Desde lo más recóndito de la tierra, surge su voz esplendente en su canto, y la música de Beatriz Pichi Malén, en un intento por mantener vivo el acervo cultural de la población originaria, para integrarse al polifacético entorno cultural argentino, universal por la variedad de las naciones que la conforman. La entrevista, realizada por el autor del libro “Pasión y Muerte de Nuestro Señor de las Pampas”, tuvo lugar en el viejo “Café Tortoni”, el día jueves 19 de agosto.
Beatriz, en realidad pudimos conocernos hace unos 37 años, ya que entonces ambos vivíamos en la calle Barabino, de San Antonio de Padua, a 400 metros uno de otro.
Efectivamente, y fijate que venimos a conocernos cuando estás viviendo en España, a miles de kilómetros de distancia. Y ello como consecuencia de nuestra pasión compartida por la etnia mapuche.
Tu llevas un nombre bien mapuche, Pichi Malén, que según mis conocimientos –no tan profundos- del mapudungu, significa “Pequeña Muchacha” ¿Es así?
Literalmente sí, pero quiero aclararte el concepto. Cuando un adjetivo, en este caso “pichi” (= pequeño) precede o va como prefijo de un sustantivo, “malen” (= muchacha) ese sustantivo adopta la forma de su diminutivo: “muchachita”. Otro ejemplo que se me ocurre es “pichi mahuida”, literalmente pequeña montaña, en realidad sería “montañita” o sierra.
¡Qué interesante!, veo que conversando contigo se pueden aprender cosas. Pero háblame de tu apellido materno (me habías comentado que el paterno es de origen vasco-francés) ¿Qué significa “Coliqueo” en mapudungu?
Como tú sabes soy tataranieta del cacique Ignacio Coliqueo. Buscando mis orígenes, tratando de confeccionar el árbol genealógico familiar, me trasladé a la región chilena donde eran originarios mis ancestros. Para mi sorpresa no existía ese apellido como tal, habiendo en cambio muchos “Colu-cheo”. Indagando sobre el tema llegué a la conclusión que el término originario “Coluche” se transformó en “Colucheo” y posteriormente en “Coliqueo”.
Vamos, que tus ancestros eran alemanes o ingleses (risas) porque en mapudungu solían denominarlos “Colu-che” (“Colu” = rojo / “Che” = gente) por el color de su piel, y muchas veces sus cabellos.
Es cierto lo que dices, excepto en lo referente al origen teutónico de mi familia. Precisamente recibían ese nombre por el color de su piel, levemente rojiza comparada con otros grupos de la misma etnia cuya piel era de tintes más cercanos al marrón.
De qué cosas me estoy enterando. Es fascinante todo lo que cuentas y me siento tentado a pedirte que en una 2da. Edición de mi libro te ocupes de todo el capítulo del cacique Coliqueo. Pero quisiera saber otra cosa, pues tú tienes ojos claros…
Efectivamente, era otra de las características de este grupo étnico, los ojos claros.
¿Qué te parece si mencionamos algo de tu actividad?. Deduzco que eres un
personaje muy famoso dentro del arte musical; antes que llegaras y conversando con el Sr. Roberto Fanego, Gerente del “Tortoni”, me comentó que habías actuado aquí.
[audio:Muxun Tayul.mp3]
¿De veras se acordó? Eso fue hace 4 o 5 años. Actualmente, en el mes de junio tuve dos actuaciones consecutivas con gran afluencia de público en Buenos Aires, luego realicé recitales en Chile, en la Patagonia Argentina, ahora nuevamente en Buenos Aires (en Palermo) el sábado 28, estás invitado.
Me lo pierdo y con mucho pesar, ese día estoy llegando a mi casa en España. ¿Tendré otra oportunidad?
Claro, porque pronto daré recitales en España, en el mes de noviembre; de momento los días 4 y 5 en Oviedo y los días 11 y 12 en Gijón.
Muy bien, ahí estaremos para aplaudir tu arte. Te agradezco haber compartido estos momentos, y… ¡que continúen los éxitos!
Estimados Beatriz y César (por aquello de que «las damas primero» aunque el dueño de casa sea César), cuánto me hubiera gustado estar en el Tortoni (nada menos) escuchándoles hablar del mundo mapuche.
A Beatriz me parece conocerla de tanto que me han hablado el mismo César y Vicente López, este último aquí en Madrid.
Como me ha ocurrido con “Pasión y Muerte de Nuestro Señor de las Pampas”, libro que recomiendo a mis amigos en privado y a los lectores de nuestro multiportal y la revista RAÍZ ARGENTINA, ante el mundo aborigen (no me gusta lo de originario, creo que no es acertada esa expresión) que poblaron la misma región donde he nacido, la pampeana, es tan poco lo que conocemos siendo un mundo tan interesante. Leyendo a César y «escuchando» a Beatriz en el reportaje, me voy dando cuenta del por qué de palabras y expresiones que usamos en esa tierra llana argentina y de donde provienen.
Un abrazo grande para ambos, junto a mi agradecimiento por abrirme los ojos en el tema mapuche y aborigen en general.
Eduardo Aldiser