Voy a tratar de dilucidar el origen de estos topónimos tan apreciados por argentinos y españoles, dando por descontado que es más fácil determinar el de Argentina por su origen mucho más cercano en el tiempo. Al final transcribiré dos párrafos de un artículo que bajo el título “Europa y su futuro” escribió la poeta María Ángeles Fernández Jordán, Secretaria de POETAP (Poetas de la Tierra y Amigos de la Poesía).
ESPAÑA: si nos atenemos a que el lexema spn derivado del fenicio [i-spn-ya = Hispania] en hebreo (lengua semita emparentada con el fenicio) se puede leer como saphan, su traducción significa conejo. Por ese motivo los romanos le dieron a Hispania el significado de conejera, es decir tierra en la que abundan los conejos; fue una denominación empleada habitualmente por Plinio el Viejo, César, Catón, Cicerón, Cátulo (éste, mencionado por el escritor argentino Arturo Cancela). Pero leamos al respecto lo que dice este escritor en “El cocobacilo de Herrlin”:
“Los filólogos afirman, en efecto, que la palabra España significa conejo, porque este animal se llamaba ‘saphan’ en hebreo, término que los fenicios convirtieron en Sphania y los latinos en Hispania. Tengamos presente asimismo, agregó, que Cátulo llama a España ‘Cuniculosa’ (conejera) y que dos medallas acuñadas bajo el reino de Adriano representan a esta nación en figura de mujer teniendo a sus pies un conejo pequeño”. (“Tres Relatos Porteños”, Bs. As., 1933, pág. 67).
Sin embargo en euskera se utilizó la palabra EZPAIN (extremo) pues la península siempre fue la “tierra extrema” del mundo conocido. De ahí la denominación británica de España: Spain.
MADRID: en cuanto a la capital, Madrid puede tener el origen céltico Magerito, llegando a la denominación árabe Magerit (o Mayrit = Magrit). Hay en este topónimo una etimología evolutiva a través de metátesis, desde el latín matricem (de “matriz” que significa “arroyo” y precisamente hay quienes lo relacionan con el río Manzanares), al romance matric, el árabe magrit y el castellano Madrid.
ARGENTINA: en lo que concierne a este topónimo tiene un proceso evolutivo muy simple, desde que Juan Díaz de Solís descubrió el agua dulce en un sitio que por su anchura parecía un mar y por ese motivo lo llamó Mar Dulce; posteriormente a su trágica muerte fue llamado Mar (o Río) de Solís. Los miembros de esta expedición al regresar a España en 1524 llevan objetos de plata obtenidos de los indígenas, además de la noticia proporcionada por ellos de una montaña compuesta por ese mineral, la Sierra de la Plata (en referencia al cerro Potosí, muchos más al norte, en la actual Bolivia).
Por ese motivo a partir de 1524 los portugueses comienzan a llamar al Río de Solís “Río de la Plata” y poco después lo hacen también los españoles. Pero plata en realidad es el significado de la palabra latina “Argentum” y en el año 1554 aparece por primera vez en la cartografía del portugués Lopo Homen la denominación TERRA ARGENTEA. Posteriormente tiene lugar en Lisboa (en 1602) la Edición Príncipe del más antiguo poema épico, que abarca desde 1505 hasta 1587 aproximadamente, sobre la conquista de este territorio. Fue escrito por el arcediano Martín del Barco Centenera que llegó con la expedición de Juan Ortíz de Zárate, y lo tituló “Argentina y Conquista del Río de la Plata, con otros acaecimientos de los Reynos del Perú y Tucumán”.
A partir de la publicación de esta crónica en versos –que tiene el mérito de utilizar la palabra Argentina para designar el territorio- se fue popularizando el término, incluído también en la versión original (más extensa) del Himno Nacional adoptado por la Asamblea del año 1813. La oficialización definitiva tuvo lugar en 1860 por un decreto del Presidente Santiago Derqui.
EUROPA: “¿Quién le puso el nombre a Europa? El análisis más extendido de esta palabra lo considera como una composición de las palabras griegas eurys (‘ancho’) y ops (‘rostro’), siendo ésta una etimología incierta. Otros piensan que viene de la palabra semítica ereb, que significa ‘ponerse el sol’ (occidente). Desde el Este o mediano oriente, el sol se pone efectivamente en Europa, la tierra al oeste.
Europa es también el nombre que cuenta la leyenda mítica de la doncella raptada por el dios Zeus, transmutado en un bello toro blanco. Era tan bella Europa, princesa fenicia, que Zeus la quiso para él y urdió su plan de rapto y seducción con este disfraz, llevando a Europa a Creta. Pero Zeus, como padre todopoderoso de los dioses no se quedaba con Europa ni con ninguna otra en exclusividad, en este caso, después de tener varios hijos con ella, fue un rey (no un dios) quien se casó con ella. Europa por tanto no fue nunca diosa, ni fue venerada en ningún templo, y con este precedente, de las viejas leyendas griegas, alguien decidió poner el nombre de la bella fenicia al territorio continental europeo. Al margen de las realidades fácticas o científicas, yo prefiero esta última versión, que es la más poética, porque toda realidad nace con la palabra y, la palabra es la fragua de la poesía”. De “Europa y su futuro”, por Mª Ángeles Fernández Jordán.
https://pampeandoytangueando.com/el-origen-de-las-palabras/alcala-de-henares/
Una relación que debiera difundirse dada el enorme paraninfo de citas magistrales en que se apoya su texto.
Es de verdad indiscutible que con una misma imagen se pueden forjar opiniones diferentes.
No obstante, en este caso, que invita a la honda meditación, me lleva a acuñar en este pequeño espacio mi más elocuente felicitación por el contexto de una historia que, como todas las historias, depende de quien sea el historiador.
Más, en el caso particular que hoy me ocupa, debo hacer llegar a su autor las expresiones de este sincero aplauso y la seguridad de que volveré a leer su texto, culturalmente memorable.
Rodolfo Leiro, desde Buenos Aires, Argentina, un tres de octubre de 2013.
César, nadie podría expresarse sobre tu texto mejor que el señor
Rodolfo Leiro, por lo tanto adhiero a sus palabras y estoy en lo cierto cuando digo que sos un gran escritor e investigador. Felicitaciones, Nélida Caracciolo
Muy interesante César estos análisis. De los demás sabía algunas cosas, especialmente de Argentina y Madrid. Pero me ha sorprendido lo de España. Ahora los nombres de fueron modificando o cambiando para designar los países y ciudades, pero antes era habitual designar con nombres de animales o árboles a regiones, ciudades, etc. Así los franceses se identifican con el gallo, Italia tiene al toro en Torino y al águila en Milano…. y así, su familia más poderosa en un momento fueron los Colombo, la paloma. Una nota de grata e instructiva lectura, un abrazo
Un placer encontrarme de nuevo con Cesar Tamborini Duca, poeta, maestro eximio de la poesia y el lunfardo. Rodolfo Leiro un 25 de noviembre de 2013