana que comenzó el sábado 19 y concluyó el viernes 25 de mayo de 1810.

La ciudad era todavía el antiguo damero de Garay prolongado un poco hacia el oeste: un triángulo de edificaciones precarias de unas 17 manzanas con la base frente al Río y el ángulo superior en la plaza Lorea. Lo demás eran chacras de frutales y verduras, quintas de veraneo de familias aristocráticas y baldíos con ranchos, refugio de perdularios, desertores y compadritos1

La parda Orma

El citado opúsculo de Vicente Fidel López, que glosaremos, comienza con estas palabras:  “Publicamos con este título un legajo viejo de cartas que encontramos en el baúl de la parda Marcelina Orma. Las cartas no son evidentemente originales, sino copias de una misma letra, firmadas con simples iniciales, que llevan las fechas del 20 al 31 de mayo de 1810. Carecen por consiguiente de autenticidad, pero presentan un grande interés no sólo porque se puede conjeturar por sus iniciales que están escritas o atribuidas a personas muy conocidas en aquel tiempo, como B.V.A. (Buena Ventura Arzac) – F.C. (Felipe Cardoso) – M.O. (Mariano Orma) – F.P. (Francisco Planes) – J.S.A. (Julián Segundo Agüero) y otros así; sino porque nos presentan la Revolución de 1810, día por día, a medida que se va haciendo…

1Por la denominación de compadre conque se trataban entre sí, en vez de la de amigo o camarada (V. F. López, “Historia de la República Argentina”, Tomo III – “La Semana de Mayo de 1810”, Editorial Atlántida, Buenos Aires, 1960, pág. 19 y 20)

…”Para que no se extrañe que nada digamos sobre cómo estaba este legajo en el baúl de Marcelina Orma, confesaremos francamente que no lo sabemos. Marcelina Orma murió hace algún tiempo a la edad de noventa y dos años. Había sido esclava del distinguido presbítero don Mariano Orma que figura en estas cartas; era muy vieja cuando, achacosa y tierna, venía.

siempre a nuestra casa a visitar a nuestra madre; lo que hacía sin ninguna falta el 25 de mayo de cada año

“Para ella la Patria era una cierta persona de carne y hueso vestida de raso blanco y celeste, que había nacido por allí cerca de la casa de sus amos, y que había muerto también muchos años hacía, desde que ella (Marcelina) estaba vieja, arrumbada; y desde que no veía andar por las calles a los Hijos y los Padres de la Patria que se habían ido muriendo con la misma patria. Mis hermanos y yo le dábamos muchas bromas sobre esto, sosteniéndole que ‘la Patria vivía todavía y que tenía hijos cada nueve meses’.

“-¡Qué esperanza, niños! -nos decía- ¡Cómo se conoce que ustedes son de ayer! Cuando tengan experiencia y razón verán que hace ya muchos años que la Patria se murió. ¡Si lo sabré yo que la conocí desde que nací!.

“¿Si tendría razón la pobre vieja? El último aniversario de Mayo que estuvo en nuestra casa, teníamos precisamente a mano el diario del día.

“-¡Viva la Patria!, Marcelina -le gritamos así que la vimos; y ella, echando atrás el rebozo y levantando el brazo como si tuviera una espada,

“-¡Viva! -gritó; pero sus años no le permitieron soportar el esfuerzo y tuvo que plegarse en la primera silla que encontró. -He ahí una época-, nos dijimos para nosotros; y queriendo consolarla nos pusimos a leerle: -¡Hoy es el día de los grandes recuerdos! Trescientos años pasados en el oprobioso sueño de la esclavitud se desmoronaron en este memorable día ante el sol refulgente de la Libertad. El Pueblo, el gran pueblo argentino, aquel pueblo robusto que se inspiraba en el rostro luminoso de nuestros abuelos, levantó su voz prepotente; y con el ademán heroico de su brazo invencible, adornado con el bonete frigio, y armado con el puñal de la Libertad, dominó la furia de los leones que habían humillado la cerviz del gran Turco en las sangrientas aguas del Lepanto. La obra del pueblo y de la democracia… -Al llegar aquí miramos a Marcelina y la encontramos embebido el espíritu en otra cosa muy distinta de nuestra declamación.

“-¡Qué!, ¿no te gusta? -le dijimos.

“-Pero, ¿dónde está la Patria? -nos dijo-. Ahí no hablan de ella. Cuando yo me muera, que ya ando de más en este mundo, le he de dejar, niño, unos papeles muchos más lindos que ése.

“-Dámelos ahora.

“-No puedo. Un amigo que no puedo nombrar, y que Dios tenga en su gracia, me dijo que solamente muerta me separase de ellos.

“Y Marcelina se puso a llorar con un dolor profundo, el mismo día que había concentrado para ella en otro tiempo todas las grandes y nobles alegrías de su alma. ¡He ahí otra época¡ -nos dijimos contristados…, y nos pareció que veíamos en aquella vieja a la Patria misma que lloraba a sus viejos y fieles amantes.”

He ahí la historia del manuscrito que ahora publicamos. (Ib. Pág. 31 a 35)

Cornelio Saavedra, Primer Presidente de un gobierno argentino

INVOCACIÓN

Alabadas sean tus piadosas manos, parda Marcelina Orma, y también tu baúl providencial que tan celosamente guardó esas reliquias de los días de gloria. Te imaginamos en tu achacosa ancianidad, acariciando los papeles cuyos caracteres apenas sabías o podías deletrear con esos tus ojos enturbiados por tanta calamidad vista y llorada. De ti no se sabe si naciste esclava, pero es de imaginar que sí. Pensamos que tus abuelos ya lo eran cuando desembarcaron en algún puerto del Pacífico, traídos por los explotadores del tráfico infame, para compartir, con los aborígenes, la dantesca penuria de la encomienda.

Es posible que hayas traído a la vida la ancestral amargura en el alma, y en el corazón el amor replegado pero ardiente a la libertad: la que reinaba en aquellas naciones de la selva africana, donde la gloria de vivir se traducía en canto, danza y arrullo. De pronto resonó en la maraña el estampido del fusil de los negreros. Y desde allí se upo que la libertad, gracia de Dios, tenía el precio de la sangre.

En medio de tu pena tuviste suerte, negra Marcelina. La de nacer en la casa solariega de los Orma, y pasar al servicio del doctor Mariano, el presbítero: dulce voz, pausado y suave el ademán, afectuosos el regaño y el consejo. Ya no más esclava sino criada, familiar. Claro está que pese a todo conservabas, por atavismo, el sedimento del rencor. Ellos, tus dolientes, maltrechos antepasados tenían algo más grave en lo recóndito del ser; tenían el odio, la sed abrasadora de la venganza.

Eso lo heredaste, mas se atemperó en tu corazón doblegado por la ternura de quienes eran tus dueños. Pero aún así, ¿por qué la injusticia? ¿Por qué la ignominia de servir a la fuerza si podría ser tan dulce como digno hacerlo de buen grado?

Pensamos que amabas a tus dueños a pesar de ser esclava, y conocemos la causa, Marcelina que estás allá donde las almas no tienen diferencia de color. Habías llegado a cumplir dieciséis años en aquel que comenzó en enero de 1810. Y un día, escuchando las palabras de tus dueños, que bien comprendías, supiste algo que no hubieras imaginado jamás: ellos también se sentían esclavos; ellos, los nietos de los conquistadores, nacidos, como tú, en la tierra americana.

Ellos también soñaban con la libertad. Y la libertad que da vida a las patrias, permite el amor sano y limpio entre todas las criaturas y se logra casi siempre al precio de la sangre, estaba a punto de ser conquistada en la patria tuya, Marcelina Orma, y en la del sacerdote que, por serlo, no tuvo hijos, pero te dio su apellido para que en vez de esclava fueras una hija de la Patria. En el fondo de tu corazón comprendiste algo grande, Marcelina; comprendiste la igualdad, por la que luchaban todos los hijos de América. (Ib. Pág. 138 a 141)

[Anotaré sucintamente algunos de los hechos ocurridos esa semana de mayo de 1810, gracias al baúl de los recuerdos de Marcelina Orma]:

“NOTICIAS DE ESPAÑA. El 13 de mayo fondeó en el puerto de Montevideo la fragata inglesa Juan Paris con noticias, proclamas, diarios y gacetas de la península, portadoras de noticias catastróficas. …Pese a las órdenes impartidas por Cisneros, las noticias se divulgaron en Buenos Aires produciendo una enorme conmoción. Los cuarteles se llenaron de criollos que enardecían a las tropas incitándolas a la revuelta… En la quinta de Rodríguez Peña (actuales calles de Callao entre Paraguay y Charcas) y en la fábrica de jabón de Hipólito Vieytes (Venezuela entre Bernardo de Hirigoyen y Lima), celebraban febriles asambleas los patriotas de la Sociedad Secreta de la que era Manuel Belgrano el alma animadora y su calmoso caudillo el coronel Saavedra.

“Y allá en los arrabales de San Telmo y San Nicolás, French y Beruti mantenían en estado de alerta a sus “chisperos”, fuerza de choque, taitas como ahora se dice, y cuchilleros, más necesitados de contención que de impulso. Y en pleno centro, el vecindario todo en incesante hervor de exaltación. Así, como una granada próxima a estallar, estaba la ciudad de Buenos Aires aquel sábado 19 de mayo de 1810”. (Ib. Pág. 28 y 29)

“El héroe de Trafalgar quería ganar tiempo… ¡Pero qué!: la ciudad entera estaba enardecida por febril exaltación, incluso las mujeres. Y veamos que esto se prueba. Por la tarde del 19, un grupo de damas encabezado por Casilda Igarzábal de Rodríguez Peña, Ángela Castelli, Isabel y Juanita Peña, y en el que figuraban las de Lasala, Riglos y otras más, se presentaron en el cuartel de Patricios, reclamando a su jefe que dispusiera… nada menos que el estallido de la revolución. Y como argumento simbólico para gravitar en su ánimo, iban tocadas con rebozos celestes guarnecidos de cintas blancas, es decir, los mismos colores que ostentaban, como única excepción en las tropas, el penacho de los Patricios.

…”Esa noche, los patriotas de la Sociedad Secreta se reunieron en la quinta de Rodríguez Peña. Estaban allí, a más del dueño de casa, y entre otros, Belgrano, Paso, Miguel Irigoyen, Vieytes, Castelli, Donado y Beruti”. (Ib. Pág. 38 y 39)

Veamos otra carta que contiene el folleto de Vicente F. López:

“Buenos Aires, domingo 20 de mayo de 1810, a la una de la noche. Mi querido M… (Mariano Orma): mando a escape al negro Joaquín, para que te vengas en el acto, de madrugada, trayéndonos algunos caballos ensillados. La mina está ya al reventar y empieza la jarana que andábamos buscando. El día de hoy ha sido grande; y te aseguro que en mi vida no he pasado horas más hermosas y más tiernas, al ver a nuestros paisanos unidos y llenos de entusiasmo, yendo y viniendo por los arrabales para tener pronta la gente. El Café de Catalanes, la fonda de las Naciones, eran un jubileo de los nuestros. Esto está muy agitado el sordo (el Virrey Cisneros, nota de V. F. López) está ya como metido en un zapato, y los oidores andan sin sombras, porque los tenemos locos a pasquines y pedradas en las ventanas. Los tontos que nos han estado conteniendo todo este tiempo, se han convencido de que no tienen más remedio que hacerle el gusto al pueblo.

“Como no he tenido tiempo para nada, no he podido, hasta este momento, en que me caigo de sueño, decirte lo que ha pasado. Ya que estás en el corte de tu leña, tráete mañana toda la gente que tengas reunida, y doscientas o trescientas cargas para la gente de los cuarteles, pues hace falta, y hay mosca para pagártela2

2Se trata de leña sin la segunda intención; eran noches frígidas, las tropas las pasaban en vela y había que encender fogones. En cuanto a lo de mosca era dinero, que así se decía en el argot orillero.

[Salteando algunos párrafos, porque la carta es extensa, continúa de este modo]:

…”Se resolvió hacer venir a Saavedra de San Isidro. Este vino en efecto ayer y ha consentido en tomar el mando de los patriotas. Al momento se fueron a ver al alcalde Lezica y le exigieron un Cabildo Abierto, amenazándole de que si no se cita al vecindario acudirán todos a la Plaza Mayor con las tropas y con el pueblo para deponer al virrey, y nombrar un gobierno de patriotas.

…”Mientras todo esto sucedía, en lo de Peña había grande agitación, y se había ordenado que todos fuésemos allí. El Cabildo no había obtenido de Cisneros la licencia que había solicitado para juntar al vecindario; y los amigos Peña, Rodríguez, Belgrano y demás, quieren que si mañana no se hace la citación a las 12, ocupemos la plaza con toda nuestra gente y hagamos salir del gobierno a este virrey imbécil que se figura que todavía puede mandarnos. Así es preciso que vengas con todos tus quinteros, y con caballos para las diligencias y citaciones. B. V. A. [carta atribuída a Buena Ventura Arzac. Ib. 40 a 48, resumidas]

[Veamos otra de las cartas]: …”A la ya transcripta sigue otra carta que López atribuye fundadamente a Juan Andrés Pueyrredón, joven capitán de Húsares, quien escribe desde San Isidro donde está postrado en cama con fractura de una pierna, a su amigo Juan Florencio Terrada. La carta es del 21. Le dice que está en grandes ansiedades, pues tiene noticias de que Don Cornelio ha sido llamado a Buenos Aires urgentísimamente para tomar el gobierno, pues ‘los criollos y la gente de los cuarteles habrían avanzado hacia la plaza, deshecho el Cabildo y agarrado y muerto a Cisneros’.

…Esto no es verdad, pero sí lo del viaje precipitado de Saavedra, a quien hemos visto actuar en lo de Rodríguez Peña la noche del 19. Dice Pueyrredón que esas nuevas lo tienen ‘revolviéndose como un azogado y como si tuviera ascuas por todo el cuerpo…

…”Terrada, Jefe de los Granaderos… encarga a un amigo común, llamado Tagimán, que suministre a Pueyrredón los informes que tan desesperadamente solicita. ‘Sabes que es de letra menuda -le dice- y te escribirá con detención porque te quiere mucho’.

“LA CARTA DE TAGIMAN . Dice así: Querido J. A.: Por encargo del comandante paso a decirte que te han exagerado mucho las cosas. Hasta ahora no se ha tomado providencia alguna contra el virrey y los oidores; pero tenemos los ánimos muy prevenidos y estamos dispuestos a todo lo que tú sabes, para hacer lo que quería tu hermano, que buena falta nos hace para librarnos de los tilingos que andan con paños tibios. El grito general es echar abajo a Cisneros y poner paisanos en la audiencia y en el gobierno. Todo el paisanaje anda por la plaza y las calles; en los cuarteles rebosa la gente. Todos hablan¸gritan, entran y salen en la mayoría de los regimientos: con mil noticias a cual más alarmante, de que han llegado a las Conchas [Río ‘Las Conchas’, posteriormente llamado Reconquista] fuerzas de Montevideo, de que Liniers viene sobre nosotros con cinco mil cordobeses, de que en el hueco de los Sauces, en el de Cabecitas y en Barracas se están juntando los europeos para avanzarnos.

“Con esto andan enfurecidos los oficiales y quieren hacer prisioneros y destierros para precavernos del peligro. Pero los hombres de influjo se han opuesto y han ordenado a los comandantes no dejar salir partidas, porque dicen que todo se ha de conseguir con los resortes del orden, obligando al Cabildo a que llame y oiga al pueblo. Sin embargo las calles del centro y la plaza están llenas de mozos armados a pistola y sable que vigilan el Fuerte; y por las orillas andan también de su cuenta muchas partidas de caballería voluntaria

…”En las pulperías se notan muchas reuniones y se arman pleitos a cada momento entre criollos y maturrangos, de los que resultan bastantes heridos a cuchillo porque a nadie se le deja sacar el fusil o sable de los cuarteles.

“El café de los Catalanes y la fonda de la vereda ancha están repletos de toda la mozada. Pancho Planes se ha hecho un estado mayor con Voizo, Víctor Fernández, Fortuzo, Grimau, Somalo, Enrique Martínez y muchos otros que le sirven para andar agitando todo el cotarro y para juntar plebe al centro que grita sin cesar: ‘¡Cabildo abierto! ¡Abajo el virrey!’ Yo no sé a qué horas duermen estos diablos, porque parece que trasnocharan de casa en casa y de cuartel en cuartel. ¿Quién había de creer que hubiese tanta energía y tanto espíritu público en Buenos Aires contra los tiranos? Esto tiene que reventar hoy o mañana de alguna manera; así no puede durar.

…”No hay una muchacha o una dama (con excepción de doña Flora que está más rabiosa y más fiera que un diablo) [Se trata de Doña Flora Azcuénaga de Santa Coloma. Dama Principal, muy rica, muy soberbia, muy realista y sumamente fea. Nota a pie de página] que no pase la noche cosiendo su rebozo para salir a la calle y pasear por delante de los cuarteles. Excuso decirte que los ramitos de violetas azules y de junquillos blancos, emblema de la causa, van y vienen de unos grupos a otros. Empiezo a ver también muchos gorros colorados con cintas blancas y celestes. Tu amigo y compañero, José María Tagimán”. (Ib. Pág. 50 a 55, texto reducido).

El Cabildo de Buenos Aires

[En la pág. 57, éste muy breve párrafo puede servir para acallar (o aumentar) las diferencias de opinión respecto del color de nuestros símbolos patrios]. …”Porque esa conjugación del azul y el blanco (aun sin bien definidos matices diferenciales), era ‘el emblema de la causa’.  ¿De qué causa? ¿La del rey destronado? ¿La del detestado virrey? ¿La del régimen que de siglos atrás tenía esclavizados o disminuidos a los criollos? ¡No, sino la causa de la Patria nueva, la soñada!. Está claro, muy claro”

[Otra carta del día 21 dirigida a J. R. ¿Juan Ramón Rojas? Parece dirigida a persona en el extranjero; comienza en la pág. 63, la reduje al mínimo porque es muy extensa]. …”Por último se resolvió que Saavedra iría con Belgrano a entenderse con el alcalde de primer voto Lezica, para pedirle que citase a Cabildo Abierto, si es que quería evitar una gran pueblada y las muchas desgracias que eran consiguientes… El alcalde oía cabizbajo y caviloso; pero al fin cedió y prometió que esa misma noche hablaría con Leiva, y que al otro día (domingo) se vería con Cisneros para informarle de lo que ocurría. Belgrano le dijo entonces:

-Y dígale de nuestra parte que si el lunes no hay Cabildo Abierto, obraremos de nuestra cuenta sin consideración a nadie, porque esto ya no admite vacilaciones ni términos medios: El pueblo quiere ser soberano y libre”. (Ib. Pág 63 a 67).

“CABILDO ABIERTO. Aunque a regañadientes, y con más ganas de ametrallar a los patriotas que de escuchar sus razones, el virrey ha consentido en que se realice el ‘Congreso general’, según denominación que consta en las actas capitulares y que la historia recuerda con la de Cabildo Abierto. En realidad fue cerrado, y se abrió por la voluntad omnímoda del pueblo pujante y bravío…

…”Tal estado de ánimo, sin duda común a muchos de los 199 ausentes, se ve reflejada con elocuencia en la carta que sigue, del folleto de Vicente F. López que continuamos glosando, dirigida por un vecino peninsular (y por lo que veremos medroso y cavernícola) a su director espiritual.

“CARTA DE UN GODO. Dice así: Mi respetable señor cura: Me encuentro en muchas ansiedades y me he decidido a pedirle un consejo que me ilumine…  Todo esto, señor cura, me tiene en grandes tribulaciones. Creo de mi conciencia no desertar del servicio del rey nuestro amo y señor, y no quisiera quedarme con escrúpulos de habérselo negado en un momento supremo. Mas, como una gran parte de nuestros amigos han resuelto no asistir al llamado del Cabildo por parecerles inútil, y por estar ya meditado y preparado el golpe por los enemigos de la monarquía y del altar, ruego a usted se sirva decirme o mandarme decir lo que a su entender debo hacer. Soy su obsecuente y sumiso feligrés. J. I. R.” (Al pie: ¿José Ignacio Rezábal?)

…”consta en las ‘Memorias’ de Saavedra: La plaza de la Victoria -dijo- estaba llena de gente y se adornaban ya con la divisa en el sombrero, de una cinta azul y otra blanca, con el primor de que en todo aquel conjunto de pueblo no se vio el más ligero desorden”. “Y Belgrano en su ‘Autobiografía’… Allí presidió el orden; una porción de hombres estaba preparada para, a la señal de un pañuelo blanco, atacar a los que quisieran violentarnos, otros muchos vinieron a ofrecérseme, pero nada fue preciso, porque todo caminó con la mayor cinrcunspección y decoro”…

El cómputo provisorio de los votos, hecho por el sector de los patriotas, permitía saber que, a tal respecto, el resultado era: Por la cesación del virrey 156 votos / Por su continuidad (solo o asociado) 69 votos / Total 225 votos. Y bien: lo que más importaba a los patriotas era ese punto de la votación: Cisneros debería entregar el mando. Esto era el triunfo neto, indiscutible, sancionado por el Cabildo Abierto”. (Ib. Pág. 75 a 84)

…”LA CONTRA REVOLUCIÓN DEL 23… el Cabildo resuelve: para conciliar los respetos de la autoridad superior con el bien general de estas interesantes provincias no separar absolutamente al virrey, sino nombrarlo en compañía de otras personas.  ¿Y para eso tanto alboroto, ruido de armas, choques a mano armada entre militares de los bandos antagónicos, clamor incesante de pueblo, reuniones secretas de los patricios, divisas, estribillos, tiros y puñaladas? ¿Todo eso para volver a fojas 1 por obra de una burla indecente? De ningún modo. Y ya veremos en las cartas subsiguientes del folleto de López, las reacciones que produjo la actitud del Cabildo. Examinemos ésta que sigue en orden a las ya transcriptas.

“Buenos Aires, 23 de mayo de 1810. Querido compañero y paisano. Comprendo la ansiedad de su ánimo bien traducida en su billete. Hace como dos horas que nuestro M. (¿Moreno?) me mandó rogar que lo viese, porque lo que tenía que decirme era muy urgente y muy grave. Fui al instante y lo encontré paseándose muy agitado de pared a pared por su bufete a puerta cerrada. Así que me vio me dijo:   -Amigo, estamos perdidos; si es cierto lo que me dicen, pronto vamos a la horca, porque el poder se afirma en manos de los europeos, y lo primero que van a hacer es exterminarnos… (Nos consta que desde el 22 a la noche, el doctor Moreno estaba bajo el influjo de estas aprensiones. Sentado y caviloso en el suelo de la galería del Cabildo, le habló así a un amigo de cuya boca lo tenemos)… Las primeras medidas van a caer sobre nosotros; no tardaremos en ir a las cárceles y de allí a las horcas ¡Váyase usted con Dios! Averigüe bien lo que haya, prevenga a Beruti y a French; háblele claro a Martín; Apercíbase usted de que en el bando del Cabildo se va a mandar convocar una Junta o congreso general del virreinato nombrada por los jefes del interior. Ya usted comprende lo que será este congreso nombrado por nuestros enemigos, y dígame usted si nuestras vidas no están pendientes de un hilo.

-Pero mi amigo -le dije- todo eso es imaginario y no puede ser ¿De quién lo tiene usted?

-El mismo Nuñez se lo ha dicho a Escalada para que nos prevengamos.

-¿Qué Núñez, Justo José, el escribano del Cabildo? -El mismo.

-¡Cáspita! Entonces la cosa es seria.

-Váyase usted; estoy esperando a Planes para que alborote esta noche a nuestros amigos. Yo le juro a usted -me agregó- que si esto no se ataja no quiero saber nada, ni he de salir ya de mi casa para nada. No cuenten conmigo…

…”Volví con todo esto a lo de M. y antes de oírme me dio un papelito que decía: Todo está resuelto como le dije a usted hoy, y el bando pronto ya para que se fije con la fecha de mañana 24 en las esquinas desde la madrugada.

-Es la misma persona -me dijo M…- y entran Saavedra y Castelli en la Junta.

Entonces le di conocimiento de todo; pero estaba más inquieto y excitado que antes y me dijo que nada de eso lo aquietaba. Estaban con él French, Beruti, Arzac y cuatro o cinco más. El furor de todos era grande, y salieron poco después para esparcir la alarma en los cuarteles, y echar gente desde la aurora que arrancara los bandos de las esquinas, y de las manos de los que los anduviesen fijando.

“Siento su enfermedad de la garganta; anoche lo sentí en efecto muy ronco, y debe haberle hecho mal el aire y la humedad que reinaba en las galerías… Planes estaba en lo de M… pero era otro hombre que en los días anteriores, lo he notado mustio y me ha parecido que M… lo había metido en gran miedo. Su caro amigo J. D.” (¿José Darragueira?). (Ib. Pág. 89 a 96)

“EL TORMENTOSO 24: …Pese a la estrepitosa repulsa del pueblo y a la sorda amenaza de los cuarteles en trance de explosión, esa tarde, a poco del medio día tuvo lugar en el Cabildo la ceremonia de juramento.

“Mientras tanto los efectivos de los regimientos reforzados por centenares de voluntarios, estaban con el arma al brazo listos para lanzarse a la revolución, mientras los ‘chisperos’ de French y Beruti, desbordados en la plaza, proclamaban su indignación con formidable estrépito.

“Lo que pasaba en el centro tuvo eco resonante en la quinta de Rodríguez Peña. Castelli concurrió al Club -dice Levene- y después de un cambio de ideas prometió influir en el sentido de que se consultara nuevamente al pueblo…

…”y conseguir se conviniese aquel concurso en que al siguiente día (25) se pasaría una representación al Cabildo que expusiese con firmeza y legalidad cuanto exigía el interés común y demandaba la voluntad del pueblo. Corren las horas y se precipita la noche. Hierve el gentío en las calles y menudean los choques, algunos cruentos. En los cuarteles, los jefes apenas pueden contener a la tropa enardecida.

“En la Sociedad Secreta se resuelve exigir al síndico Leiva una nueva consulta al pueblo para el día siguiente, mientras Saavedra informa a Cisneros que la situación es insostenible. En la reunión de la Sociedad, Beruti (Levene piensa que quizá fue French), redactó, como inspirado, la lista de los nombres en quienes el pueblo depositaba su soberana voluntad. Y aprobada clamorosamente por los conjurados, se hicieron numerosas copias que circularon velozmente por la ciudad en procura de firmas. Eran ellos: Saavedra (Presidente), Castelli, Belgrano, Azcuénaga, Alberti, Matheu y Larrea (vocales), Paso y Moreno (secretarios)…

…”Veamos ahora la crónica de estos sucesos a través de tres cartas del folleto de López.

Primera carta: Buenos Aires, 24 de mayo. Mi querido V…

…”No digas a nadie donde estoy, que si llega el caso de salir, he de ir a buscarte con un fusil. Moreno no quiere saber de nada ni de nadie. Dice que vayan todos al infierno y que es un mentecato el que se compromete por semejante gente. Tengo sin embargo, muchas esperanzas en Martín [¿Rodríguez?], en la tropa, en los amigos. Hasta el último momento en que los fi estaban en la resolución de ir hoy mismo a declararle a Saavedra que no admitían la combinación del Cabildo.

“Castelli ha prometido que en la primera reunión que tenga con esa infame Junta, va a declararle cara a cara a Cisneros que tiene que renunciar en el momento porque la revolución está hecha, y estallará esta noche o mañana sin remedio. Asegura también que convencerá a Saavedra de que éste es el único medio de salir bien; y lo que es Martín y los demás jefes de la fuerza, se andan combinando para hacer un esfuerzo, ocupar la plaza, echar a rodar el Cabildo, y nombrar un gobierno por la voz del pueblo, eligiendo él mismo los sujetos de su confianza…

…“Tu p… F.P.” [Francisco Planes]

Segunda carta: Buenos Aires, 24 de mayo de 1810. Mi querido P…

“Siento que te hayas asustado tan pronto. Hallándonos apoyados por las fuerzas, por el pueblo y por nuestros amigos, no veo que corrieras un peligro tan eminente como el que has temido. Lo único que te puedo decir es que hoy ha tenido lugar la comedia de la instalación del nuevo gobierno encabezado por el virrey…

…”Después ha venido Ventura (Arzac) a casa y me ha dicho que en la de don Nicolás cuentan con que hoy mismo, en la primera reunión que tenga la Junta, Saavedra y Castelli le van a exigir a Cisneros que renuncie, pues en los cuarteles toda la gente está armada, y resuelta a ocupar la plaza mañana 25. Al retirarme a eso de las diez he notado las calles del centro y la plaza recorridas y guardadas por gran número de grupos embozados y armados de sable y pistola. He hablado allí con muchos amigos, y estoy esperando que vuelva Ventura o que me escriba para ir a juntarme con ellos. Tuyo…V.”

“Tercera carta: (La carta que sigue va sin fecha, pero es lógico presumir que le corresponde la del 24 de mayo de 1810, salvo el final).

“Mi querido V.: No me esperes y vente al instante al cuartel de Húsares porque Martín quiere hablar contigo… Lo que más ha indignado a los oficiales y la tropa es que estos brutos del Cabildo han mandado dar un reloj a los oficiales de la guardia de honor que le mandaron hacer a Cisneros y cien pesos a la tropa, como si con esto quisieran comprarlos. Los oficiales han rehusado el reloj y los soldados han tirado la plata al foso…

…”Castelli agregó: -Hemos venido, señor Presidente de la Junta, a declararle a V.E. que cualquiera que sea la resolución en que lo encontremos, nos retiramos para mandar nuestras renuncias al Cabildo. “El virrey los oyó con un ceño de marcado despecho, y con aire concentrado les contestó: -esperemos a mañana.    

-“Es inútil y es imposible; no hay tiempo; la borrasca está encima, revienta por momentos y nosotros no podemos separarnos de la línea en que nos colocan nuestros compromisos y lo que debemos a la tierra en que hemos nacido. El virrey se levantó entonces, comenzó a pasearse por el salón; y como viera que Castelli y Saavedra se levantaban para retirarse, se acercó y les dijo: -¡Renunciemos todos, entonces!

“Se aceptó la indicación y han pasado su renuncia colectiva ahora a las nueve…

…”La plaza está ya ocupada por multitud de los nuestros, y así que el Cabildo se reuna mañana, se le presentará una representación escrita que tendrá que adoptar o se lo llevará el diablo. Chiclana está otro desde que Saavedra se ha decidido; anda él mismo con la representación del pueblo recogiendo firmas, como andamos todos. Vente pronto que te necesitamos aunque sea ronco, que aquí te abrigaremos y te daremos mate caliente…

…”La indignación es tremenda. Hemos mandado llamar a M., pero nos ha contestado con Boizo que después de lo que ha pasado, no saldrá de su casa para nada. Peña y Castelli se han reído, y cuentan con que ha de ayudarnos cuando vea que la cosa se hará a su gusto. Tuyo de corazón B. V. A” (Y bien sabemos que éste es Buenaventura Arzac). Ib. Pág. 101 a 110

“25 DE MAYO, DÍA DE GLORIA. …Volvamos pues a la simple crónica contemporánea, es decir, en este caso, a las cartas compiladas por Vicente López, que la narran, y habremos de comprobar algo curioso: que el decoro poético -si fue logrado-, se quedó en menguada intención de exalta los hechos, puesto que la grandeza surge de su sencilla narración epistolar.

“La carta dice así: Buenos Aires, 25 de mayo de 1810. Mi querido J. R. [¿Juan Ramón Balcarce?] Hago un verdadero sacrificio poniéndome a escribirte, porque estoy muerto de cansado y con la cabeza como un volcán. Pero V… me dice que es indispensable que lo haga porque mañana de madrugada sale otro chasque para el coronel Pino de la Colonia ordenándole que se pronuncie por la nueva Junta de hoy, y que pase a Montevideo, con reserva, las comunicaciones que van para el coronel Murguiondo y para Luis Balbín…

…”la lluvia que se ha desatado desde la tarde. La verdad es que no se puede describir la alegría y el bullicio del pueblo. ¡Somos libres, J. R….! Somos libres y no alcanzamos todavía a darnos toda la explicación merecida de lo que decimos con estas mágicas palabras. Yo mismo no alcanzo a darme cuenta de la inmensidad de esta dicha, y bailo solo sin poder contenerme… Anoche renunció Cisneros del todo, y quedó abolida la pérfida intriga de los faldones y gran-bonetes del cabildo. Hoy de mañana insistían todavía en no admitirle la renuncia a Cisneros y en autorizarlo a que usase la fuerza, creyendo que con Saavedra tenían lo bastante para fusilar y dispersar al pueblo. Pero fuera de que éste no es hombre capaz de semejante absurdo contra la patria ni d prestarse a eso, teníamos los cuerpos que no lo habrían seguido tampoco, y que estaban dispuestos a llevar adelante la revolución.

“La plaza estaba ocupada por nuestros amigos. La verdad es que había poco pueblo, porque casi toda la oficialidad, la mozada y la tropa estaban reunidos en lo de Miguel Azcuénaga. Cuando se supo que el Cabildo porfiaba en llevar adelante su maldita intriga de imponernos a Cisneros, se formó un grupo dirigido por Chiclana, French, el padre Grela, Planes y diez o quince más, que después de haberse concertado con Rodríguez Peña y con Belgrano en lo de Azcuénaga, salieron gritando:

-“¡Al Cabildo, al Cabildo, muchachos…!

“El tropel se desató y en un dos por tres nos metimos con una bulla infernal en la galería de los altos. Los faldonudos se asustaron y Leiva abrió la puerta grande presentándose en el umbral con Lezica y Tomás Manuel.

-“¡Orden, señores, por Dios! -nos gritaron- ¿Qué es lo que ustedes quieren?

-“La deposición inmediata de Cisneros -le gritamos- ¡Ahora mismo!

-“Señores -nos dijo Leiva-, para oírlos a ustedes necesitamos calma. Que se presente alguien que lleve la voz por ese gentío, y lo haremos entrar al salón para que hable por todos.  En ese momento se adelantaron Beruti, Chiclana, French y el doctor Grela. Pancho Planes iba también a entrar, pero Leiva le puso la mano y le dijo:

-“No, amigo mío, usted es muy loco para este negocio;…

…”De lo que se trataba era de que el Cabildo aceptase la representación que ya llevaban escrita, y que se nombrase una junta de gobierno compuesta de los individuos que en esa representación se marcaban…

…”En esto, el doctor Planes se había introducido furtivamente en la sala, y con todo atrevimiento levantó la voz y dijo: -El Cabildo ha excedido escandalosamente las facultades que le dimos el 22, y ha intrigado para perdernos.

-“¡Modere usted sus palabras! Le dijo el gallego Santiago Gutiérrez-; usted no es de esta reunión y debe salirse.

-“Ni las modero ni me salgo; lo que yo digo es lo que repite todo el pueblo y no tardará usted mucho en verlo. El Cabildo abierto que obró como soberano el 22, resolvió también como soberano separar absolutamente del gobierno al señor Cisneros y retirarle el mando de las armas; y aunque es verdad que defirió en el ayuntamiento la elección de los miembros del nuevo gobierno, no se ha podido ni debido nombrar otros que aquellos que expresaron la mayoría de la resolución, como el señor Saavedra, el señor Peña, el señor Rodríguez, el señor Moreno; porque es intriga usar de la facultad concedida como lo ha hecho el Cabildo, entregando a los enemigos y a la minoría el gobierno resuelto por la mayoría.

-“Todavía no nos gobierna Rousseau, ni Tomás Payne, señor Planes -le dijo Leiva.

-“Es verdad, pero desde el 22 nos gobierna el pueblo. (Magistral respuesta que contenía todo el espíritu de mayo (Nota de A. L. V.)…

…”El cabildo cree -agregó Leiva- que en vista de todo esto ustedes no vacilarán en sostener lo resuelto el día 23 y la autoridad instalada y jurada ayer; por lo cual espero que ustedes se expliquen francamente si se puede contar con las armas de sumando para sostener el gobierno establecido…

25 de Mayo, Primera junta de Gobierno

…“Romero tomó la palabra y dijo que iba a declarar en nombre de todos sus compañeros y del suyo, que no era posible sostener la elección del virrey como presidente de la Junta; que las tropas y el pueblo estaban indignados, y que ellos no tenían autoridad para darle apoyo al Cabildo, porque estaban seguros de que no serían obedecidos: tal era la efervescencia  en que se hallaban los cuarteles y los hijos del país. Si el Cabildo se obstina en lo que ha resuelto, nos será imposible evitar que la tropa se venga hoy a la plaza y cometa toda clase de excesos contra el Cabildo mismo y contra la persona del señor Cisneros, hasta formar por sí sola un gobierno de su gusto. V. E. no se haga ilusión, esto está ya hecho. Puedo asegurar que el pueblo ha consignado ya lo que quiere por escrito, y ha designado los sujetos que quiere ver en el gobierno…  

…el tropel de las galerías comenzó a levantar gritos, y a golpear ruidosamente las puertas con el ánimo evidente de echarlas abajo. El síndico le rogó a Rodríguez que apaciguase el tumulto; pero éste dijo:

-“Lo haré si el Cabildo me autoriza a informar al pueblo que desiste de su empeño y que queda separado de todo mando el señor Cisneros. -Y como el tumulto crecía y crecía como un mar embravecido, Leiva se volvió entonces a los demás cabildantes y les dijo:

-“¡No hay más remedio, señores, que consentir; creo que debemos hacerlo pronto, muy pronto! Los cabildantes se encogieron de hombros y se conformaron. Martín salió entonces al  corredor y nos gritó:-“¡Paisanos, queda separado el virrey Cisneros: tengan un rato de paciencia, que se va a tratar de lo demás!…

…”Cuando Martín [Rodríguez], seguido de la multitud, llegó a lo de Azcuénaga, les dio cuenta a los demás directores dl movimiento del estado de impotencia y desaliento en que dejaba al Cabildo. Pues éste es el momento -dijo [Rodríguez] Peña- de obligarlos a que sancionen la nueva lista que ha formado el pueblo. Que Beruti y French se encarguen de entrarse al salón con otros que ellos elijan, y de hacerle al Cabildo la intimación sin condiciones, amenazándolo con el último golpe…

…”French, Beruti, Orma, Grela, Cardoso, Rocha, Arzac, Planes y muchos muchachos de empuje, penetraron en el salón de las sesiones. …-“Señores -dijo Beruti antes de que le hubiesen consentido hablar-. Venimos en nombre del Pueblo a retirar nuestra confianza de manos de ustedes… el Pueblo ha reasumido la autoridad que había trasmitido, y es su voluntad que la Junta de Gobierno se componga de los sujetos que él quiere nombrar,…

…”Leiva, Lezica, Domínguez, hicieron esfuerzos para conseguir que se variara la intimación. Pero lo único que obtuvieron, después de mucho disputar, fue que la voluntad del pueblo se presentase por escrito. La representación estaba hecha y contenía un sinnúmero de firmas en pliegos separados.   

“Antes de entregársela a French para que la llevara al Cabildo se había leído con meditación en la casa de Azcuénaga; se le hicieron algunas adiciones y aclaraciones para que quedara más terminante, y se les entregó a los emisarios para que la presentaran al Cabildo… Leiva lo tomó y dijo:

-“Muy bien, la formalidad de los actos y de las responsabilidades que vamos a tomar todos con este paso, nos exige que nosotros veamos y oigamos a ese pueblo en cuyo nombre nos hablan ustedes… Congreguen ustedes a todo ese pueblo en la plaza, y el Cabildo saldrá a su balcón para leerles este pedido y ver si es eso mismo lo que se aclama.

[Más adelante dijo Leiva:] –“Señores, el Cabildo se considera conminado por la fuerza y por los desastres con que ustedes lo amenazan; y cediendo al tumulto y a la violencia cede a lo que se le impone… Ésta es una rebelión abierta.  –“’Sí señor, lo es! -gritó alguien desde abajo-, ¡y si el Cabildo no se somete a la voluntad soberana del pueblo, quizá no nos quedaremos en eso!

-“Por desgracia no nos queda ya duda de eso -dijo Leiva-…

…”Yo me hallaba al lado de V. L. y de Ignacio Núñez, y les pregunté -¿Qué les parece a ustedes?

-“¡Simplezas! Me dijo el primero-; estos hombres no se hacen cargo de lo que son ni de la situación en que se hallan. ¿Qué poder ni qué medios les quedarán para vigilar a la Junta ni para impedir que ells haga lo que quiera? Son ellos los que quedan en manos del nuevo gobierno como un cero a la izquierda.

“En esto una nueva gritería comenzó a pedir “¡el bando!, ¡el bando!; ¡los nombres de la Junta!

…”por la nueva acta de hoy, día 25 de Mayo de 1810 quedaba constituida la Junta de Gobierno en Saavedra, Castelli, Belgrano, Azcuénaga (paisano), Matheu y Larrea (europeos, pero patriotas), con Paso y Moreno como secretarios. [seguramente por un error en alguna de las etapas de la transcripción del folleto o en la impresión de 1960, no figura Alberti]…

…”Los nombrados estaban todos en lo de Azcuénaga, menos Moreno, que como tú sabes andaba muy desconfiado de Saavedra y de su círculo, y que había protestado que no se metería en nada mientras el virrey quedase con mando… en su casa no estaba. Pero Dionisio Vayo, que es un hurón que mete el hocico en todo, averiguó que lo habían visto entrar a la una a las piezas del cura de San Miguel, doctor Ruiz; y nos fuimos para allá. Allí estaba y lo sacamos, trayéndolo en comitiva hasta lo de Azcuénaga, donde se juntó; y salieron todos a jurar el cargo en el Cabildo…

…”el Síndico le alcanzó los Evangelios al presidente Saavedra, y le hizo poner sobre ellos la palma de la mano; Castelli puso la suya sobre uno de los hombros de Saavedra, Belgrano la puso sobre el otro, y sucesivamente los demás los unos sobre los hombros de los otros según la posición que ocupaban…

…”Saavedra, bastante conmovido y trémulo nos dirigió unas cuantas palabras dignas y severas. Nos exhortó al orden, a la unión y a la fraternidad, rogándonos también que fuésemos respetuosos y gratos con la venerable persona de Cisneros y su familia. Los pueblos fuertes son generosos -nos dijo-; el de Buenos Aires ha mostrado ya que era lo uno y lo otro cuando tuvo que oponer su pecho a las rifles y bayonetas del inglés…

…”De allí la Junta pasó a la Fortaleza, donde queda establecido su despacho. ¡Decirte el júbilo y el frenesí del pueblo es imposible! No tengo palabras con que describírtelo; y lo mejor es que tú mismo te figures cómo habrá sido, por lo que pasará en tu alma al leer todos estos detalles…

…”A las once fui al Fuerte. En la sala de entrada encontré a Chiclana, y logré que me hiciese entrar al despacho de la Junta. Moreno y Paso están ocupados de hacer las circulares para las provincias del interior y para la Banda Oriental. Julián Álvarez marcha de madrugada para la Colonia. Está resuelto ya que el coronel Ocampo con los Arribeños, cinco compañías de Patricios y tres de Dragones en número de 700 hombres, llevando de secretario a Vicente, marche antes del 31 sobre Córdoba. Castelli y Belgrano se ocupan activísimamente de esta expedición.

“Mateu acompañado de Chiclana, que se multiplica con una actividad asombrosa, han tomado la vigilancia y atenciones de la policía para estar a la mira de lo que hagan los enemigos que tenemos adentro, y cuidar de que no falten provisiones de pan, carne y leña para el pueblo. Tuve el gusto de hablar un momento con Moreno. Parece satisfecho y acorde con Saavedra. Su grande anhelo es la expedición al interior; estaba tratando de ella con López que irá de secretario. Se cuenta con que el coronel Pino sublevará la plaza de la Colonia…

…”Martín sale de madrugada a la campaña para poner alcaldes y arreglar la recluta de esclavos y vagos que han de formar los batallones veteranos que van a crearse. A Monasterio le han dado el Parque y se van a recoger todas las armas útiles e inútiles que andan desparramadas por el pueblo y por el campo. No tengo fuerzas para escribirte más; te doy cien mil abrazos: tenemos patria; somos dueños de la tierra en que hemos nacido… Cien abrazos de tu amigo y condiscípulo. C. A.” (Cosme Argerich)     Ib. Pág. 111 a 137.

[Ésta es una copia fiel, pero muy resumida, del libro “La Semana de Mayo de 1810” de Editorial Atlántida, sobre una crónica compilada por V. F. López. Copia realizada por César J. Tamborini Duca en el año de 2024]

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César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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