Pulpería pampeana del siglo XIX
En https://pampeandoytangueando.com/general/pulperia-y-payadores/ desarrollé el tema sobre las pulperías y los payadores. Éste artículo es una continuación del mismo.
Para proceder a la apertura de una pulpería, la “fórmula del permiso fue siempre la misma en todos los casos: pase al comandante de tal o cual partido para que permita la apertura del negocio… debiendo antes acreditar el suplicante ser federal de notoriedad y con servicios positivos a la Santa Causa de la Federación”. (1)
En tales condiciones la incondicional adhesión de este comercio hasta facilitaba las transacciones del gobierno y sus pagos de proveedurías. El pulpero, grande y singular personaje de la campaña, fue un centro de convergencia de multitud de intereses. Como por lo que se ve, le era indispensable ser federal y de la confianza de Rosas, acumulaba al mismo tiempo las funciones de Juez de Paz o Alcalde cuando menos… Haciendo en esa forma su negocio, el pulpero estaba en situación de vender o prestar al Estado en condiciones inmejorables de plazo y economía… otorgado el recibo, el mismo Rosas le ponía al pie esta orden que era imperativa: pase al Ministro de Hacienda para que sea abonado este crédito cuando se presente el referido recibo: Rosas”.
Este comercio de pulpería, como el otro goloso gremio de tenderos en la ciudad (y no hay que olvidar que la pulpería era entonces almacén, tienda, ferretería, joyería, botica y hasta almacén de música), tenía una importancia extraordinaria en la vida económica del país. Su movimiento mercantil permitíale hasta prestar con simple garantía de letras, gruesas sumas de dinero a los jefes del ejército para proveer a su tropa. En San Nicolás de los Arroyos el comercio de este género era como en otros lugares tan importante, que cuando en 1840 pasó por allí el ejército de Oribe, facilitóle un empréstito de $ 50.000 m/c a solicitud del Excmo. Señor Presidente del Estado Oriental dice la nota del comandante militar del lugar, con el noble objeto de pagar la división de su mando (2)”.
- “Buenos Aires, Abril 22 de 1839, año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia y 10 de la Confederación Argentina. Pide permiso para abrir una casa de trato en el Partido de San José de Flores, cuartel 2º de campaña. Excmo. señor: Manuel Casal y Gaete, natural de esta Capital y vecino de ella, a V.E. respetuosamente expongo: que interesando abrir una casa de trato en el Partido de San José de Flores y necesitando para ello, según la superior disposición el permiso de la superioridad, ocurro a V.E. esperando se digne concederme la correspondiente licencia que solicito. …se digne acceder a ésta mi súplica por ser justicia. Excelentísimo señor: Manuel Casal y Gaete”. “Buenos Aires, Abril 24 de 1839. Se concede al suplicante el permiso que solicita para establecer una pulpería en el partido de San José de Flores, cuartel 2º de campaña; con sujeción a las disposiciones vigentes, con calidad precisa de que la casa no podrá ser administrada ni servida por persona o personas unitarias. ROSAS; Agustín Garrigós”.
- ARCHIVO NACIONAL; Correspondencia con las autoridades militares, nota de Octubre de 1840, al señor gobernador de la Provincia, brigadier general Juan Manuel de Rosas.
Extractado de “Rosas y su Tiempo”, José María Ramos Mejía, Tomo IV, segunda edición, W.M.Jackson, Inc. Editores, pág. 45, 46 y 47.
Pulperia en Chacharramendi (La Pampa)
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La Pulpera de Santa Lucía
Cuando en “La Pulpera de Santa Lucía” se menciona que “los soldados de cuatro cuarteles / suspiraban en la pulpería” no debe pensarse en “cuarteles militares”, sino en “circunscripciones” en que se había dividido la ciudad. A partir de 1778 el virrey, preocupado por mantener el orden, dividió a Buenos Aires en seis circunscripciones militares o cuarteles.
La cantidad de pulperías tanto en la zona céntrica como en los arrabales y la campiña circundante se había incrementado mucho siendo foco frecuente de peleas, reyertas que podían culminar en muertes. Por esa causa Buenos Aires es dividida en cuatro cuarteles dividida a su vez en 20 Barrios cada uno de ellos bajo la vigilancia de un alcalde de barrio, honorario. He ahí el origen de los cuarteles mencionados en la canción. Eran cuarteles NO en el sentido de acantonamientos militares, sino circunscripciones.
Precisamente en la nota (1) vimos esa mención del Partido de San José de Flores, cuartel 2º de campaña.
Pulpería pampeana
Acotación. Creo que todos más o menos están al tanto que en los boliches de las poblaciones pequeñas o de los aledaños de las grandes ciudades, como así también en las pulperías, solían concurrir cantores espontáneos; muchas veces eran dos y estaba asegurado el entretenimiento con alguna payada. Pero ¿saben qué relación hubo entre los payadores y el fútbol? Veamos en qué se basa ese aserto.
El PARQUE GOAL estaba ubicado en Av. de Mayo y Sáenz Peña, a metros de Plaza Lorea. Ahí se realizaban contrapuntos entre los más famosos payadores, hasta 1930 aproximadamente. Fue Confitería y Centro de Espectáculos, y debe su nombre a la circunstancia que al principio fue un sitio de diversión donde había un arco de fútbol, y los aficionados que concurrían al Parque “Goal” podían competir con los profesionales que asistían ahí ¡Y protagonizar algún “goal”!
César Tamborini Duca
La Prenda del Payador
Verso segundo del “Santos Vega” de Rafael Obligado; por Chacho Santa Cruz:
Pues qué te digo, César, que acá en Guatemala, según la ley, se denomina «pulpería», pero se identifica sencillamente como «tienda» a cualquier negocio minorista en donde puedes adquirir artículos de consumo diario. No se usa «Pulpería», y es más, encuentras un rótulo que dice, por ejemplo: «Tienda san Pedro». En México se le denomina «Tendejón», al menos cerca de la frontera; más arriba no lo sé. En Cuba, si no estoy mal, son «Bodegas». Un abrazo, y gracias por tu interesante artículo.
Gracias, César querido, por estas lindas e interesantes historias sobre las pulperías. No caben dudas que cumplieron un rol notable en nuestro proceso histórico y civilizador. Basta recordar al «Martín Fierro» : «…y que en la mesma pulpería/ daban una güena cuenta/ que la gente muy contenta/ de tan pobre recebía». Y otra»…¡ah! ¡pulpero habilidoso!/ nada le solía faltar/ ¡Ahijuna! y para tragar/ tenía un buche de ñandú/ la gente le dio en llamar/ el boliche de virtú». Evolucionaron con el progreso -como bien explicaste- a «ramos generales» que se sucedieron en los pueblos de campaña. Creo que el último rubro fue «materiales de construcción».
En mi pago, había pulpería y algunos ranchos en un paraje llamado «La Rana» ( a fines del siglo XIX) que fueron el antecedente del actual ITALÓ, ubicado un poco más al sudeste, y adonde llegó en sus correrías el famoso Bairoletto.
En cuanto al comentario del Sr. Muñoz, quiero agregar la curiosidad sobre el origen del término: a tales «bodegas», en Cuba se las denominaba pulpería porque se despachaba como golosina pulpa de tamarindo, accesible en dietéticas de mi barrio (un fruto y árbol americano que heredó el nombre de otro originario de la India, y que nada tiene que ver con el tamarisco o taray –un arbusto muy plantado en torno a las pulperías–, mal llamado tamarindo por muchos compueblerinos lonquimayenses o italoenses común en nuestros pagos), extendiéndose el vocablo por América Central. En nuestra tierra parece que la palabra se originó por deformación de «pulquería», voz del nahuatl para designar un lugar donde se expende el aguardiente pulque obtenido por destilación de hojas de magüey (o ágave, pulque, pita). De todos modos es probable la convivencia y connivencia de ambos términos y rubros; los «ramos generales» y los boliches de pueblo eran ( y son) toda una institución humanista con cancha de bochas, billar y metegol todo matizado con mus y truco. En cualquier lugar se oyó un «vale cuatro» junto a charlas y payadas. Y sin faltar algunas cuchilladas.
Buen, me extendí en demasía en cosas que «por ay» son olvidadas de puro sabidas. ¡Por San Pedro! me dejo de payasadas.
Abrazo y bienestar.
Muy interesante César! Ya había leído un comentario tuyo a una nota de Andrés Hidalgo sobre La Pulpera de Santa Lucía. Ahí caí en la cuenta que «cuarteles» viene realmente de «cuartos», dividir un territorio en cuatro partes. Las palabras nos dicen de su procedencia pero nos cuesta percibirlo. Fíjate que población lejana y bien suburbana era San José de Flores podríamos decir que hace nada! Saludos cordiales
El Pimentón de Mariano Santamaría y Silveria Justina Caldararo de Santamaría estaba ubicada en el CUARTEL SEGUNDO DEL PARTIDO DE GENERAL PUEYRREDON. Corroborando lo dicho en La Pulpera de Santa Lucía…»los soldados de cuatro cuarteles etc. etc.»