Pro captu lectoris habent sua fata libelli es una frase latina. Procede del gramático latino Terentianus Maurus, de su poema De litteris, de syllabis, de metris (Sobre pronunciación, sílabas y métrica) y significa “Según la capacidad del lector, los libros tienen su destino”. La frase se suele utilizar en el sentido de que un texto sólo puede transmitir tanto sentido cuanto la capacidad del lector esté en condiciones de comprender. De eso se trata, como veremos a continuación.
En la primera parte de este artículo traté de rebatir la controvertida afirmación de Carlos Franz de un supuesto vacío de poder en la Confederación Argentina, y al mismo tiempo reforzar los motivos por los cuales a Facundo Quiroga de lo consideró uno de los malos de la historia. En ese entonces había una forma de gobierno diferente como se deduce del mismo nombre de la Nación. Los estados o provincias federadas delegaron el manejo de las Relaciones Exteriores en el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires don Juan M. de Rosas, quien era reconocido por los otros países de este hemisferio como “El Gran Americano”, mientras los países europeos miraban con ojos de admiración que interrogaban ¿quién es ese gaucho que se atreve a enfrentar a las dos mayores potencias del mundo? En esta segunda parte trataré de rebatir con argumentos que estimo fundamentados, el por qué Quiroga no debe ser catalogado como uno de los “malos”. La reivindicación de una figura maltratada por la historia oficial con el axioma “la primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”, también es hacer Memoria Histórica.
Llegados a este punto -y que me perdonen los lectores si me atrevo a prejuzgar que la gran mayoría estará de acuerdo con lo relatado- a fuer de honestidad debo confesar que también esa era mi opinión. Sin embargo en un análisis desapasionado surgen algunas dudas porque ¿de dónde obtuvimos toda la información sobre la vida de Facundo? ¿Qué hay de cierto sobre todas sus crueldades? ¿Conocemos algún caso de “enchalecado”? ¿Hay constancia de haber encontrado aunque más no sea uno solo de los muchos ‘enterramientos’ que se le atribuyeron?
Para el lector desprevenido aclaro que otra de las cosas que se achacaban a Facundo Quiroga era tener enterrados tesoros ocultos en distintos sitios, ‘fruto del pillaje’, que recibieron el nombre de enterramientos pero nunca me enteré se descubriera alguno.
Y si bien es cierto que Facundo mandó fusilar al Mayor Tejedor, lo hizo en represalia por la impresión causada cuando se enteró del fusilamiento de algunos de sus oficiales con posterioridad a una de las batallas, fusilamientos protagonizado por oficiales a las órdenes de Paz y que el mismo “manco” relata en sus “Memorias” deslindando su responsabilidad en el hecho.
Hacemos constar como ciertas las creencias populares sobre la singular aptitud de su caballo “Moro” (del que se apropiaría Estanislao López con gran disgusto de Quiroga) y sobre los “Capiangos”, lo cual no delata maldad por parte de él, sino mas bien ignorancia en las mentes rudimentarias de los que creían y propalaban esos mitos.
Otra pregunta para despertar conciencias anestesiadas por la prédica de los vencedores en la contienda civil del siglo XIX ¿cómo un personaje al que se atribuye una personalidad burda, salvaje y despiadada fue tan bien recibido en los salones de la aristocracia porteña, donde se desenvolvía con la máxima finura y era respetado y admirado?
La historia presenta muchos vericuetos, y el que escribió la de “Facundo” con este título y el subtítulo “Civilización y Barbarie” no se caracterizaba por una conducta intachable en la vida. Por empezar renegaba de sus orígenes: no trepidó en hablar mal de España y lamentar que los ingleses hubieran fracasado en sus invasiones, siendo hijo de padre español; como tampoco tenía empacho en manifestar que la presencia de los indígenas le causaba repugnancia, siendo que su madre era originaria de la tierra.
Sarmiento, que de él hablamos y era primo de Quiroga (Sarmiento era hijo de José Clemente C. Quiroga Sarmiento pero no utilizaba el primer apellido), tuvo actitudes antipatrióticas: “El gobierno de Chile, aprovechándose de la situación complicadísima creada a la República Argentina por la guerra de Francia e Inglaterra, aliadas con los unitarios, envió una expedición al estrecho de Magallanes con el objeto de apoderarse de aquellas costas, so pretexto de fundar en ellas una colonia penal. …Influyó en el ánimo del gobierno de Chile la prédica indiscreta de muchos argentinos, entre ellos Sarmiento, asilados en aquel país, que en odio al dictador de Buenos Aires, y por incitarle enemistades le inducían a la colonización del estrecho (y de toda la Patagonia). En aborrecimiento a Rosas se atacaba a la integridad de la patria, dando pie a Chile para ocupar territorio argentino. (“Juan Manuel de Rosas. Su vida, su drama, su tiempo” de Carlos Ibarguren, Ed. Frontispicio, Bs. As., 1955, 12ª Edición, pág. 342).
Entonces, ¿pueden ser creíbles todas las insidias que sobre él escribió Sarmiento?; el mismo que en carta a Mitre le decía que no importaba mentir si con ello se conseguían los objetivos propuestos. Más respetable y sincera parece la opinión de Vicente Fidel López, de quien no se puede decir que fuera panegirista precisamente de los federales pues era militante convencido del bando unitario, y decía: “No se le conocen -dice Vicente Fidel López, que le vio de cerca- actos de torpe lujuria como los que infamaban las costumbres de Bolívar. No cometió jamás acto ninguno de traición ni de infidelidad o perfidia contra los intereses o contra los hombres con quienes se hubiera ligado. Amaba y respetaba a su mujer, amaba a sus hijos, de quienes se puede decir que fueron todos ellos laboriosos ciudadanos, los varones, y excelentes madres de familia, las mujeres”. (“Juan Manuel de Rosas”, obra citada, pág. 118).
También supo ser generoso en la batalla, cosa inusual en la época a que nos referimos. En La Rioja, “Quiroga derrota a sus enemigos, queda en el campo el cadáver de Miguel Dávila (gobernador) y son tomados más de doscientos prisioneros. El caudillo triunfante honra la memoria del vencido, envía su pésame a la viuda de Dávila y ordena ‘que los prisioneros sean puestos en libertad en la plaza con la prohibición absoluta de que nadie ose insultarlos por sus opiniones políticas’.” (Obra citada, ídem).
Comisionado por Rosas para que interpusiera su influencia y solucionara un conflicto entre las provincias de Tucumán y Salta, a su regreso de la misión en las provincias norteñas el gobernador de Santiago del Estero le advirtió que intentarían asesinarle sicarios de Vicente Reinafé, gobernador de Córdoba; intentó convencerle de un cambio de itinerario y le ofreció escolta armada; su valor, su intrepidez, le impidieron aceptar ambas cosas. La emboscada se produjo en Barranca Yaco y Santos Pérez, que mandaba la partida, le provocó la muerte instantánea con un disparo en un ojo cuando asomó la cabeza por la ventanilla de la galera. Fue el 16 de febrero de 1835. Luego de la caída de rosas en 1852 sus restos fueron escondidos tras de una pared para evitar su profanación, y fueron redescubiertos el 9 de diciembre de 2004 en el lugar donde se encuentran, el Cementerio de la Recoleta.
Unos meses antes de morir y explicando sus últimos desastres militares (La Tablada, Oncativo) decía Quiroga: “Paz me ha vencido con figuras de contradanza”, agregando con hidalguía: “Puedo luchar contra todos los gobernantes coaligados y tener fuerzas para vencerlos; puedo pelear contra las tropas realistas por aguerridas que sean, y tengo la convicción de derrotarlas; pero contra el General Paz, es imposible”.
Después de tomar conciencia de éstas facetas desconocidas del caudillo y de la circunstancia que la historia es escrita por los vencedores, siendo necesario estudiar e investigar para formarnos una opinión más acorde con la realidad de lo sucedido, ¿seguiremos tildando a Facundo como uno de los “malos de la historia”?
Este relato fue publicado en la Revista Argentinidad del Centro Argentino de Asturias, en el año 2010 (pág. 14)
Colofón: un gran cultor de nuestro sentimiento nacional, lunfardo y tango, creador de la Academia Porteña del Lunfardo y Presidente de la misma, profesor D. José Gobello, dijo: “Homero Manzi murió el 3 de mayo de 1951… la (muerte) de Manzi, estaba siendo anunciada por su larga enfermedad. En los últimos días de su vida, en el sanatorio donde esperaba la muerte, Manzi escribió dos poemas muy distintos. Uno de ellos quedó inconcluso. Se llama El último viaje de Quiroga. Manzi alcanzó a escribir veintidós cuartetas sobre el mismo tema que Borges –un Borges juvenil y lleno de patria- había tratado 25 años antes en El General Quiroga va en coche al muere; pero Manzi no pudo dar el tono fatídico ni la dimensión cósmica de los versos de Borges”. (José Gobello: Conversando tangos. A. Peña Editor, Bs. As., 1976).
A esas 22 cuartetas que menciona Gobello le faltó el final que la prematura muerte de Manzi a los 44 años impidió realizar. Seis cuartetas de mi autoría, que están en cursiva el final, tienen la pretensión de llevar a su término el poema inconcluso.
LA MUERTE DE QUIROGA
La gente le previene y él no les hace caso
y piensa mientras muerde su labio sin bigote,
—¡No han nacido los machos que me salgan al paso,
ni se templó la daga que me corte el cogote…!—
“Pucha con este Ibarra siempre tan desconfiado
y con esa manía de endilgarme un consejo,
nada menos que a mí que empecé de soldado
y llegué a general regalando pellejo”.
Le asustan a la gente que lleva en el cortejo,
con cuentos de camino y crímenes villanos,
como ser, las memorias de aquel sangriento viejo
que galopó dos leguas, las tripas en las manos.
—¡Déjense de pavadas y enganchen la galera…!
por cuenteros y maulas les metería una soba.
¿Qué quieren, que a mis años pida la escupidera
y me quede en Santiago masticando algarroba…?—
La mañanita brilla con un sol de verano.
A la vieja del mate le tiembla hasta la espuma.
Ella tuvo un valiente que partió con Belgrano
hasta que lo tripearon los cuervos de Ayohuma.
“Siempre los cordobeses metiéndose en la fiesta.
No se les puede dar ni un chiquito de lazo.
Si son como esas moscas que zumban en la siesta
y escapan en cuantito lo ven mover un brazo”.
Los algarrobos gozan en el viento temprano.
El carruaje está listo y listo el contingente.
Quiroga revolea su vicuña riojano
y vivando su apodo lo despide la gente.
Hay un poco de pena en el coro apagado.
No es un grito violento sacudiendo el estío.
Es un viva de muerte, con un eco enlutado
que se pierde sin alma en la arena del río.
Un arreador trenzado de afinada puntera
refusila chasquidos sobre el aire del anca
y las yuntas sacuden la lujosa galera
y se escucha el quejido de la rueda que arranca.
“¡VIVA EL TIGRE…!” le gritan Ibarra y sus mesnadas.
Ya Quiroga está sordo a ese viva ladino
y mira sin mirar dos nubes coloradas
que ensangrientan el fondo de su cielo argentino.
El coche cruza el campo repechando albordones,
después de hacer un bado cejeador en el río
y costea las chacras de dorados melones,
que maduran al fuego de los hornos de estío.
Una paisana asoma con su alforjón peruano
tranqueando al contrarumbo de la ilustre galera
y al ver de qué se trata saluda con la mano
y haciéndose a un costado, bajo un mistol espera.
Entra un polvo de arena que los párpados cierra.
A Facundo, entre sueños, le trabaja una idea.
“¡Para qué tanto miedo si no estamos en guerra…!
¡Si aura es hombre de paz y no busca pelea…!”
“¿Acaso no está allá comandando las cosas
Juan Manuel, su compadre, su aparcero, su hermano…?
¿Acaso no comprenden que si él le pide a Rosas
el favor de un castigo, le va a dar una mano…?”
De pronto le pregunta con burla y de sorpresa
al Coronel Ortiz que le tiembla el camino.
—¿Moriremos los dos en tierra cordobesa
o seguiremos viaje como cualquier vecino…?
El coronel contesta de manera evasiva
él ha oído decir que en Córdoba es la cosa.
Por algo en Buenos Aires en forma persuasiva
les quiso dar escolta don Juan Manuel de Rosas.
—No se escribe la historia con sangre de gallina…
¿no entiende, coronel, que le estoy dando soga…?
No ha de haber en la patria una mano argentina
capaz de asesinar a Facundo Quiroga.
Se apacigua su orgullo en ese enorme alarde.
Contento de sí mismo reclina la cabeza
y se tira a la sombra propicia de la tarde
con un aire de tigre que regusta la presa.
Baraja los recuerdos el Tigre de los Llanos.
Desfilan los lanceros tras la bandera negra
y le brindan aplauso los pueblos soberanos
que buscan el perdón de su tropa altanera.
Y vuelve a hacer arreos en estancias salvajes
y se llena de fuego su cuatrera demencia,
mientras sus milicianos van pechando el vacaje,
que se clava en las patas y se afirma en querencia.
Él es un general de machete y espuela,
con nalgas para el trote y sangre de pelea;
no como el manco Paz, contador sin abuela,
que le ganó dos manos peleando a la europea.
Y evoca aquel instante cuando en un largo pliego,
don Juan Manuel de Rosas le anotició en detalle,
de la trágica muerte del Coronel Dorrego
y el motín decembrino del faccioso Lavalle…
Más allá el paisaje se llenaba de sombra,
la sombra proyectada por inmensa arboleda
que exhibe con orgullo el yuyal como alfombra,
el entorno es salvaje, aquí no hay rosaleda.
Cercano a la Posta del Ojo del Agua,
que en Barranca Yaco –le avisan- lo esperan;
se lo dice una criolla,aún vestida en enagua:
Reinafé ha enviado 30 hombres, que operan.
Al llegar la carroza al fatídico punto
Santos Pérez acecha, en el bosque emboscado
ordenando el ataque; y aquí yo barrunto
que llegaron muy pronto, cruzando algún vado.
Se asomó Facundo sin temor alguno
a la daga artera, filosamente hostil,
pero la muerte llega sin aviso ninguno
con sonido tremendo, descargando un fusil.
En su presidio el “Manco” que lo derrotó,
vió una comitiva regresando triste,
carroza encarnada, divisa punzó
como el uniforme que la gente viste.
Los cuatro caballos tiran del cortejo
llevando sus restos en un ataúd
¡ha muerto Quiroga! lo traen de muy lejos
y al Tigre despiden, sones de laúd.
https://pampeandoytangueando.com/historia/el-tigre-de-los-llanos-i/
cON LICENCIA DE TIEMPO HISTÓRICO, Y CON PERDÓN DE QUIENES NO PIENSEN IGUAL, COSA QUE ESTOY MUY DE ACUERDO, DIGO LO SIGUIENTE
«EL TIGRE»
Señor del llano Riojano,
Argentino hasta los huesos,
acaso fuera por eso
que no lo quiso El Cuyano,
en «Facundo» muy ufano
su figura ensombreció
El, que en Chile renegó
de nacer en nuestra tierra,
quiso cubrirlo de piedras
con mentiras que escribió.-
Montao en su pingo moro
peleo a lanza por su Rioja,
llevaba divisa roja
cual apreciable tesoro,
respiraba por sus poros
todo el aire federal,
su temple e´macho cabal
cubrió de glorias al llano
y en esos campos Riojanos
vibro el alma nacional.-
Le daba cara a la muerte
en cualesquier entrevero,
atropellando primero
intimidaba al mas fuerte,
nunca confiaba en la suerte
solamente en su valor,
su voz de mando se oyó
entre el silbar de las balas,
y en el combate de El Tala
a Lamadrid derroto.-
En los campos e´La Tablada
sin infantes ni artilleros,
al frente de sus lanceros
libra feroz batalla,
no podrá con la muralla
de cañones que vomitan,
y mientras El Manco grita
pa dar valor a su tropa
siente El Tigre la derrota
y se le ñubla la vista.-
Emboscao por la traición
El Tigre habrá de morir,
Santos Perez ha de cumplir
tan disgraciada misión,
es que el odio y la pasión
lo llevan al asesinato,
por eso Barranca Yaco
habrá de ser en la historia,
la tumba que dio la gloria
¡al gran caudillo Riojano!
vasco
Mi querido amigo y miembro de Asolapo Argentina, quiero felicitarle por su excelente página y el material que incluye en ella, especialmente los de su propia autoría.
Mi abrazo cordial
Norberto Pannone
Sin duda alguna interesante, pero polémico, por cuanto estimo que hay parcialidad en las memorias.
Hay que introducirse en la época, en sus costumbres y si Sarmeinto cometió errores, dejó para nuestra educación la enorme virtud de una obra colosal.
¿O el autor cree que Sarmiento no fué perseguido?
Yo también algo he indagado en el pasado-
Leiro es un pobre diable, tuvo una vida azarosa, despótica y dentro de sus luchas por las libertades conculcadas desde 1930 en adelante, puedo mencionar que también cometí errores.
No me desvela que se me juzgue por los errores, pero ¡caramba! alguna virtud tenemos los que hemos luchado por la libertad. Eso defiendo.
Un 24 de octubre de 2013, desde Buenos Aires, Argentina, ha escrito lo que siente Rodolfo Leiro, con el debido respeto al autor o los autores de la nota que seguramente receptará encendidos aplausos.
Querido Cesar de los pagos leonneses:
Confieso que la historia es una de mis pasiones….y cuando estudiante me topé justo con el tiempo del revisionismo a que tu haces referencia.
Hoy muy a la distancia, veo que nuestra historia se ha nutrido, no solo de mentiras, sino de crueldades casi injustificables.
Es cierto el tema del entorno y de los valores de la época (el contexto)….mas esa historia nos debe enseñar como práctica socio-poñ{itica-cultural que debemos parir mas fraternidad que confrontación….
En la Revista 22 en la que comento el tango La Mentirosa, hay una confesion respecto de la mentira…. a la que no debe aceptarse..ni practicarse. .asumiendo el mandato Kantiano
Tu trabajo es maravilloso…y tus versos agregados a los de Manzi resisten la comparación absolutamente. Felicitaciones por haberlos escritos.
Qué temas!! temazos!…como para seguir conversando.
Y ha sido todo un gusto para el alma haber leido lo que tan bien has escrito.
Cordialmente
Raul
Desde Santa Fe de la Vera Cruz.
Como no podía ser de otra manera agradezco los comentarios volcados en este ensayo: a Raúl Suffriti que siempre tiene palabras de elogio hacia el blog al igual que Norberto Pannone; «Vasco» Zabalza que nos brindó uno de sus magníficos poemas, disculpándose por los que no piensan igual, que yo suscribo más adelante utilizando una balanza; a mi amigo don Rodolfo Leiro, maestro del soneto, pues aún cuando percibo su contrariedad es una persona muy honrada, y reconozco y agradezco que empleó el máximo tacto en su afán por no molestarme; cosa que no ocurriría de ninguna manera porque en un tema de investigación los juicios suelen ocupar uno u otro de los platillos de la balanza, por eso cada uno tiene su Facundo en el platillo del malo, o en el de la alabanza. No quiero entrar en polémicas sobre este tema tan escabroso, pero sí aclarar que el artículo pretende demostrar algunas falacias sobre Facundo y no iba dirigido a desmerecer a Sarmiento, aunque inevitablemente se lo mencionara, siendo mi punto de vista no muy favorable al mismo. Pero de todos modos y como don Rodolfo mencionó que fue perseguido, en una clara alusión (estimo yo) a sus exilios, me atreveré a opinar sobre este aspecto, susceptible de matices.
Y nada mejor que transcribir lo que escribió al respecto uno de sus panegiristas, Ezequiel Martínez Estrada, en su libro «Muerte y Transfiguración de Martín Fierro». De ahí extracté lo siguiente: [En un opúsculo sobre el Chacho decía Hernández: «…El general Peñaloza ha sido degollado. El hombre ennoblecido por su inagotable patriotismo, fuerte por la santidad de su causa, el Viriato argentino…». El objetivo de ese opúsculo era dejar al descubierto al responsable directo del crimen que indignó a los hombres de conciencia; Sarmiento tuvo que dejar la gobernación y Mitre le proporcionó un nombramiento diplomático para que saliera de la provincia y del país].
Mucho antes Sarmiento tuvo otros exilios: en 1827 fue reclutado dentro del ejército federal. Según sus propios relatos Sarmiento, como alférez de milicia, debía realizar tareas que lo incomodaban. Presentó un reclamo y fue citado por el gobernador Manuel Quiroga (¿su tío?). Pidió ser tratado con equidad pero esto fue tomado como un desacato y enviado a prisión. Debido a éste y otros enfrentamientos con integrantes del Partido Federal, se pasó al bando unitario y se incorporó al ejército del «manco» Paz. En 1831 a raíz del triunfo federal en su provincia decidió emigrar a Chile. Se deduce que hay una actitud de resentimiento, como ocurrió posteriormente con Rivera Indarte, apologista de Rosas enviado a prisión por un delito; pretendió que Rosas lo indultara y al negarse éste como era lógico, se exilió en Uruguay transformándose en el más acérrimo de sus enemigos.
La pasión por la historia me hace extender más de la cuenta e introducirme en otra temática, si bien afín, que no corresponde al tema. Pido disculpas
Los Argentinos debemos de pensar de una vez por todas, que el pensar distinto no nos hace enemigos.-Es importante el parecer de cada uno de nosotros en estos temas históricos, pero de ahí a que alguno tenga la razón la distancia es muy grande.- Entiendo que nadie fue tan bueno como dicen ni tan malo como otros pregonan, en definitiva muchos fueron políticos con sus debilidades, sus errores y sus aciertos.- Como egresado en el año 54 con el titulo de Maestro Normal, salí impregnado de la Historia contada por Grosso, pero luego leyendo a De Paoli, Iglesias y otros revisionistas, entendí que la Historia Argentina tiene varios dueños y que los Argentinos hablamos de acuerdo a como nos va en la feria.- Hermanos dejemos el pasado y miremos hacia adelante y si podemos, avancemos todos tomados de la mano hacia un mundo de paz y comprensión.- Fuerte abrazo Cesar y mis respetos a ese «escritorazo» que es Don Rodolfo Leiro.- vasco
Al margen de su valor literario y puestos en aquel contexto histórico …“Civilización y Barbarie” (DFS) tiene una clara y mucha intencionalidad política contra Rosas.
No podremos destacar a su autor por veraz, tolerante y “civilizado” frente a la violencia, incultura, tiranía y arbitrariedad de la “Barbarie” ( gaucho, indígena, español, Quiroga, federal..)
La Leyenda negra de la “Barbarie” ES a partir de la ideología representada por Sarmiento.
NO ES aceptable dar valor histórico a lo que no lo tiene.
Muy bien a la pluma audaz de César, lo digo por completar lo del fenómeno Manzi, por lo demás, siempre en búsqueda de la verdad que en esta ocasión, como en tantas otras comparto plenamente.
Abrazos y respeto para todos.
El TIGRE el tigre…… huevos hasta los cayos.