Ariel Hugo Vázquez nació en Chical-có (“Agua del chañar”), zona rural de La Humada en la Provincia de La Pampa, y conoció varios países del mundo como integrante de la Armada Argentina en la Fragata Libertad. Su amor por el terruño lo impulsó a escribir en verso aspectos relacionados con las costumbres y paisajes del Oeste pampeano. Su primer poemario lo denominó “Alpataco” (“pichai” en mapudungu); se trata de un arbusto de la familia de las leguminosas conocido botánicamente como Prosopis flexuosa par depressa y crece asociado a las jarillas en el monte arbustivo-árido del oeste pampeano alternando con otros árboles de la misma familia como el algarrobo y el caldén (Prosopis caldenia”). Un recorrido por los poemas del libro de Vázquez nos introduce en distintos aspectos de la idiosincrasia pampeana, desde la amistad y las anécdotas con ella relacionada, los fenómenos naturales, la flora y fauna de esa peculiar región que lo albergó en su niñez, hasta la denuncia del habitual abuso de los oligarcas en el robo de tierras, o la mención del célebre bandolero Bairoleto https://pampeandoytangueando.com/aguafuertes-hispano-argentinas/bairoletto/ La primera poesía que Ariel incluyó en su poemario está dedicada a la leguminosa que titula el libro, y es la que pueden leer a continuación:
ALPATACO (por Ariel H. Vázquez)
Sacaré mi tabaquera
la llenaré de tabaco
no quiero apurar el tranco
en mi andar lento y sencillo
con perfumes de tomillo
y ramitas de alpataco.
Es parte de esta llanura
como lo son las perdices
cargando sus cicatrices
resistiendo viento y pestes
de esta tierra tan agreste
donde enterró sus raíces.
Es la imagen de mi tierra
lenta mirada cansina
despeinadas tus espinas
donde florecen las penas
hojitas que en las arenas
crecen nobles y divinas.
Es su hermana la jarilla
testigo de las sequías
pero la gran compañía
es dormir con la esperanza
la lluvia que nunca alcanza
que sueña abrazar un día.
Es tu talla retorcida
el signo de resistencia
valores que mi querencia
grita con voz apagada
como pidiendo la nada
con la voz de la paciencia.
Esos grandes ventarrones
que castigan con malicia
son una suave caricia
que quiere probar tu temple
es fuerte como tu gente
con el clima y su injusticia.
Alpataco que has crecido
con aromita a tomillo
armonías de los grillos
te acunan en madrugadas
como tu tierra añorada
se ve tu aspecto sencillo.
Resistente te imagino
como mi gente callada
respetuosa, desolada
humilde como ese suelo
aguantar es el consuelo
alpataco de La Humada.
Los Hermanos Calvo, Juan Carlos, José y Julio, nos ofrecen en una magnífica interpretación una zamba de Horacio Guarany que podrán escuchar accediendo al siguiente enlace:
caminante si vas por mi tierra.mp3