El origen de las palabras

Petitero. Eduardo «Manos Tijera»

La peluquería de don Mateo

La peluquería de don Mateo

En el último viaje a la Argentina estuvimos unos días en Palermo, calle Güemes. Íbamos caminando por Charcas y doblando por la calle Vidt en dirección a Santa Fe, apenas superada la esquina mi mujer –que siempre va atenta a todo- me señaló  -“mirá esa peluquería,  los jueves cobran solamente $ 50 a los jubilados”. Deseo aclarar que hace veinte años, por estipular una fecha, ella no se fijaba en estos detalles y me orientaba hacia peluquerías con cierto prestigio. Pero como la situación había cambiado con la jubilación, al día siguiente penetré con estoicismo en la peluquería de marras.

Tomé asiento cerca de otros dos clientes mientras el peluquero se dedicaba con esmerada atención a su tarea y, -cosa extraña- sin emitir una sola palabra. Cuando terminó con el segundo cliente con la misma misteriosa actitud llegué a inquietarme pensando “¡dónde me metí”!; luego comprendería que mientras hubiese clientes por atender se dedicaba concienzudamente a su tarea.

Cuando me tocó el turno comenzó a trabajar sin preguntarme cómo quería el corte, como suelen hacer en todas las ocasiones que expongo mi cabeza para esos menesteres; confieso que me ponen en un apuro pues no sé qué responder: un artista entiende qué es lo que debe hacer.

Al concluir su tarea me puso un espejo por detrás y, para mi sorpresa, habló: -“¿qué le parece? a lo petitero”. Lo miré sorprendido, no sólo por dirigirme la palabra sino por el epíteto utilizado.  –“Pero, usted es más joven, no es de la época de los petiteros, que yo viví en La Pampa en los años ‘50” le dije.

Petit Café

Petit Café

-“Mi papá siempre me decía así, a lo petitero”  explicó. Entonces comprendí que pertenecía a una saga de artistas en el oficio y por ese motivo utilizaba una tijera en cada mano, cortando el pelo a dos manos y realizando en el corte de mi cabello una obra de arte. Por ese motivo, desconociendo su nombre, le apliqué el seudónimo “Eduardo Manos Tijera”.

https://www.youtube.com/watch?v=dmyo7nBP8lg

Como no había clientes a la espera continuó su historia:  -“¿sabe por qué se utilizó el término petiteros? Había jóvenes que se reunían en el Petit Café, ubicado en la Avenida Santa Fe al 1800, cerca de Avenida Callao. Estos jóvenes tenían maneras peculiares en sus costumbres, entre otras cosas la música que escuchaban y la vestimenta que utilizaban, y asociándolos al nombre del Café les aplicaron ese nombre, petiteros”.

Nombre que se popularizó y se hizo extensivo a todos los que copiaban la nueva moda, que también llegó a La Pampa y me incluyó en sus nuevos adepos. Transgresores en la vestimenta utilizando, entre otras cosas, pantalones “pitillo” con colores chillones que hoy en día suelen ser habituales pero entonces señalaban en la calle a las personas que los usaban: amarillo “mostaza”, rojo “ladrillo” (casi anaranjado), saco con tajitos, zapatos mocasines; el cabello más bien largo. Y se impuso la moda musical del rock and roll, haciendo furor en la juventud como en otras partes del mundo.

 César José Tamborini Duca

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César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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