Tangueando

Mano a Mano (tango)

El Morocho del Abasto

Es una de las emblemáticas letras de tango dentro de la amplia variedad en la poesía de Celedonio Esteban Flores. A la misma le pusieron música Carlos Gardel y José Razzano; en ella puede apreciarse por parte del personaje una actitud entre paternalista y perdonavidas, pero al mismo tiempo es capaz de alabar a la mujer por haber puesto ese calor de hogar en el bulín que compartían, por haber sido buena con él y haberlo querido (tal vez, como no querrá a ningún otro).

Sin embargo descubre un sentimiento con un deje de amargura por olvidarse (la percanta) de sus humildes orígenes y haberse dejado “engrupir” por las amigas; por su participación con las tentaciones que ello supone, de las milongas entre magnates que crean falsas ilusiones, y donde se puede triunfar o hundirse en circunstancias oprobiosas. Remata la evocación aseverando que en la vida quedaron “mano a mano”, es decir sin deudas, por cuanto cree haberle pagado –no se refiere a dinero sino sentimientos- los favores recibidos mientras fue buena con él.

 

Lo grabó Carlos Gardel con acompañamiento de guitarras en 1923 (sello Odeón nº 18.067). También fue grabado por Alberto Arenas con las orquesta de Francisco Canaro, y por Julio Sosa con el acompañamiento de Leopoldo Federico.

Pero este tango tiene una letra alternativa correspondiente a la versión femenina que retruca las aseveraciones del “quía”: la autoría corresponde a Humberto Correa (seudónimo: Iván Once) nacido en Minas (Lavalleja, Uruguay) el 4 de abril de 1901; murió en Montevideo el 10 de Junio de 1964. En este caso, la parte correspondiente al varón fue cantada por Roberto Lister, y en la voz de Nina Miranda se intercalan estrofas correspondientes a respuestas de la mujer a las aseveraciones del hombre.

Ella dice que si dejó el nido fue por culpa de él, aburrida del trato que recibía y le hace una retahíla de reproches como que se la pasaba borracho y se gastaba el dinero de ella, con aire prepotente y compadrón. Que si él habla de esa manera es porque ella lo abandonó (debido, obviamente, a su comportamiento) porque prefiere ahorrar para sus necesidades vitales. Para culminar, es ella la que reprocha todo lo que le dio, aunque prefiere olvidarse de esas deudas pues todo lo que hizo ella no hay dinero para pagarlo.

A continuación podemos leer la versión de Celedonio Flores (varón) con el agregado que le hizo Humberto Correa. Y la versión en la orquesta de Donato Racciati con las voces de Roberto Lister y Nina Miranda. Luego un vocabulario para la comprensión de muchas palabras lunfardas.      

 

MANO A MANO

 

Varón:

 

Rechiflao en mi tristeza, hoy te evoco y veo que has sido

En mi pobre vida paria, sólo una buena mujer,

Tu presencia de bacana, puso calor en mi nido

Fuiste buena, consecuente y yo sé que me has querido

Como no quisiste a nadie, como no podrás querer.

 

Se dio el juego de remanye, cuando vos, pobre percanta

Gambeteabas la pobreza en la casa de pensión,

Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta

Los morlacos del otario los jugás a la marchanta

Como juega el gato maula con el mísero ratón.

 

Mujer:

 

Yo no sé por qué estás triste y evocás lo que antes sido

Con el filo de engrupirme que era una buena mujer,

Si aburrida de tus tratos decidí dejar el nido,

Porque me tenías cansada con tu beguén de engrupido

¡Y decís que te he querido como no llegué a querer!

 

Se dio el juego de remanye, que hoy batís como reproche

Mientras pa´ ponerte al día, fui a parar a una pensión,

Y vos la pasabas curda, de la mañana a la noche,

Patinándote mi vento, en taxímetro y en coche

Dándote aires de guapito, prepotente y compadrón.

 

Varón:

 

Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones,

Te engrupieron los otarios, las amigas, el gavión,

La milonga entre magnates con sus locas tentaciones

Donde triunfan y claudican milongueras pretensiones

Se te ha entrado muy adentro en el pobre corazón.

 

Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado

No me importa lo que has hecho, lo que hacés, ni lo que harás,

Los favores recibidos creo habértelos pagado

Y si alguna deuda chica, sin querer, se me ha olvidado

En la cuenta del otario que tenés, se la cargás.

 

Mujer:

 

Hoy decís que tengo el mate, de ilusiones, rebosante

Que me engrupieron los giles, mis amigos y el bacán,

Pero hablás de esa manera porque te he dado el espiante,

Lo que pasa, mis amigos, que no soy aquella de antes

Y amarroco los fasules pa´ que no me falte el pan.

 

“Nada debo agradecerte”, decís mal agradecido

Que has quedado mano a mano con lo que te he dado yo,

Pero no pienso cobrarte, porque quedarías fundido,

Es mejor de que tus deudas las entierre en el olvido

¡Porque ni Dios pagaría todo lo que hice por vos…!

 

Vocabulario.  En la versión original tenemos los siguientes lunfardismos:

BACANA: amante del bacán / aparenta una posición socio económica que no tiene

ENGRUPIR: engañar, hacer creer lo que no es

GAMBETEAR: regatear, eludir algo

GAVIÓN (gavilán): seductor

MARCHANTA: de cualquier manera, descuidadamente

MATE: la cabeza

MAULA: cobarde, despreciable / gato maula es una metáfora

NIDO: hace alusión al hogar

OTARIO: cándido, fácil de embaucar

PERCANTA: mujer

RECHIFLAO: trastornado, enloquecido (de “chiflado”; el prefijo re es intensificador)

REMANYE: de manyar, intensificado con el prefijo re. Conocimiento

 

En la versión femenina se agregan los siguientes vocablos lunfardos:

AMARROCO: acopio, ahorro con avaricia

BATÍS: cantar, en el sentido de hablar, contar (=deschavar)

BEGUÉN: amante / capricho amoroso

COMPADRÓN: altivo, jactancioso

Nina Miranda y orq. Donato Racciati

CURDA: borracho

ESPIANTE: echar, despedir

FASULES: se refiere al dinero

FUNDIDO: arruinado

GILES (= otario): cándido

GUAPITO: guapo, valiente

PATINANDO: gastando

VENTO: dinero

César J. Tamborini Duca

 

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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