Tangueando

El inquilino de la cafúa (tango)

Para el día del Lunfardo, 5 de septiembre de 2024

EL INQUILINO DE LA CAFÚA (tango)

Letra: César J. Tamborini Duca – Música:

Enterao que su mina lo piraba

de su misho garçonier de lata

chairaba sunchos en la taquería

previendo su futuro amuro.

Mientras tanto la percanta rea

engrupida por otro belitre

jaraneaba milongas y burdeles

con curdas, rufianes y malevos.

Así, el día que el taquero dijo

“quedás libre, al cumplir condena,

podés irte, no rebusques pena

con la punga y el cuchillo fiero”.

Dio las gracias al taquero amigo

y cachó el ferramento agudo

que de punta, o tajeando fiero

lavaría su ultrajada hombría.

Y una noche fatal en que dos gritos

maldicientes, se escuchó en el rioba

con la frente altiva y una mueca burda

entre dos botones, regresó sin pena.

VOCABULARIO

Cafúa: carcel

Piraba: echaba

Misho: pobre

Garçonier: habitación muy humilde

Chairaba: afilaba con una chaira

Sunchos: fleje o lámina metálica

Taquería: comisaría

Amuro: abandono

Percanta rea: mujer de aspecto desaliñado y comportamiento grosero

Engrupida: engañada

Belitre: pícaro, ruin, de costumbres viles

Jaraneaba: se divertía (en ambientes de bailarines y en prostíbulos)

Curdas: borrachos

Rufianes y malevos: hombres malos y de baja catadura moral

Taquero: comisario

Punga: robar

Cachó: agarró

Ferramento: arma blanca de hierro

Tajeando: hiriendo mediante un tajo

Rioba: barrio

Botones: Agentes de policía

Quía: del latín “quiddam”, sujeto innominado, de poca monta

RELATO

El quía, estando en la cárcel se entera que la mujer lo echaría de su mísero cuarto donde vivían, y previendo ese futuro abandono preparaba y afilaba un fleje metálico, como arma blanca.

Mientras tanto la mujer, engañada por un vil pícaro, se divertía en milongas y prostíbulos, alternando con borrachos y gente de mal ambiente (que eran, en definitiva, como ella).

Llegó el día que el Comisario le dijo que ya había cumplido la condena y quedaba libre, se podía ir; pero le aconsejó, para no regresar, dejara de robar y tener pendencias con el cuchillo.

Agradeció al Comisario amigo y se fue con el arma que había preparado, con la que lavó el ultraje a su persona matando a los culpables, cuyos gritos y maldiciones se escucharon en todo el barrio.

De ese modo, lavada su afrenta y con una mueca altiva, marchó entre los dos agentes de policía que lo llevaban preso nuevamente.

(La maqueta del compadrito y el farol es obra del Dr. Oscar Ranalli)

César J. Tamborini Duca

Académico Correspondiente para León

Academia Porteña del Lunfardo

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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