En general estamos predispuestos a creer, porque esa es la percepción que tuvimos desde la infancia, que los indios usaban arco y flechas. No dudo, no niego que eso ocurriera en otras latitudes pero es algo que no sucedió en la región pampeana. Claro que es difícil desmitificar una creencia tan arraigada, y además confieso que yo mismo tenía ese convencimiento hasta que la lectura de cronistas de época me abrieron el entendimiento lo suficiente para indagar en el tema. ¡Y está tan claro! Esa fue la razón de mi afirmación en la presentación de mi libro “Pasión y Muerte de Nuestro Señor de las Pampas” en Santa Rosa, Capital de La Pampa, actividad en la que traté de explicar ese convencimiento y que haré nuevamente en este escrito.
La carta de un amigo expresando su preocupación por esta causa y que me solicitaba le aclarara el “entuerto” en los siguientes términos…
Hola Chiquito. Espero que estés soportando estoicamente la soledad y el frío que según las noticias que vienen de allí está golpeando bastante.
Lo del ASUNTO lo puse porque en una charla corta que tuve por teléfono con H. W. C. me dijo que no estaba de acuerdo con tu exposición cuando mencionaste que los indios no usaban flechas cuando él lo había comentado con otros antropólogos y le confirmaron que se han encontrado muchas muestras de que sí existieron. Como yo de este tema no conozco nada quiero que me aclares esto por si alguna vez en alguna conversación vuelve a salir este tema.
Muy buenos los artículos que me mandás sobre el lunfardo y el tango. Un abrazo. Manuel Rojo.
…me indujo a contestarle lo siguiente que transcribo para conocimiento de los interesados en una cuestión que –si bien no tiene trascendencia actual- sirve sin embargo para completar el conocimiento de la historia. Esta fue mi respuesta:
El tema es que yo también crecí con la convicción que los indios utilizaban flechas, en el taller de mi viejo había «puntas de flecha»… supuestamente. ¿Serían de flechas o de lanzas cortas, una especie de dardos que sí utilizaban antes del advenimiento del caballo? Porque cuando se hicieron consumados jinetes fue cuando las lanzas adquirieron esas «colosales» (parece exagerado, pero no tanto) dimensiones.
Pero esto dicho por mí no tendría ningún valor, si no estuviese avalado por lo que escribieron los cronistas de época que convivieron en la frontera y dicen que nunca utilizaron arco y flecha y que posiblemente ni siquiera lo conocían. Lo menciona Tadeo Haenque en «Viaje por el Virreinato del Río de la Plata» …
Y Félix de Azara en «Viajes por la América Meridional»; éste vino representando a España en una
comisión de límites bilateral con también expertos portugueses y, lógicamente, estuvieron en la zona de los guaraníes. Pero terminada su misión, Azara fue al Río de la Plata donde estuvo un tiempo y realizó escritos comparativos entre una etnia y otra. Creo que su palabra es muy valiosa al respecto porque además de introducirnos en su “modus vivendi” (muy interesante respecto a la higiene, etc.) hace esa rotunda afirmación: estos indígenas no usaban arco y flecha.
En lo que hace a mi pensamiento (porque a veces pienso, no creas), ¿cómo es que nunca se encontró una sola flecha entera, o un arco, o un carcaj (aljaba) para contener las flechas? ¿Cómo todos los contendientes de uno y otro bando siempre hablan de boleadoras, de lanzas, hasta de facones pero nunca de flechas? No me refiero a algún novelista o dibujante de historietas, sino a escritores-militares del ejército argentino, y a militares y cronistas refugiados en las tolderías. ¿Cómo es que en una foto muy característica de Pincén, una foto estudio que se le hizo cuando estaba prisionero, haciéndola con sus armas, éstas eran la lanza y la boleadora? ¿No era pertinente en ese caso, adornar su foto con el arco y la flecha? Pero si me parece (y esto no puedo asegurarlo porque se me ocurrió ahora, tendría que releer el poema épico) que ni siquiera José Hernández menciona el arco y la flecha entre las armas de los indios en la experiencia de Martín Fierro cuando escapó a las tolderías.
Yo reconocí mi error cuando todas estas cosas estuvieron al alcance de mi entendimiento. Lógica pura, porque ni siquiera las supuestas «puntas de flecha» en el taller mecánico de mi viejo que vi desde chiquito (valga la redundancia con mi apodo, ja, ja) me hicieron mantener una postura inflexible.
Fuerte abrazo. Chiquito
Podemos escuchar un fragmento del “Martín Fierro” en la voz de Jorge Cafrune:
https://www.youtube.com/watch?v=atJq5nB3T80
COLOFÓN: dejando a un lado conceptos preconcebidos y utilizando el raciocinio en base a las evidencias, ellas nos dictan lo siguiente
- El hecho de encontrar piedritas (u otros materiales) en forma de “punta de flecha” no nos autoriza a pensar que los autóctonos de la región pampeana usaran arco y flecha;
- Ningún cronista de época sostiene la utilización de dichas armas, pese a mencionar otras utilizadas por los aborígenes;
- Escritos o relatos de los contendientes mencionan siempre “lanza y bolas” nunca hacen referencia al uso de arco y flechas;
- Tampoco aparecen esos elementos en pinturas o dibujos. Para el caso, menciono a uno famoso, Ángel Della Valle (“El pintor de la pampa”), se supone que el amor a su arte lo obligaría a imbuirse a conciencia del tema a pintar: pueden observar su “La vuelta del malón”. Regresan de un malón y forzosamente llevarían todas sus armas, pero la ausencia de arco y flechas es manifiesta.
- La fotografía. Un estudio fotográfico sobre un tema determinado –pensemos en el arte de la guerra- contaría con todos sus elementos incluidos arco y flechas, hasta diría que éstos, con preponderancia. Basta observar la foto de Pincén (Pithren).
- Con todos los descendientes de esa valerosa etnia que habitan en nuestro territorio, sería lógico que algunos hubieran conservado como reliquia un “carcaj” (no les faltaba cuero para confeccionar aljabas) o el arco y las flechas utilizados por sus abuelos ¿saben de alguno? ¿o que hubiese alguno en algún museo?
IMÁGENES: En ninguno de los casos que anteceden aparecen el arco y la flecha. Tampoco aparecen en la imagen del encuentro del gran cacique de Las Pampas, el general Calfucurá con el cura Bibiloni. Calfucurá había invadido los campos y ciudad de Azul con sus guerreros de modo que irían fuertemente armados.
Boleadoras: Presten atención a la segunda imagen con las boleadoras (“las 3 Marías”) para comparar con las que lleva Pincén. Los indios utilizaban 3 tipos de boleadoras que no viene al caso describir ahora, la más habitual era la de 2 bolas, como lleva Pincén. Los gauchos la asimilaron pero la reformaron agregando una bola, y así nació “las 3 Marías”.
Lanzas (y “rastrilladas”: Los indios cuidaban mucho a sus cabalgaduras. Para no hacerles soportar el
peso extra de las enormes lanzas, las llevaban arrastrando sujetas de la contera; en sus incesantes ir y venir por caminos predeterminados se iban formando unos surcos como si se hubiera pasado un rastrillo, conformando lo que se dio en llamar “RASTRILLADAS”.
En la pintura nº 4, la del regreso de un malón que implicaba llevar todas sus armas, pueden observar lanzas y boleadoras ¿y las flechas? Ruego se fijen en los dibujos 5 y 7, están en pie de guerra, sin embargo no observarán ninguna flecha ni arco; eso sí, lanzas (enormes) y boleadoras, éstas generalmente enrolladas alrededor del cuerpo.
Puntas de flecha: como se llega a comprender las visualiza todo el mundo, pero nadie ve un “carcaj” o aljaba, o un arco o una flecha completa. De todos modos todo lo que escribí sirve para una sola cosa: “reflexionar”.
por César José Tamborini Duca
Convencidos ya de ausencia de arcos y por lo tanto de flechas.Lo que no llego a entender es el por qué no las usaban ni siquiera para cazar. Está claro que c/las boleadoras ya contenían a los animales.Muy buena la observación de sus capacidades en cuanto a peso de sus lanzas que rastrillaban para no cargar al animal,si se cansaban era sabido que no les serviría para el trote largo.Inteligencia de pura intuición y sabiduría práctica. Aprendí algo más y es cierto que me hizo recordar a los cuadros clásicos de indiadas y malones.
Gracias: HAIDÉ DAIBAN
Hola, ex-vecino.
Está muy difundido el tema de que las «rastrilladas» son las huellas dejadas por las lanzas que los indios llevaban arrastrando durante el viaje, pero me permito contarle que he leído -y creído mucho más- que las rastrilladas son las huellas paralelas de la hacienda caminando en filas con un mismo rumbo.
Seguramente habrá visto Ud. en las cercanías de un puesto, en el campo, que las vacas vuelven siempre por la misma senda al bebedero.
Esto explicaría, a mi ver, su duración. No es lo mismo los trescientos o más kilos de una res, que los escasos dos kilos de una caña colihue.
Muchas gracias por su aporte.
Me despido de Ud. con un abrazo como «atajando pollos», desde Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina.
Jorge A. Marí
Hola amigo, me quiero sumar a este tema contando un poco de mi historia, no se me había ocurrido como a vos el tema de las flechas que conocimos de chicos. Mi padre se hizo aficiondo a buscarlas con otro hombre, el Sr. Pedro De Castro que formó una gran colección que luego su hijo Jorge donó al Museo Regional de Trenque Lauquen. En aquellos años 63 o 64 yo tenía ocho años y los acompañaba a buscar puntas de flechas, íbamos siempre a los médanos que eran yacimientos muy prolíficos ya que además se encontraban armas de fuego muy oxidadas, lanzas también con las puntas oxidadas y luego piedras que a criterio de Don Pedro se utilizaban como herramientas para tallar las puntas de flechas que por cierto eran muy pequeñas y trabajados los filos a modo de sierra, eran pequeñitas y estos arqueólogos de afición opinaban que las utilizarían para cazar pájaros, en fín, estoy contando lo que yo escuchaba comentar. Imaginate las imágenes que rondaban por mi cabeza cuando iba solo a unos médanos llamados de Rodríguez que estaban cerca de mi casa a unos 5 kilómetros, estaban muy trillados ya pero era notable como el viento iba descubriendo cosas, cada vez que iba era un paisaje diferente, muchas veces me asustaba porque me parecía ver alguna chuza asomarse amenazante, también era lugar de búsqueda de cardos rusos para San Juan y San Pedro. Pasados muchos años todo eso recogido y seleccionado fue a parar a un lugar que me gustaba visitar de vez en cuando y era el Museo Regional que estuvo de directorel Señor Juan Justo Espeche y que también era amigo de mi Padre y solía dejar los libros para venir a cenar unos canelones que hacía mi mamá que le encantaban y nos dejaba una cantidad de historias y anécdotas que recogía en noches de lectura y estudio, eso, quería contar estas macanas de mi infancia que tanto hicieron por mi, te felicito por todo tu trabajo. Un Abrazo
Armando Silvio Persani
Algimia de Alfara (Valencia) España
Buenísimo César! Bien dices que muchísimas veces no reflexionamos sobre nuestro entorno, por qué se usa tal o cual palabra, etc. El gran Edmundo Rivero dice en su Malón de Ausencia… la lanza firme en el brazo, bien arriba la bandera…. tema que sin dudas es un homenaje a su ancestro inglés muerto en el centro de la provincia de Buenos Aires, lanceado por indígenas que atacaron la diligencia donde viajaba, mediado el siglo XIX. Ese hombre tenía el destino bien escrito y para cumplirlo, ya que vino integrando los batallones ingleses de la segunda invasión.
Creo que en mi pueblo se decía en en Saladillo, entre Inriville y Monte Buey, donde parece que hubo un asentamiento a la vera del arroyo de ese nombre, un brazo del río Tercero, se habían encontrado flechas… pero es casi seguro que era más una forma de decir que había armas. Y como el cine americano nos crea imágenes imposibles de borrar, por añadidura uno dice flechas.
Y claro… entonces dejaré de contar el chiste de ese de mi pueblo que fue a Rosario y al llegar a la calle Ituzaingó (ya que nombras la localidad bonaerense de ese nombre) se metió contramano. Lo paró un policía a mitad de calle y le preguntó señalando arriba y a la esquina…. «Pero que pasa ¿No vio la flecha? A lo que respondió con sinceridad…. «Como voy a ver la flecha si ni el indio pude ver!»
Me has borrado un clásico….
Ja, ja, muy bueno y oportuno el chiste. Gracias por la nota de humor
Qué lindo diálogo, amigos! Nélida Caracciolo.
Permítaseme un aporte mas a esta confusión: Los Pampas, eran realmente Araucanos, es decir aborígenes Chilenos, que invadieron el centro de Argentina
a mediados del siglo XVIII avasallando a los aborígenes argentinos; P.ej Tehuelches, (que sí usaban flechas) Ranqueles, que también las usaban y varias naciones mas. Estos pueblos eran mansos y cazadores hábiles, pero la irrupción araucana avasallando y sometiendo cambió el panorama. A fines del XVIII fué jefe de la nación Arauca Calfucurá quien fue un poderoso Jefe de la Nación aborigen pampeana (léase Pcia de Baires, La Pampa, sur de Córdoba, San Luis, Mendoza, Neuquén y aledaños) y vivían del pillaje y eran maloneros Se calcula en mas de 6.000.000 de vacas que pasaron a Chile donde las vendían con la anuencia de las autoridades. Sus armas de ataque eran las bolas y la lanza y de defensa el caballo, la distancia y el perfecto conocimiento de la geografía. (el caballo del indio era inmensamente superior al del gaucho – podía cubrir bastante mas de 100km. por día – y llevavan varios porque también constituían su comida en tremendas travesías)… Calfucurá fue un gran guerrero, político y estratega que copió al huinca el firmar tratados para no cumplirlos, (pero eso es otra historia) Fue el pampa superior a sus enemigos, por su capacidad de combate, resistencia y ferocidad … hasta que llegó eel Remington… Calfucurá murió en 1860 a los 96 años,( mas o menos) y lo Sucedió Namuncurá (digno hijo y sucesor). que fue padre de Ceferino (el canonizado hace poco), Namuncurá y todo su pueblo y tribus adheridas serían derrotadas por el General Roca . (La mejor versión y explicación de este tema está en «CALFUCURA . LA CONQUISTA DE LAS PAMPAS» de Alvaro Yunque. (espectacular libro, y muy poco visitado) . Fue un gusto intervenir aquí…me gusta el tema…
Estimado Marcos, me alegra su participación, aunque esté en desacuerdo en algunas cosas. La principal de todas llamar «araucanos» a una etnia inexistente hasta la llegada de Valdivia a la región del oeste de la cordillera. Lo explico bien en mi libro «Pasión y Muerte de Nuestro Señor de las Pampas», es un poquito largo de explicar y no dispongo del tiempo necesario, pero todo nació de la deformación fonética de «Rauco», zona a la que habían llegado los españoles. Los nativos constituían una gran Nación y ellos se llamaban «Mapuche» (= gente de la tierra) y, en distintas parcialidades, extendían sus dominios desde el Atlántico hasta el Pacífico. Por eso, siendo la misma nación, hablaban la misma lengua (la lengua es lo que distingue a las naciones) con algunas particularidades propias de cada parcialidad: picunche, puelche, huiliche, tehuelche, pehuenche. Las distancias, la fonética, distorsiona muchas veces una palabra. No debemos hacer prevalecer un sentido nacionalista para explicar ciertas cosas, en 1536 cuando los españoles llegaron por el Atlántico y por el Pacífico, Chile y Argentina no existían. Pero no puedo compendiar un libro o un capítulo en tan poco espacio. De todos modos le reitero mi agradecimiento y su afán por el conocimiento de la historia, muy laudable por cierto. Y le envío mi afectuoso saludo. César