En el campo
A raíz de la lectura de mi poema “El regreso” publicado en febrero recibí esta poesía evocativa de su niñez por parte de Raúl Oscar D’Alessandro:
Gracias amigo, disfruté su periplo caminando a la par, cosas de atrás que un momento pasan a ser de ahora y uno tiene la dicha de estar presente, me pasa cuando regreso a mi pueblo. Sin otra intención que la lectura le envío estas líneas en relación a los viejos amigos en el recuerdo. Un abrazo y gracias nuevamente:
VOS Y YO…LA MISMA INFANCIA
(Raúl oscar D’Alessandro)
Vos sabés…si lo has vivido.
Tantos momentos queridos
no se pueden olvidar,
hoy te los vengo a contar
permitíme que te diga,
hay una infancia en tu vida
y en la mía hay otra igual.
Rodillas sucias, pantalón corto,
mientras la siesta se atorra
cazábamos con la gorra
los pichones de gorriones.
Al ruido de los talones
nos corría el verdulero
cuando en algún entrevero
le choreabamos ciruelas.
¡¡¡Minga de ir a al escuela¡¡¡
a bañarse en la laguna,
chapotendo entre la espuma
que dejan las lavanderas
nadabámos en carreras
soñando con ser Tarzán.
Colados en el tranvía
como una gran aventura
hacíamos travesuras
que enojaban a la gente.
¿Que querés que yo te cuente
si somos del mismo barro.
Desde pasear con el carro
del gallego de los fletes,
hasta tirar unos cuetes
en medio de algún velorio.
Vivir de risa y jolgorio
y gritarle mil macanas,
al que piso la banana
y se mató de un porrazo.
Tocar timbre y salir de raje,
remontar un barrilete.
Putear como la gran siete
para hacernos los adultos,
tratar de esquivar el bulto
a la hora del mandado,
fumar un pucho gastado
que tiró algún compadrito.
Andar saltando a los gritos
como grillo en la rayuela
hasta que llega la abuela
y de un tirón de la oreja
nos lleva junto a la vieja
que espera con la comida.
Colgarse del corralón
para pispiar la vecina,
afanar de la cocina
la galleta del abuelo
y tirarse por el suelo
entre grito y pataleo,
ante algún cintazo fiero
que el viejo nos sacudió.
Todo quedó en el pasado,
ya he dejado de ser pibe,
hoy la vida nos recibe
como adultos y señores
algunos hechos doctores,
y otros…igual que yo.
Ese pibe que tenía,
el tiempo me lo ha devuelto
como chirolas de un vuelto
demorado en los bolsillos,
tengo un recuerdo sencillo
que hoy lo comparto con vos.
Vení, que ya somos dos
para pelear la emoción,
vuelve a sonar la canción
que tocaba el organito
y la barra con sus gritos
nos recibe en la vereda.
Vamos, que algo nos queda
de ese retazo de vida.
Hay tantas cosas queridas
que ya no habrán de volver,
que está empezando a llover
en el patio de mis ojos.
Raúl Oscar DAlessandro
<raulsandrodaless@gmail.com>