Para el amigo Eduardo Aldiser, forofo inveterado de los «merengues».
Por tu avenida sombreada de acacias descendía yo una tarde de principios de diciembre hace unos años, de esas tardes que la tristeza provocada por el frío, la lluvia y el viento se acrecentaba por la visión reciente de un Madrid de capa caída, con la nostalgia de que ningún compatriota figure en sus filas después de tanto tiempo, en que las filigranas de sus jugadores o la velocidad de alguna saeta provocaba la admiración del “Bernabeu” y marcaba la diferencia con el contrario.
Regresaba decía, cabizbajo, cuando al encontrarme frente a tus puertas decidí atravesarlas en busca del calor de tu ambiente, la amabilidad exquisita de tu gente. Luego, el encuentro fortuito con un grupo de amigos argentinos y españoles, hermanados en la amistad como lo estás vos con el “Tortoni” de Buenos Aires en el imaginario popular, acrecentó la sensación de bienestar.
En una mesa cercana un actor desgranaba en palabras enfáticas su papel en alguna obra; faltaba el rezongo
quejumbroso de algún bandoneón que con su lastimero mensaje nos abrazara en su ambiente de bohemia. Pero la bohemia sos vos, viejo Café Gijón.
Y yo aquí, sentado en una de tus mesas imagino pasar una luna mielera rodando por Recoletos como si sentado en un café de Buenos Aires la viera por Callao, y me inspiro para escribirte estos paupérrimos versos:
En nostálgicas tertulias yo te viera
desgranando versos que el amor quisiera
recibir gustoso, pues en él previera
el devenir, que augura primavera.
O escribir estos otros a un matrimonio amigo de Veguellina de Órbigo en la provincia de León, Mª Carmen y
Santiago, con los que solemos intercambiar regalos navideños en forma de poesía, para enviarles en abrazo rimado nuestro sentimiento amistoso:
¡Café Gijón!
desde aquí los recordamos
en estos momentos de ocio;
desde el Madrid bullicioso
les escribo estas cuartillas
en papel de mantequilla;
¡qué miserias! ¡qué descaros!
Querido César… ese Paseo de Recoletos me trae muchos recuerdos. Allí realicé en 2003 y parte de 2004, hasta que la emisora Cibeles FM de Luis del Olmo, muchacho de esas tierras leonesas tuyas, se fusionara para crear Punto Radio.
La radio estaba en el mismo edificio del Café Gijón, con la entrada en el costado norte de ese local emblemático de Madrid.
Sobre el Real Madrid: vi jugar a grandes jugadores argentinos en nuestro club blanco. Por la relación que tenía con su familia en Las Parejas, me quedo con Jorge Valdano, y por haberlo tratado más personalmente y saber que es un caballero, con Fernando Redondo. Siempre valoro a los paisanos que no sólo saben jugar bien al fútbol, sino que también nos prestigian.
Gracias por esta evocación y saludos para Maricarmen y Santiago