SEGUNDA FUNDACION DE BUENOS AIRES: Don Juan de Garay por César José Tamborini Duca
“Buenos Aires, colina chata”. (Letra de Homero Manzi. Música de Sebastián Piana)
Sobre una colina chata
Garay trazó cuatro vientos.
Por un costado la pampa,
al otro lado el riachuelo,
y el río contra la espalda
y contra el pecho el desierto
con su horizonte de paja
y su techumbre de cielo.
sobre un cuadrado perfecto,
y el sitio de las campanas
y el lugar de su gobierno
y las casas capitanas
y los tejados modestos
y el ámbito de la plaza
para los grandes recuerdos.
Garay trazó con su espada
la forma de un pueblo nuevo.
¿Sin una mazo de baraja,
sin el grito de un resero,
sin un fogón y una casa,
sin un mate y sin un cuento…?
¡Sólo era una pampa pampa
con un desierto desierto,
con su horizonte de paja
y su techumbre de cielo…
Qué raro que se quedaran
los españoles aquellos,
atados a las distancias
clavados a los silencios.
Tal vez porque ya eran criollos
a fuerza de sufrimientos.
Porque llegaron del norte
inaugurando senderos,
madurados por los soles
Y las lluvias de febrero.
Para remontar el Paraná y llegar a Asunción, se hacía necesaria la existencia de poblaciones intermedias. Juan de Garay, Vizcaíno nacido en Orduña en 1528, fundó Santa Fe de la Vera Cruz a orillas del Paraná el 15 de noviembre de 1573. Pero también era necesaria una población de entrada en el Río de la Plata, era esa una cuestión clave. Después que en 1544 el segundo Adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca pretendió establecerse en la desmantelada Buenos Aires, y que entre 1570 y 1572 Felipe de Cáceres intentó repoblarla, Garay desciende de Asunción para fundar y poblar Buenos Aires, realizando la Segunda Fundación el 11 de junio de 1580, junto a 66 personas (10 españoles y el resto nativos), llamándola Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de Buenos Ayres.
En las barrancas frente al río, en un lugar próximo al de Mendoza pero un poco más al Norte, en el sitio que hoy ocupa la Plaza de Mayo (en la intersección de las actuales calles San Martín y Rivadavia) plantó un Árbol de Justicia, desbrozando el campo con su espada, pues al limpiarlo de pastizales estaba significando que tomaba posesión del lugar en nombre de su rey. Destinó 40 manzanas para los vecinos y 6 manzanas para la construcción de un fuerte, un hospital, una iglesia, tres conventos y una plaza. Los indios querandíes al mando de Tabobá quisieron destruirla, pero fueron rechazados y huyeron cuando un bravo soldado decapitó al cacique.
En 1581 Garay partió rumbo al sur al frente de unos 30 españoles, descendió unas 100 leguas por las costas bonaerenses buscando la “Ciudad de los Césares”, esa ciudad cuyas paredes tapizadas de oro resplandecían y quitaban el sueño de los conquistadores, y llegó a las proximidades de la actual Mar del Plata sin encontrar rastros de la mítica ciudad, regresando a Buenos Aires en febrero de 1582. Garay había quedado aparentemente un poco trastornado con el misterio de la Ciudad de los Césares y su infructuosa búsqueda, y ahora suponía que la encontraría hacia el norte; de ahí sus sucesivos viajes remontando el Paraná y tratando de acumular información. Por otra parte, era un ser valiente y temerario, poco cuidadoso de su seguridad personal.
En marzo de 1583, mientras viajaba en un bergantín en las proximidades de Punta Gorda donde se encuentra la desembocadura del Carcarañá en el Paraná, el vizcaíno hace caso omiso de las recomendaciones de sus oficiales que le decían que el país de los indios estaba alzado contra los cristianos y que era mejor permanecer en el bergantín; él insistió en acampar para pasar la noche en tierra, prefirió armar el campamento en una isla con su tripulación de 52 españoles, en espera de esa madrugada que le sería negada por el destino: les dio la oportunidad a los indios y éstos la aprovecharon.
Antes que el sol hiciera clarear el horizonte los indios, que habían rodeado el campamento sigilosamente, atropellaron dando grandes alaridos, y con sus lanzas atravesaron todo lo que se movía, provocando el pánico entre los españoles que buscaban alcanzar sus lanzas y arcabuces y tratando de huir hacia el bergantín, lo que muy pocos consiguieron. Mataron a Garay y a 12 de sus hombres e hicieron prisioneros a 10, mientras otros 30 consiguieron escapar, algunos heridos. Garay fue el primero en caer atravesado por una lanza (2 indios tenían la orden de buscar y matar al capitán en primer término), y mientras los cristianos huyen despavoridos, los “mañuaes” los van hiriendo a diestro y siniestro.
No se salvó y fue muy llorada la bella Ana Valverde, nieta de esa Ana que en la hambruna de la primera fundación vendió su cuerpo por una cabeza de pescado. De los que se salvaron, Alonso de Cuevas fue uno de los que lucharon con más ardor; ya en el bergantín y tratando de ayudar a subir a su mujer, ésta cayó al agua y fue atrapada por 3 indios con intención de llevársela. Se arrojó Cuevas al agua con una lanza en una mano y un puñal en la otra, atravesando el cuerpo de un indio con la lanza; atropelló ciego de ira a los otros dos, clavando su puñal en uno mientras que el otro, que en el apuro había errado el tiro con su lanza, dejó a la mujer y huyó despavorido.
Juan de Garay: ¿Vizcaino o Burgalés?
Como corresponde a un aventurero, cuya personalidad está siempre en tela de juicio, hasta en sus orígenes se plantean controversias. Siempre se dijo que era vizcaíno y así lo menciona el primer historiador mestizo del Río de la Plata -Ruy Díaz de Guzmán- en su obra “La Argentina” de 1612 (Espasa-Calpe, Argentina, 1945, pag. 221 y 222). Veamos entonces qué opinan distintos investigadores sobre el origen de tan famoso personaje.
- Nos referiremos en primer término al artículo de Ernesto Ruiz y González de Linares titulado “HEROES BURGALESES. Juan de Garay, Conquistador y Colonizador” (Boletín de la Institución Fernán González, Año 59, n. 195, 2º semestre1980). Dice el autor que Garay era natural de Villalba de Losa (Burgos); que nació en 1528 y embarcó para América en Sanlúcar de Barrameda el 3 de noviembre de 1543 a la edad de 15 años, formando parte de la expedición del Virrey del Perú D. Blasco Núñez de Vela, e iba al cuidado de su tío D. Pedro Ortíz de Zárate. Que en 1565 contrajo matrimonio con Dª Isabel de Becerra y Mendoza, con la que tuvo 2 hijas: Jerónima y María, procediendo a la segunda y definitiva fundación de Buenos Aires el 11 de junio de 1580.
- Joaquín de Zuazagoitía en su ensayo “Juan de Garay (Vizcaíno) Fundador de Buenos Aires” se pregunta: ¿Fue de Badajoz? Como afirmó Bocus, sin fundamento serio. ¿Fue de Bilbao? Como declaró sin pruebas Pedro de Angelis en tiempo de Rosas. Dice que Labayrú afirma que en San Miguel de Garay (Durango) existe un solar que fuera del conquistador. Cervera supuso que nació en La Rioja porque existe un pueblo llamado Garay. Eduardo Madero le hizo de Villalba de Losa. Ruiz Díaz de Guzmán le hace vizcaíno y el P. Lozano afirma que era un noble vazcongado. Finalmente afirma estar de acuerdo con las minuciosas investigaciones de Enrique de Gandía quien afirma que nació en el Castillo de Garay que se erigía en Belandia, un barrio o feligresía de Orduña. El “de” antepuesto al apellido no significaría un signo de nobleza, sería sencillamente el “de” que se antepone a los toponímicos vascos.
- Antonio de Trueba, en “Euskal-Erria” de Bilbao (20 de septiembre de 1887) nos dice que “Todos los esfuerzos que antes yo había hecho, y todos los que entonces hice y he repetido últimamente, no han dado resultado alguno para averiguar dónde nació el fundador de la hoy primera ciudad de la América latino-española”. Descarta a Castro Urdiales donde se encuentra un magnífico sepulcro al “ilustre capitán D. Juan de Garay Otañes… murió año 1650”, por cuanto “el fundador de Buenos Aires debió nacer de 1515 a 1520”.
- Paul Groussac en su estudio biográfico de Juan de Garay “Orígenes y viaje al Perú” nos dice que había llegado a Lima “en 1544, con su tío, el oidor Pedro de Zárate. Contaría entonces unos 15 años” lo que daría implícitamente su fecha de nacimiento en 1529. En el mismo capítulo menciona dos documentos del Archivo de Indias: “una probanza hecha en La Plata [la del Alto Perú] en diciembre de 1577, Garay sería entonces de edad de 50 años… fijaría el nacimiento a diciembre de 1527”. En enero de 1583 el testigo Juan de Garay declara en Santa Fe tener “54 años poco mas o menos” lo que le haría nacer en enero de 1529. Puede aceptarse como promedio aproximativo de su nacimiento el año 1528. Respecto al lugar de nacimiento “ocurre que éste se deduzca, en muchos casos, de la designación geográfica, unida como apellido al nombre de pila. Puede pues aceptarse como conjetura muy probable, el que Juan de Garay sacase su apellido del caserío orduñés así llamado” teniendo en cuenta que la preposición “de” designa el lugar, unida como apellido al nombre de pila.
- Veremos ahora la opinión de Alfredo J. Otárola en su trabajo “Juan de Garay y el enigma de su nacimiento”, en el “Boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos” (Año XXX – Vol. XXX – número 118 Buenos Aires Julio-septiembre 1979, pág. 109). Otárola consigna que el Dr. Raúl Molina dice en la Revista nº 11 del año 1955, del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, llegó a la conclusión que Garay había nacido en Gordejuela (en Las Encartaciones de Vizcaya) porque así lo confirmó su hija, Dª Jerónima de Contreras (esposa de Hernandarias) y su nieto Jerónimo Luis de Cabrera. En un concienzudo estudio genealógico llega a la conclusión que D. Juan Ortíz de Zárate, natural de Orduña, era el padre de D. Diego de Zárate, y era hijo de Martín Sánchez de Ondoña y Zárate, y de Dª María Ortíz de Arbecos y Ondoña, abuelos de Garay y de Diego de Zárate, parentesco que viene por el lado de los Zárate y no de los Garay. Datos éstos proporcionados por el Caballero de Santiago, Comendador de Vitoria y Marqués de Valparaíso D. Francisco de Andía e Irrazábal, nieto de Diego de Zárate.
También nos informa que el Ingeniero Augusto Fernández Díaz, historiador y genealogista santafecino, da como fecha probable de nacimiento el 24 de junio de 1528, y que en una escritura de 1585 pasada ante un escribano de Orduña, María Ortíz de Garay y Magdalena de Garay, vecinas de Orduña, casadas, hacen una venta como hijas de Juan Urtiz de Garay, pudiendo cualquiera de ellas haber sido la madre de Juan de Garay, pues siguiendo la costumbre imperante entonces es factible que éste utilizara el apellido materno. ¿Qué tendría de extraño que el padre de Juan de Garay haya sido un Ortíz de Zárate, hermano de Pedro Ortíz de Zárate, tío indubitable del conquistador?.
Una investigación realizada por D. Félix F. Martín y Herrera, relacionada con los probables padres del conquistador y aparecida en boletines del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, intenta probar que Juan de Garay podría haber sido hijo de D. Pedro Ortíz de Garay y de Dª Catalina Ortíz de Zárate, hermana ésta de D. Pedro Ortíz de Zárate, tío indiscutido de Garay.
Llama la atención que Garay nunca suministró el nombre de sus padres y tampoco fue preciso respecto a la fecha de su nacimiento, como si intentara ocultar sus orígenes, lo cual hace sospechar que haya sido hijo ilegítimo de una Garay o una Zárate. Incluso cabe la posibilidad que Pedro Ortíz de Zárate fuera su padre y no su tío. Infinidad de veces se oculta una paternidad. Es curioso que todos los datos genealógicos y antecedentes de Garay siempre estén relacionados con Ortíz de Zárate y no podemos descartar que por su linaje, pudiera haber llevado por nombre Juan Ortíz de Zárate, como el Adelantado que lo nombró albacea de su heredera y única hija Dª Juana de Zárate.
Señala tambien que Gordejuela se encuentra a 15 Km de Villalba de Losa y otros 15 de Orduña, lugar de nacimiento de Pedro Ortíz de Zárate; debido a un incendio en el año 1535, la casa solariega se derrumbó en gran parte lo que determinó a trasladarse al pueblo de Villalba de Losa; Garay tenía 7 años de edad cuando se fue a vivir con sus tíos, los Ortíz de Zárate, a este último pueblo.
- Nos enteraremos ahora de las conclusiones a las que arribó la persona que más ha investigado sobre el tema, realizando estudios exhaustivos en distintos archivos, en el de Indias de Sevilla, y en los Ayuntamientos y parroquias de todos los pueblos donde pudiera haber una pista para seguir. Fruto de esos trabajos de Enrique de Gandía son las obras “Dónde nació el Fundador de Buenos Aires” (Editorial La Facultad, Juan Roldán y Cía., Bs. As., 1926); “Nuevos datos para la biografía de Juan de Garay” (Editorial Baskonia, Bs. As., 1927); “La Patria de Juan de Garay” (Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras; Tomo XVI, págs. 181 a 239, Bs. As., enero-septiembre, 1933).
Dice el historiador hacer caso omiso de las otras poblaciones en las cuales se dijo nació Juan de Garay por ser faltos de seriedad erudita, resultando en algunos de los casos imposible simplemente por la fecha de nacimiento (basta recordar el Juan de Garay de Castro Urdiales), concretándose a las 3 poblaciones que se disputan el honor de ser la cuna del fundador de Buenos Aires: Gordejuela, en las Encartaciones de Vizcaya; Villalba de Losa en Burgos; Orduña (o su barriada Belandia) en Vizcaya.
En primer lugar Enrique de Gandía cita el trabajo del genealogista e historiador chileno Juan Luis Espejo, mencionando un documento que dice textualmente: “… y dicho Don Jerónimo [Jerónimo L. de Cabrera] natural de la ciudad de Córdoba e hijo legítimo de D. Gonzalo Martel de Cabrera y de Dª María de Garay y Mendoza, natural de la ciudad de Santa Fe en la Gobernación del Río de la Plata, e hija legítima del General D. Juan de Garay, natural de Gordejuela, en las Encartaciones de Vizcaya, y de Dª Isabel Becerra y Mendoza, natural de la Villa de Medellín” [Extremadura].
Cita también al ingeniero Eduardo Madero, quien en su “Historia del Puerto de Buenos Aires” afirma que Juan de Garay nació en Villalba de Losa, presentando como prueba la ‘Información’ de Torres de Vera, hecha en Santa Fe el 24 de enero de 1583 que dice: “El General Juan de Garay, natural de la villa de Villalba, que es en los Reynos de España y vecino de… etc.”.
Es interesante resaltar en este punto lo que dice el crítico francés Paul Groussac, que “hay fuentes de errores, mucho más nocivas por ser más insidiosas y son las que fluyen de los documentos auténticos: en especial de las relaciones de servicio y probanzas, (pues son) los propios interesados quienes confeccionan los interrogatorios y eligen a los declarantes”. Y por los dos ejemplos anteriores, contradictorios ambos y excluyentes entre sí, debemos darle razón. Además, como veremos luego, decir que era natural no significa que sea ‘nacido’. Pasemos a enumerar los hechos que destaca Gandía.
- a) Juan de Garay era vizcaíno. No existen dudas sobre este particular pues lo atestiguan todos sus contemporáneos y él mismo se declaraba vizcaíno. Ruy Díaz de Guzmán que fue compañero de Garay (Pedro de Angelis supone que concurrió con él a la fundación de Buenos Aires) dice en el capítulo XIX de “La Argentina”: “Justamente con esto se concedió facultad a un hidalgo vizcaíno, llamado Juan de Garay, para que hiciese gente y saliese…” También su hija Jerónima declara en su testamento del 5 de Octubre de 1643 que es “hija legítima de Juan de Garay, natural del Señorío de Vizcaya” (Archivo de Santa Fe).
1. b) Villalba de Losa nunca perteneció a Vizcaya, por lo que siendo Juan de Garay vizcaíno, no podía haber nacido ahí. Además, en la época de su nacimiento no hubo en esa localidad ninguna persona apellidada Garay, ni mucho tiempo antes, ni hasta cien años después del nacimiento. Sin embargo en la misma época hubo numerosos Garay en la ciudad de Orduña y alrededores, especialmente en la pequeña población de Belandia, donde existían desde 1522 varios caseríos llamados Garay, que son los que Groussac indicó como probable lugar de nacimiento del segundo fundador de Buenos Aires. También sus parientes conocidos, entre ellos su tío Pedro Ortíz de Zárate, que tenía varias casas en la plaza principal de Orduña y se quemaron cuando un incendio destruyó la ciudad en 1535.
Ese incendio obligó a sus pobladores a radicarse en poblaciones cercanas. Pedro de Zárate se ausentó de Orduña junto con su familia y su sobrino Juan de Garay, sin duda huérfano, que contaría 7 años de edad. Y se instalaron en Villalba de Losa. Junto con el incendio se destruyó mucha documentación [los archivos de Orduña, según Iturriza y otros autores, se incendiaron en los años 1451, 1530 y 1749. Hay una diferencia de 5 años respecto a la fecha de 1535, pero no altera el significado de lo tratado. Cuando más y si la fecha del incendio hubiera sido en 1530, Garay contaría 2 años cuando se mudaron a Villalba de Losa]. Siendo por consiguiente esa localidad de Burgos, “el último lugar de España donde residieron Juan de Garay y su tío Pedro de Zárate, en América se les consideró naturales de dicha población, no en el sentido de nacidos, sino en el de vecinos o residentes”.
- c) Gandía repite las mismas consideraciones que Paul Groussac con respecto a la preposición de: “Siendo cosa harto sabida que la mayor parte de los apellidos vascos son toponímicos, o sea derivados del terruño natal,…suele corroborarse… que éste se deduzca de la designación geográfica, unida como apellido al nombre de pila. Puede pues aceptarse, como conjetura muy probable, el que Juan de Garay sacase su apellido del caserío orduñéz así llamado, y en el cual él o su padre viera la luz”.
Como colofón a su trabajo, Enrique de Gandía saca la siguiente conclusión: “El 2º fundador de Buenos Aires, Juan de Garay, nació en las caserías de Garay, sitas en Belandia, barriada o feligresía de Orduña y, siendo quizá huérfano, pasó varios años de su infancia en Villalba de Losa, junto con su tío Pedro de Zárate, el cual se trasladó a vivir a esta población a raíz del incendio que destruyó Orduña en 1535. Ocho años más tarde, contando unos 14 años de edad, embarcó rumbo a América, acompañando a su tío Pedro de Zárate y a otros parientes cercanos” (de “La Patria de Juan de Garay”, año 1933).
Esta afirmación del historiador se contradice con una anterior (“Dónde nació el fundador de Buenos Aires”, año 1926, p. 95) en la que afirma: “Sin duda Groussac se refiere al caserío de Garay, que se encuentra en Belandia… pero se confunde al suponer a Garay nacido en el caserío y no en el castillo…” Y en la p. 92 decía refiriéndose al Castillo: “Aún se conservan sus ruinas; cimientos abandonados, cubiertos de hierbas, que vieron nacer al fundador de Buenos Aires y que deberían ser honrados como se merecen”. La contradicción que señalo no tiene ninguna relevancia en cuanto a la población de origen de Garay. Finaliza el autor en la p. 100 pidiendo “para Juan de Garay, fundador de Buenos Aires, una estatua en Orduña o en Belandia, su barrio natal”.
Por mi parte quisiera reseñar un par de cosas, relacionadas más bien con una cuestión psicológica, para reafirmar lo que dice Gandía en la p. 80 (“La Patria de…”): “Tanto en los documentos en que se dice que Juan de Garay fue natural de Villalba, como de Gordejuela, no se halla ni una sola vez la palabra o la frase que indique que allí nació. Los términos natural de… y nacido en… eran aún en el siglo XVI dos expresiones de distinta y contraria significación. Podía haber nacido en un lugar y ser natural de otro, por haber residido algún tiempo en él…”.
Esto también ocurre en la actualidad y lo sabemos muy bien los que nacimos en un sitio y de pequeño nos mudamos a otro, donde están todos los recuerdos de la infancia. Si nos preguntan “¿de dónde sos, che?” (equivale a ‘natural de’) nuestra contestación invariable indicará el sitio donde transcurrió la infancia, siendo probable que en el transcurso de la conversación, aclaremos con posterioridad ‘ser nacidos en…’
Conocí varias personas en esta situación (entre las que me incluyo) cuya contestación rápida y espontánea a la pregunta confirma este sentimiento. Porque de un sentimiento se trata, posiblemente el mismo que ante la consabida pregunta haría responder a Garay “de Villalba de Losa”, pues ahí tenía los imborrables recuerdos de su infancia.
Si bien todos los datos tienden a confirmar que Garay nació en Belandia, no podemos dejar de mencionar otro aspecto. Transcurría el mes de agosto de 2009 cuando acudí en representación de la Casa Argentina en León al IIIª Encuentro Argentino-Villalba de Losa. Por iniciativa del Sr. Alcalde de Villalba de Losa, D. José Losa Orive, se realiza todos los años este encuentro con la finalidad de honrar la memoria del ilustre fundador, sirviendo como punto de encuentro de los argentinos dispersos en toda la geografía española y los españoles con lazos de unión con la epopeya del vizcaíno, formando entre todos un nudo de afecto. Danzas típicas argentinas y españolas con el infaltable asado criollo constituyen el núcleo del encuentro, aderezado con los discursos de rigor.
José Losa, Alcalde infatigable, trabajador de palabra y de hecho, realiza una tarea invalorable, porque en última instancia, ¿importa que Juan de Garay no naciera en Villalba de Losa, si él por sus afectos y sus recuerdos de infancia se consideraba natural de…? Lo que importa y es digno de alabanza, el trabajo encomiable a que se encuentra abocado Don José, para preservar del olvido una figura entrañable al acervo argentino. Auguramos y abogamos por la continuidad de estos encuentros anuales y felicitamos al Sr. Alcalde por su infatigable tarea.
En la siguiente foto podemos ver la Casa en la Plaza Juan de Garay, en Villalba de Losa, en cuyo solar se cree estaba la casa donde vivió el fundador con sus tíos.
Foto con un monolito alusivo. La placa dice:
“A vos Juan de Garay, natural de Villalba de Losa”. Fundador de la ciudad de Buenos Aires. 11 Junio 1580 – 1980. Diputación Provincial de Burgos.
El libro “Juan de Garay”, del historiador Dr. Ricardo Benavídez contiene en un capítulo la totalidad de mi ensayo sobre la Segunda Fundación de Buenos Aires que publiqué en la Revista Argentinos de León en febrero de 2010.
Mi agradecimiento a Kepa Mendibil Mendieta (de www.orduna.org) y a Karmele Berriozabal Bóveda (de la Fundación Sancho El Sabio) que tan desinteresada y eficazmente me proporcionaron bibliografía y separatas de monografías, imprescindibles para llevar a feliz término este ensayo.
por César J. Tamborini Duca
Este historia está contada por un maestro de la pluma y de la investigación histórica. Realmente vale la pena repasar cada detalle para caer en la cuenta de lo que estoy diciendo. Sólo cabe felicitar al maestro por los datos que aporta en su escrito.
Gracias por tu comentario José María. Un fuerte abrazo.