(A Pedro Iñiguez, mi viejo, con todo mi amor)
Martina Iñíguez
Fue mi primer asombro su coraje.
Anduvo por la vida sin rodeos,
sin aflojar el paso en las esquinas,
como si fuera de la calle el dueño.
Un vendaval surcaba su mirada
si alguna sombra le nublaba el gesto.
Y cuando lo apretaron, a lo taura,
por sus amores se jugó el pellejo.
A veces parecía que cargaba
algún dolor en permanente acecho,
pero él torniqueteaba sus heridas
aunque sangrara el corazón por dentro.
Nunca se rasgó en dos la camiseta
ni de sus labios se piró un lamento.
Garpó sin alharaca lo vivido,
a la hora de cinchar, cinchó sin miedo…;
lo vi guapeando tantas madrugadas
sin arrugarle al frío del invierno,
cuando se helaba el agua de los charcos
y cantaban los gallos, a lo lejos.
Afilaba un puñal, desenvainado,
para segar de un tajo cada sueño
que le moviera el piso a la nidada
que crecía al amparo de su pecho.
Se refugió en la calma de su patio
porque siempre fue amigo del silencio,
con un fresco optimismo empecinado
que no ha podido amasijar ni el tiempo.
Bajo la parra, se hizo dulce el mate
y se aromó de rosas el cantero.
A través del rocío, caravanas
de lunas le blanquearon en el pelo.
En la plácida tarde del domingo,
siempre atizando del hogar los leños,
sobre el ardor de tres generaciones
puso a tayar su ejemplo.
Piantó sin una nube que empañara
del pucho de su vida los destellos.
Ni la muerte logró cruzar de un feite
su serena mejilla en el último duelo.
Capo del más allá, como una estrella
señera en la mitad del firmamento,
la eternidad alumbra con su intacto
coraje titilándole, mi viejo.
Tango «Papá» por Juan D’Arienzo cantando Mario Bustos
Taura: persona valiente, que se da sin mucho pensar
Se piró: se escapó
Garpó: revés de pagó
Cinchar: trabajar sin tregua, realizar un gran esfuerzo físico
Arrugar: acobardarse
Amasijar: matar, golpear
Martina Iñiguez a César José Tamborini Duca;
El poema original lo escribí cuando él todavía vivía y lo sorprendí leyéndolo en la Academia del Tango cuando presenté mi libro LUNFANETO. Ahí lloramos los dos. Después que falleció cambié el final. El original que figura en el libro es éste (está en el nº 4). En éste nº 3 está el que cambió el final.
Nº 4
Muy bueno como todo lo tuyo y cargado de sentimiento, como debe ser por parte de una hija poeta. Felicitaciones querida Martina!
Magnífica poetisa y excelente persona, tuve el honor que se hiciera presente en la Biblioteca Pública de Castelar cuando presenté mi último libro: «Cada Tango es una Historia», donde por fin pude conocerla personalmente y apreciar su talento interpretativo de sus poemas.