Quilombo es unavoz de origen brasileño, pero que proviene del kimbundo, lengua de los bantúes de Angola. Esta palabra era aplicada al tumulto, al desorden o alboroto. Su origen estuvo en los esclavos que huían de sus amos, en Brasil, y se reunían en lo que denominaban quilombo, quedando de esta forma asimilado a desorden y -por extensión- a refugio de hombres y mujeres. De ahí que sus refugios se convirtieran en la otra acepción: Casa de tolerancia, lenocinio, lupanar o prostíbulo.
Hay otra voz que alude a un prostíbulo, EL QUECO, llamado así como apócope de quilombo. Fue uno de los primeros tangos prostibularios. Se sabe que desciende de un tango andaluz, “Quico”, escrito en 1874 por la poetisa española Eloísa de Silva según se cree, y la música fue compuesta por el clarinetista Lino Galeano (1885). Algunos autores dicen que fue armonizado por Julián Aguirre como “Aire criollo nº 3”. Musicalmente es una milonga.
La fuente fue tomada del libro “Cuarteto del Centenario”, ignorándose la fuente original. Los versos de “Quico”, dicen “Quico, vámonos al baile, / Quico, yo no quiero ir, / con el quico, riquico, riquico”. Modificadas por Ángel Villoldo surgió “Queco, si venís pa’l hueco, / Queco, te tengo que hablar, / Queco, con ese muñeco, / Queco, yo te v’ia amparar”. ¡Qué similitud rítmica y fonética!
Visto el recorrido etimológico de la palabra, veamos ahora su camino en el devenir del tiempo a través de los DICCIONARIOS; sin dejar de recordar que el término puede adquirir otras connotaciones de acuerdo a las circunstancias o el ámbito social: con prejuicios sociales que impelen a cambiar su nombre, si nos atenemos a que quilombo resulta para algunos una vulgaridad, utilizando en cambio casa de tolerancia, por ejemplo. En algunos diccionarios encontramos entonces (aclaro que en todos los casos las definiciones no están completas, por innecesarias para la comprensión del tema):
- Diccionario Etimológico del Lunfardo. Oscar Conde, pág. 273
QUILOMBO: Prostíbulo // Lío, barullo, desorden.
- Diccionario de Voces Lunfardas y Vulgares. Fernando Hugo Casullo, pág. 183:
QUILOMBO: voz de origen brasileño. Lupanar, prostíbulo // Casa o lugar donde se falta al decoro con ruido y confusión. // Reyerta.
- Diccionario Enciclopédico Larousse, Tomo 10, pág. 2605.
QUILOMBO: en Brasil, comunidad de negros cimarrones// Argent. Desorden, lío// Argent. y Urug. Prostíbulo.
- Diccionario “CHE, Lunfardiada”, César Tamborini, pág. 79
QUILOMBO: casa de lenocinio, lupanar // Tumulto, desorden //… esclavos que huían de sus amos en Brasil y se reunían en lo que denominaban quilombo, quedando asimilado… por extensión, a refugio de hombres y mujeres.
Tratemos ahora de encontrar su sitio en la historia, que se corresponde precisamente con lo expuesto al principio sobre su origen, su traslado a Brasil y su popularización en la triste Guerra de la Triple Alianza.
El capitán sir Richard Burton fue enviado por Inglaterra como observador (o sea, espía, mediador, cronista, explorador, estratega) entre el 11 de agosto de 1868 y el 21 de abril de 1869; escribe 27 cartas desde los campos de batalla del Paraguay; éste cónsul itinerante de Gran Bretaña describía una zona “liberada” desde la que se intentaba poner fin a la guerra del Paraguay, durante la que se exterminó casi una generación de paraguayos, incluidos ancianos, mujeres y niños, por parte de las tres naciones aliadas: Brasil, Argentina y Uruguay.
Burton escribía: Del lado opuesto del río Paraguay, el del Gran Chaco, se ha fundado un amplio quilombo o establecimiento de fugitivos, donde brasileños y argentinos, orientales y paraguayos viven juntos en mutua amistad o en enemistad con el resto del mundo. [LOS CONJURADOS DEL QUILOMBO DEL GRAN CHACO, por Augusto Roa Bastos <paraguayo>, Alejandro Maciel <argentino>, Omar Prego Gadea <uruguayo> y Eric Nepomuceno <brasileño>, Editorial Alfaguara, Buenos Aires, abril del 2001, contratapa]
Los oficiales de las cuatro naciones que desertaron de la contienda para formar el quilombo del Gran Chaco también estaban perdidos en el tiempo… [Ibidem, Alejandro Maciel, Prefacio, pág. 11]
Queda medianamente clara la acepción de quilombo, asimilada a desorden y -por extensión en segunda acepción- a refugio de hombres y mujeres. Veamos: …Cuando acampábamos con la infantería en las costas del Riachuelo nos visitaba un malón de mujeres, casi todas expertas meretrices, listas para aliviar la soledad del soldado; el reposo del guerrero, aunque en esas noches nadie reposaba… [Ib. Pág. 111]
El capitán argentino Francisco Paunero, uno de los oficiales desertores de esta injusta guerra, escribe en su cuaderno:
Jueves 15 de abril. He descubierto que lo que empezó como una conjura contra el despotismo de la guerra terminó convirtiéndose en un pequeño Estado. El Quilombo del Gran Chaco es una república de la selva nacida del armisticio voluntario de un grupo de oficiales de las cuatro naciones que afuera siguen enfrentándose, invocando oscuros intereses (…) Viernes 16 de abril. Indios mal avenidos a la civilización, a los que la guerra había espantado de las ciudades, libertos que cruzaron la frontera huyendo de sus amos, pardos desertores de los cuatro ejércitos, mestizos de toda laya, soldados prófugos y mujeres venidas o traídas de todos los puntos formaban la población de este refugio, al que el liberto Luvio bautizó como Quilombo del Gran Chaco… [Ib. Pág 126 a 128]
(…) entrado en contacto con el Archivo General de la Nación, en Montevideo. Le informaron que no existía registro de la época relativo a Florencio Silveira o a cualquier otro aparente desertor del Ejército Imperial de Brasil. No obstante, había conocimiento de la supuesta existencia del Quilombo del Gran Chaco, esa especie de república libre y pacífica declarada por comandantes de los cuatro países en plena guerra. [Ib. Eric Nepomuceno, pág. 242]
Creo queda establecido no solo el origen, sino también el significado de la palabra quilombo. Restaría ampliar un poco la utilización en el Río de la Plata. Porque como dijimos antes si bien con un lenguaje más refinado se puede referir como “prostíbulo” o “casa de tolerancia”, en el ámbito más popular, en los arrabales, en las provincias, se les llamaba directamente quilombo.
Pero está la otra faceta, de altercado, conflicto, desorden, abuso, que nos hace exclamar ¡CHE, QUÉ QUILOMBO!
Entonces un comerciante, un industrial, un constructor, un hostelero, todos y cada uno tienen montones de trámites para montar su negocio, muchos de ellos ridículos pero que -si no quieren problemas- tienen que asumirlos aunque el coste sea excesivo, pero no pueden menos que desquitarse expresando ¿Sabés lo que pasa? Estos son unos quilomberos que no tienen otra cosa que hacer y lo fastidian a uno.
Pregunten a un agricultor de toda la vida, más cerca del suelo que del cielo, si le obligan a llenar una papeleta, a él que por su edad y la época que le tocó vivir, solo labrando la tierra por cuya causa resultó analfabeto, querer empaparlo de papelerío ¿para que el surco le salga derecho o a determinada profundidad?. El labriego exclamará ¡por qué no se dejan de j… con tanto quilombo!
Un dentista puede quejarse del agobiante control de distintos organismos para referirse en charla coloquial, esto es un quilombo, así no se puede vivir, pasando más tiempo llenando papeles y haciendo trámites que el utilizado para ejercer nuestra profesión: controles de sanidad que si bien pueden resultar necesarios en alguna actividad, están demás para los que precisamente somos sanitarios; realizar cursos de residuos sanitarios y contratar una empresa, cursos de radiología (ídem) como si ya no los hubiésemos realizado en la Universidad, y un sinfín más de obligaciones ¡no me digas que no es un quilombo!
Y muchas otras cuitas enquilombadas que sería redundante detallar, como por ejemplo:
EL EMBRUJO DE SEVILLA.
Considero Sevilla una ciudad, como diría… ¡mágica! Porque uno puede conocer todos sus rincones después de haberla visitado en numerosas ocasiones, sin embargo a la vuelta de una esquina o frente a una apacible placita que aún no habíamos visto, de pronto aparece algo nuevo. Dejando a un lado los monumentos que son innumerables, que en mi última visita descubrí alguno ignoto hasta entonces (que espero mencionar en otro artículo), mencionaré aquellas visiones que guardan relación con nuestro lenguaje coloquial (el argentino quiero decir) y el tango. Llegó el momento de encontrarnos con una sorpresa, cuando íbamos caminando con Facundo y Patricia por la calle Feria, saboreando un helado, y de pronto nos encontramos de frente con:
QUILOMBO (Bar y Restaurante)
La carta de Quilombo de Sevilla (ubicado en calle Peris Mencheta Nº 6 de Sevilla) incluye 59 platos. En promedio los platos o bebidas en el menú cuestan aproximadamente 10 €. Algunas categorías de platos pueden ser leídas a continuación:
Cocina bien elaborada, entre sus platos encontramos patatas bravas, salmón ahumado, ensalada mezcla de hojas frescas, tomate, cebolla roja, bastones de mango, aguacate y langostinos, aderezado con vinagreta y salsa cóctel. Lomo de bacalao gratinado con emulsión suave de alioli de albahaca sobre pisto de la casa. Todo esto sirve para alimentar el cuerpo, ¿y el alma, espíritu o intelecto, como quieran llamarlo? Pues para eso existen las librerías, que de paso una de ellas nos depara una sorpresa con su nombre:
QUILOMBO (Librería)
En la Librería Quilombo -ubicada en Plaza Pelícano nº 8 del casco antiguo de Sevilla- los protagonistas no son tanto los libros como los lectores, quienes tienen la oportunidad de convertirse en socios del negocio mediante la original figura del «lancero»: clientes que dejan en depósito sus libros antiguos y reciben el 50% de su venta.
Es un establecimiento especializado en volúmenes fuera de catálogo o difíciles de encontrar en otras tiendas de segunda mano. También se vuelcan en la promoción de pequeñas editoriales independientes, como Athenaica, Descontrol o Piedra Lunar, que no se comercializan en grandes superficies.
Creo haber dado un amplio panorama sobre el significado y uso de esta palabra tan rioplatense pero que se está extendiendo en su utilización por personas de otros países, en algunos casos empleando la ironía hacia los que somos argentinos, aunque -eso sí- amistosamente
Ahora bien, una relación interesante sería conocer también los distintos apodos que recibieron las asiduas a los quilombos en su sentido laboral, es decir las prostitutas; y cómo eran consideradas. Nada mejor para eso que acudir a un Diccionario español del que obtuve el siguiente listado:
Barragana: amancebada, pág. 11 y 55
Bagassa (it): ramera, prostituta, pág. 53
Cantonera: ramera, pág. 67
Carcavera: prostituta, pág. 68
Entendera: amante, concubina, pág. 121
Escanfarda: ramera, pág. 124
Guazamalleta: prostituta, pág. 153
Mancebía: lupanar, pág. 176
Meretrice: meretriz, pág. 183
Piltrofera: ramera, pág. 207
Putanna: meretriz, pág. 216
Ramera: meretriz, pág. 222
Ramo de meretriz: indicativo de prostíbulo, pág. 222
También aparece gallo, con las acepciones maricón, afeminado, puto, pág. 148
(DICCIONARIO DE CASTELLANO ANTIGUO, Manuel Gutiérrez Tuñón, Editorial Alfonsípolis, Diputación Provincial de Cuenca, 2ª Edición, 2016)
Época española antigua que también nos revela la consideración de que eran objeto como vemos en estos pocos versos del poema LOS SIETE INFANTES DE LARA, en la pág. 106:
…¡Mal me quieren en Castilla / los que me habían de guardar! / Los hijos de doña Sancha / mal abaldonado me han: / que me cortarían las faldas / por vergonzoso lugar…
Y en las NOTAS correspondientes sobre LOS SIETE INFANTES DE LARA, de la página 118:
También la amenaza afrentosa de cortar las faldas “por vergonzoso lugar” (antigua pena de las prostitutas).
(FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS, de Ramón Menéndez Pidal, Ed. Espasa -Calpe, Colección Austral Nº 100, Madrid, 1969)
Algunas de las cosas expuestas aquí ya las había publicado a finales del año 2024, pero como contiene otros elementos relacionados, puede ser leído a través del siguiente enlace:
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La palabra quilombo como tantas otras en el Río de la Plata, tuvo unos orígenes que incitó a don Rolando Laguarda Trías a realizar un estudio titulado AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES. De ese estudio voy a transcribir la presentación y, a continuación, su explicación sobre la palabra quilombo.
Abolida la esclavitud hace más de un siglo, en los países del Plata apenas si subsisten vagos recuerdos de los antiguos esclavos (2. Con fecha 2 de febrero de 1813, la Asamblea Constituyente argentina aprobó la llamada ley de “libertad de vientres”, que, si no abolió la esclavitud, declaró libres a los hijos que tuvieran los esclavos. En 1833, un decreto de Rosas prohibió la venta de seres humanos, y en 1839 un tratado con la Gran Bretaña impidió la introducción de esclavos en la Argentina; aunque no hubo ley escrita que aboliera la esclavitud, la libertad existió de hecho. La Constitución de 1854 no hizo más que dar forma legal a la liberación de los esclavos. En el Uruguay la libertad de vientres fue establecida por la Constitución de 1830, y la abolición fue decretada por el gobierno de Joaquín Suárez en 1842. El gobierno de Oribe abolió la esclavitud en 1846.
QUILOMBO. Se dio este nombre primitivamente en el Brasil al refugio silvestre de los negros cimarrones, o sea, de los esclavos que habían huido del cautiverio. Según Raimundo, en quimbundo la voz kilombo significa ‘campamento’, ‘arrabal’’; según Mendonca, en la misma lengua es ‘población’.
En el Río de la Plata, al final del siglo XVIII, la palabra, según el marino español Juan Francisco de Aguirre, designaba el almacén donde ponían en venta a los negros esclavos recién llegados al país. Este sentido de ‘casa de venta’, en el sentir de Groussac, condujo a la acepción de ‘burdel’ que hoy tiene en la Argentina y el Uruguay, y también en Chile, según el DRAE, y en él Perú y Bolivia, según Malaret. La Academia Española dio entrada al vocablo, con dos acepciones, en la 16a edición del DRAE (1936), sin indicar etimología; con anterioridad la voz figuraba en casi todos los vocabularios rioplatenses de Granada, Segovia, Garzón, Monner Sans, etc. Granada dejó bien establecido que era palabra africana de la lengua bunda.
En cambio, Monner Sans, Malaret, Bayo y Corominas afirman que la voz procede del Brasil, lo cual es dudoso, pues pudo muy bien llegar directamente a la Argentina y al Uruguay desdé África, como parece surgir de la temprana aparición del vocablo en el Río de la Plata y del hecho de no usarse en estos países las acepciones con que circula en el Brasil. El P. Pedro Grenón, S. J., en su Diccionario Documentado (Córdoba, 1929, s. v.), anota la presencia de la voz en los legajos del Archivo de los Tribunales de Córdoba (República Argentina) en el año 1836, pero las circunstancias de no transcribir el pasaje en que aparece la palabra, ni de indicar el sentido con que la voz era empleada, impiden tomar en cuenta este dato, por no ser utilizable.
El artículo quilombo del D R A E dice así: “m. V. encs. Choza, cabaña campestre. // 2. Chile y R. de la Plata. Lupanar.”
(Rolando A. Laguarda Trías, de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, escrito en Montevideo el 16 de abril de 1965 con el título de AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES).
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LA YUMBA
La yumba es un famoso tango de Osvaldo Pugliese y además marcó su estilo. Voy a transcribir conceptos sobre el significado de la palabra, pero también lo que nos informan otras personas (o el mismo maestro Pugliese) sobre el significado en la música del autor de “La Yumba”.
El término yumba – pese a provenir de una voz aborigen- no fue escogido por Pugliese debido a su etimología sino por su onomatopéyica similitud con el toque de un bandoneón y su resultante mezcla con demás sonidos desarrollados por una orquesta.
«La yumba» fue tocado por el mismo Pugliese junto a su orquesta en el Teatro Colón de Buenos Aires el 26 de diciembre de 1985 en ocasión del 80° aniversario del músico, convirtiéndose así en uno de los primeros tangos ejecutados en el famoso teatro de música clásica.
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Yumba. Con la aclaración al pie que se trata de términos de la lengua “quimbundo”, Vicente Rossi menciona en su libro “Cosas de Negros”:
“Calún-gan-güel” cantaba el bastonero*; “oyé-ye-yumba” contestaba la rueda durante el baile del candombe. Cuando el bastonero conceptuaba que convenía descansar cambiaba el canto y gritaba: “oye-yel”, contestando la rueda “yun-ban-be”… el bastonero gritaba “güel” y los bailarines retornaban a sus asientos.
*En realidad “el shicoba” (el escoba), porque a falta de bastón utilizaban una escoba.
JOSÉ Mª OTERO, en Los cantores de Pugliese nos aclara: Al maestro de Villa Crespo siempre le interesó priorizar los temas instrumentales sobre los cantados. Sobre todo cuando, con su obra fundamental, La yumba, creó el acento en el primero y en el tercero de los cuatro tiempos (yum….bá…) y marcó su estilo para siempre, agregándole el arrastre que lo caracterizaba.
El mismo Otero nos proporciona diálogos de Pugliese con Arturo Marcos Lozza:
-Maestro, ¿cómo se le ocurrió el ritmo de «La Yumba?
-No hay cosas hechas con premeditación y alevosía, Fue una cosa que fue surgiendo con la experiencia. Cuando llegué a los cabarets, entré a trabajar con Pedro Maffia en el Moulin Rouge y allá solía ir El Cachafaz, ese famoso bailarín. Luego lo encontraba de madrugada en un café de Corrientes y Montevideo. Él salía de la milonga y se iba a tomar una copa. Y una vez le pregunté:
-¿Cómo hace para bailar tan bien?
-Caminando… -me contestó.
Y lo de La yumba surgió como decía El Cachafaz: «caminando», como hace cualquier otro tango, con la única diferencia que, con el andar del tiempo, el trabajo me obligaba psíquica y espiritualmente a darle otro carácter a la interpretación.
-En esa interpretación de La yumba usted apela a un ritmo que tiene un sello muy especial.
-Le he dado una marcación percusiva. Por ejemplo, los norteamericanos en el jazz hacen una marcación dinámica, mecánica, regular, monocorde. Para mi concepto, la batería no corre en el tango. Ya han hecho experiencias Canaro, Fresedo y qué sé yo cuántos, pero para mí la batería es un elemento que golpea. El tango, en cambio, tiene una característica procedente de la influencia del folklore pampeano, que es el arrastre, muy aplicado por la escuela de Julio De Caro, por Di Sarli y por nosotros también. Y después viene la marcación que Julio De Caro acentuó en el primer y tercer tiempo, en algunos casos con arrastre. Y nosotros hemos hecho la combinación de las dos cosas: La marcación del primer tiempo y del tercero, y el arrastre percusivo y que sacude.
Definición de yumba en el diccionario castellano: se dice del individuo de un pueblo amerindio que vive en Ecuador, en la región amazónica próxima a la parte central de la cordillera de los Andes.
Otro significado de yumba en el diccionario es también perteneciente o relativo a los yumbos. Dícese del individuo perteneciente a un pueblo amerindio del grupo barbacoa, de la familia chibcha, que vive en la región andina del Norte de Ecuador.
La Yumba. Orquesta Pugliese (primera grabación, 1946):
JITANJÁFORA. Historia de la jitanjáfora
Se han encontrado testimonios de realización de este modo de expresión poética en la poesía popular y en escritores influidos por esta, como el español Lope de Vega, o en Sor Juana Inés de la Cruz.
También fue utilizada por artistas vanguardistas, especialmente por los dadaístas. El escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias destacó en el uso de la misma, especialmente en su obra El Señor Presidente; también la escritora argentina Alejandra Pizarnik en La bucanera de Pernambuco. Julio Cortázar también usó este recurso sintáctico en su novela RAYUELA, creando un idioma alternativo que denominó GLÍGLICO.
La palabra jitanjáfora es un término utilizado en la poesía y la literatura para referirse a una serie de palabras inventadas sin un significado claro y coherente. Esta forma de escritura se caracteriza por ser desconcertante y desafiante para aquellos que intentan comprender su significado, porque carecen de significado en sí mismas.
La etimología de jitanjáfora es un tanto incierta, hay estudiosos que atribuyen sus orígenes en la cultura africana; hay quienes atribuyen la creación del término al escritor Alfonso Reyes quien lo tomó de la poesía de Mariano Brull, donde éste juega con sonidos, inventando palabras sin sentido aparente. La palabra «jitanjáfora» aparece en los siguientes versos de Mariano Brull:
Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea jitanjáfor
liris salumba salífera.
Cuenta Reyes que las hijas de Brull solían recitar poemas ante los invitados. Para sorprender a su auditorio, entre el que se encontraba Reyes, Brull escribió este poema e hizo que ellas lo recitaran. «Escogiendo la palabra más fragante de aquel racimo, di en llamar las Jitanjáforas a las niñas de Mariano Brull. Y ahora se me ocurre extender el término a todo este género de poema o fórmula verbal» (Alfonso Reyes: La experiencia literaria, México: FCE, 3.ª edición, 1983, pág. 185.)
Generalmente son términos negro africanos –afro negrismos– que se basan en la sonoridad de las palabras, con función puramente fonética, que carecen de sentido. Algunas son onomatopéyicas. También encontramos alguna en los tangos, por ejemplo en el candombe “Juan Manuel” de Piana y Manzi, aparece la interjección “cuntango carancuntango / cuntangó, carancuntán”. Otro tango milonga “La calesita”, nos provee otra palabra de estas características, “carancanfún”.
Y aún hay más, el tango “La Yumba”: es una onomatopeya que responde a la marcación y acentuación rítmica del conjunto. Y la similitud con el toque de un bandoneón y su resultante mezcla con los demás sonidos desarrollados por una orquesta. Sobre el compás de 4/4 la marcación se realiza sobre los tiempos 1 y 3 como fuertes, siendo el 2 y 4 débiles. “Yum” (1) “ba” (2) “yum” (3) “ba” (4). Realizando la marcación rítmica en bloque de conjunto (1/3), contrapuesto al solo toque de la mano izquierda del piano en el grave (2/4).
¿Más todavía? Ramón Gómez de la Serna, nacido en Madrid en 1883, se afincó en Buenos Aires donde murió en 1963. Escribió muchas obras, entre las cuales una donde expresa. “Fue el candombe con sus naciones, sus sociedades, sus reyes, la expresión de supervivencias africanas dominantes en Buenos Aires. Bien clara se ve esta supervivencia en la letra de una marcha que transcribimos:
Oye-yé / Yum-bam-bé / He-e-e / He-e-e / María y curumbé / María y curumbé / He-e-e /Yum-bam-bé” (INTERPRETACION DEL TANGO, Ramón Gómez de la Serna, Ed. De la Tierra, Madrid, 2001, pág. 45)
En el poema “Mulata”, de Nicolás Guillén, encontramos dos jitanjáforas: songoro cosongo.
En el libro de Acho Manzi con las obras de su padre, encontramos una jitanjáfora del filme “Pampa Bárbara”, con Francisco Petrone, y cantada por María Esther Gamas.
CALÚN GANGUÉ
(Negrada) Letra Homero Manzi – Música de Lucio Demare (año 1945)
Calún Gangué, yeyé yumbá,
yeyé yumbá, calún gangué,
yeyé yumbá, yumbá,
Calún gangué-é-é
Yeyé yumbá calún calún gangué.
El amor para que dure
tiene que ser como el locro,
un poquitito de trigo,
un poquitito de todo.
yeyé yumbá yumbá,
calún gangué-é-é, yeyé yumbá
Yeyé yumbá, calún, calún gangué-é.
Del otro lado del río
los unitarios están,
pero no les tengo miedo,
ni un poquitito de miedo
porque el río es federal.
Yeyé yumbá, calún, calún gangué-é,
yeyé yumbá, calún, calún gangué,
yeyé yumbá, calún, calún gangué.
La piel de color moreno,
el pelo color carbón…
Y en lo oscurito del pecho,
donde duermen los recuerdos,
colorado el corazón…!
Yeyé yumbá, calún, calún gangué,
Yeyé yumbá, calún, calún gangué,
yeyé yumbá, calún, calún gangué.
Calún Gangué, yeyé yumbá,
yeyé yumbá, calún gangué,
yeyé yumbá yumbá
Calún gangué-é-é, Yeyé yumbá,
yumbá, calún guangué-é-é.
Yeyé yumbá, calún, calún gangué.
César J. Tamborini Duca
Académico Correspondiente para León
Academia Porteña del Lunfardo
Academia Nacional del Tango