Sin ninguna duda es éste un nombre que puede parecer despectivo, o rumboso, según el cristal con que se mire; nombre que se les daba a las mujeres negras, mulatas, indígenas y mestizas (aunque también las había blancas) que ayudaban con la impedimenta en los batallones, y tenían sus habitaciones en las proximidades de los cuarteles; éstas habitaciones se denominaban cuartos de las chinas y a sus ocupantes cuarteleras. (En Bolivia y por las mismas razones se las denominaba “rabona”).
Eran mujeres bravas, muchas de ellas de armas tomar como fue el caso de “La Delfina”, compañera de Francisco “Pancho» Ramírez (El Supremo Entrerriano) líder de las montoneras entrerrianas; o el caso de “Rosa La Tigra” que acompañaba a las tropas argentinas el 27 de diciembre de 1868 en la batalla de Ytaivaté, ambas cuarteleras descriptas en “Mujeres Argentinas”.
Entre otros tipos de música, el tango solía bailarse en el rancherío cuando la Guerra de la Triple Alianza obligaba a la coexistencia de orientales, brasileros y argentinos. Voluptuosidad y colorido en la que se mezclaba la triple nacionalidad en furibundo ritmo, enlazando cinturas de mulatas y negras que acompañaban a las tropas brasileñas, agregándose a ellas las chinas de los ranchos vecinos o las que acompañaban a las tropas argentinas, cuando la acción transcurría en suelo correntino invadido por las tropas del Mariscal López. También las cuarteleras acompañaron a los ejércitos patrios en la Guerra de la Independencia, luego en las guerras civiles; y también en las luchas contra la población originaria, en la guerra de fortines como relata el tango “Del tiempo guapo” (letra de Marcelo E. de Laferrere y música de Vicente Fiorentino): …”Te conocí en los fortines / que cuidaban la frontera, / reclamando los amores / de una china cuartelera”…
[audio:Del tiempo guapo.mp3]Dejé para el final un comentario de Vicente Rossi que dice: “En los días y noches de franquicia milica se formaban entretenidas y ruidosas reuniones en aquellos cuartos… asistían también civiles, orilleros curtidos amigos de la casa… Ninguna preparación previa las organizaba… Invariablemente empezaban con canto; siempre aparecía una guitarra en el cuarto de una china, y tras la guitarra un cantor… siempre circulaba el mate… que de vez en cuando se ‘asentaba’ con un trago de caña en Montevideo, de ginebra en la otra banda”. (“Cosas de Negros”).
https://pampeandoytangueando.com/tangueando/tristeza-y-origenes-del-tango-su-procacidad/
Otrra entrega formidable de CESAR TAMBORINI DUCCA, hurgador como nadie de estas estampas que nos trae del ayer prendidas de su talento indesmentible.
Fueron otras mujeres y fueron otros hombres.
Que hoy retornan, como arteria de la Patria de antaño.
Rodolfo Leiro, un 7 de mayo de 2014.
excelente artículo .
Me hizo recordar a María Leguizamón » la Guayreña » china cuartelera paraguaya y afincada en La banda Oriental donde hoy es Durazno ,
Amante del gral Fructuoso Rivera y luchadora incansable por nuestra independencia
Dos notas que guardan relación entre ellas y que completan la idea de cómo se fue gestando esa cosa que llamamos tango. Prefiero cuando se lo toca recordando en parte aquellos comienzos, que cuando se pretende darle ese nombre a música de cámara. Si uno quiere tocar música clásica, no la debería llamar tango. Éste no nació para ello. Esa «musiquita», que dijo Borges en un poema