Tangueando

ETAPAS EVOLUTIVAS DEL TANGO. El Modernismo y los tangos “darianos” (I)

La clasificación del tango en etapas resulta un tanto arbitraria si tenemos en cuenta que hay mucho de subjetivo, que uno puede dar inicio a una característica especial en la música y/o el canto a una  etapa,  mientras otro se inclina por otra orquesta con características disímiles. Por ese motivo, ha de tenerse en cuenta no tomar al pie de la letra mi argumentación, pues hay que considerar que el tango, al abarcar todas las facetas de la vida, es susceptible de tantas divisiones y subdivisiones como uno quiera realizar.

Reconociendo esta dificultad, encararé la cuestión dentro de mí subjetividad y para ello lo dividiré en 3 etapas (aunque resulta obvio que hay más divisiones, las 3 son representativas de éste artículo):

  1. Los “proto tangos” (o tangos fundacionales) “Etapa villoldense”: de Villoldo a Contursi.
  2. Tangos sentimentales. Pascual Contursi  y “Mi noche triste”.
  3. Tangos Románticos. Enrique Cadícamo y los tangos “darianos”.

LOS PROTO TANGOS

Es indudable que, como para todas las cosas, debe haber un inicio. También hay que pensar que ese inicio puede ser un poco dudoso en cuanto al camino que recorrerá, por ese motivo a mí me gusta denominar proto tangos a esos compases primigenios, que todavía no alcanzaron la calificación de tangos. Inclusive hay que tener en cuenta una cosa, generalmente eran anónimos, a alguien se le ocurría una melodía y la interpretaba con una flauta por ejemplo (que era lo más habitual; y cuando se formaba un trío, lo habitual también era la flauta, con la compañía de un violín y una guitarra), ni siquiera le ponían nombre.

Alguien con alma de poeta, al escuchar esa música, le adosaba algunos versos, generalmente eran versos picaresco. En ese caso podía también ponerle nombre. Pero qué ocurría, que esa modalidad de letras picarescas fue degenerando en versos prostibularios. Respecto a los tangos prostibularios ya lo expliqué en

Tenemos un ejemplo en ésta, casi con perfiles de Habanera, titulada «Señor Comisario», decía:

-Señor Comisario, 
Señor Comisario,
Deme otro marido.
Porque éste que tengo, 
porque éste que tengo
no duerme conmigo.

-Señor Comisario, 
esa mujer miente,
porque cuando duermo, 
porque cuando duermo
ella no me siente.

La versión posterior de “Señor Comisario”: En versiones posteriores la letra pierde las características: Ella: “Señor Comisario, deme otro marido, / porque este que tengo / no duerme conmigo”. El: “Señor Comisario, yo he sido testigo / cuando la canalla cochina / engañó al marido”. Hay otra versión aún más picaresca.

Tenemos otro ejemplo en un antiguo tango de “El Negro” Casimiro Alcorta, que había titulado “Concha sucia” (con el significado que en Argentina se da a ese sustantivo). Francisco Canaro se lo apropió, le cambió el nombre y le dio a Caruso para que cambiara la letra. La letra, que era muy popular en los prostíbulos de la época, con el cambio introducido, decía así:

«Cara sucia, cara sucia, cara sucia,

te has venido con la cara sin lavar.

Melenuda, melenuda, melenuda,

esa cara que tenés sin afeitar.

Esa cara tan sabrosa y picarona,

que me tiene encajetado hasta el ojal».

                                                                                                                                                                             

Si quieren tener una idea de lo que decía originalmente la letra, tengan en cuenta que lo único que hizo Caruso fue cambiar la palabra “concha” por la palabra “cara” en todos los versos en que se encontraba.

Dentro de lo que considero “proto tangos” hay que mencionar un autor que fue pionero; que él mismo cumplió esta etapa y posteriormente la otra, ahora sí la de los primigenios tangos, los tangos antiguos con su ritmo alegre, que instigaban al baile. Me estoy refiriendo a Ángel Villoldo, un prócer del tango. Pero no estuvo solo en esa “epopeya tanguística” pues a su lado tenía un partenaire que supo acompañarlo en esta etapa primitiva, no solo en Argentina (también en esto fueron pioneros), también en Francia. Me refiero a Alfredo Gobbi (padre) y su esposa Flora Rodríguez.

Alfredo Eusebio Gobbi nació en Paysandú (Uruguay) el 5 de febrero de 1877 y le puso letra al “Tango Criollo” titulando el mismo con el nombre “La crisis”, cuyos versos parecerían premonitorios de lo que ocurre actualmente en el mundo, anticipándose a Discépolo y su famoso tango “Cambalache”. Cantaba a dúo con su esposa Flora Rodríguez. Eran renombrados como “Los reyes del gramófono”.

Uno de sus temas fue “El criollo falsificado”, letra que le pusieron al conocido tema de Villoldo “El porteñito”, parodiando a los inmigrantes italianos que buscaban identificarse como “porteños”. Fue grabado en 1906, muy cómico:

La amistad con Villoldo se consolidó en París, adonde había viajado con su esposa y donde nació el conocidísimo Alfredo Gobbi h. (del que Villoldo fue padrino de bautismo), y cuya trayectoria aparece en el Boletín nº 41 de la Academia Virtual del Lunfardo y el Tango en el contenido del Seminario de Tango dictado por el Ingeniero Eduardo Bernal en la Academia Porteña del Lunfardo. A él nos remitimos.

Juan Francisco López conocido como “Lopecito”, publicó la siguiente semblanza de los Gobbi: “Año 1907. Europa bosteza su despertar bélico y nosotros, que no queremos guerra, enviamos a Francia a esta pequeña embajada, portadora de gracia y de tango. Lo enviamos, para que en aquellos pagos, conozcan nuestro cantar ciudadano y nuestra danza suburbana, que luego de conquistar el centro de nuestra ciudad, donde en un principio le cerraron las puertas de los salones, iban a conquistar un mercado de trascendencia mundial: París.

“La Villa Lumiére no era extraña para Gobbi, ya que en el año 1905 había estado sembrando lo que iba a recoger: fama y dinero. París era su meta y su centro, desde allí rodarían a todas partes del mundo sus discos y en ellos irían grabados como para que no los borrara el tiempo sus inmemorables composiciones: tangos, duetos, romanzas, contrapuntos, gatos, pericones, milongas, habaneras.

  Ángel Villoldo. 1861 – 1919

“Doña Flora, Don Alfredo y Don Ángel (Villoldo), con esta línea media, el equipo del tango, no podía perder la partida… y la ganó de punta a punta, como la ganan los cracks. «¿Vos sabés, pibe, lo que es estar siete años, ni uno más, ni uno menos, dándole manija al tango?…» (…) Sus tangos y los de Villoldo —no se puede nombrar a uno sin mentar al otro—, conquistaron Francia. La popularidad de sus composiciones los lleva a ingresar como miembros, de la Sociedad de Autores y Compositores Franceses (…)

“Los Gobbi son, probablemente, los artistas que más grabaron en el mundo, en casi todas las casas impresoras de discos y para los que lo pongan en duda, basta mencionar el nombre de las marcas en las que estamparon sus voces: Homokord, Columbia, Pathe, Odeon, Gath & Chaves, Poliphon, Da Capo, Gloria, Kaliope, Phyriny, Cabezas, Edison y suma y sigue. ¿Que me decís pibe? ¿Vos te imaginabas que habían tantas marcas? Ni de autos había tantas”. Según Juan F. López los Gobbi graban en 1905 –solamente en EE.UU.- 250 cilindros.

Después de esa etapa arcaica apareció lo que se conoce como la “etapa villoldense” del tango, con cultores como el mismo Villoldo (que en 1903 dio a conocer El Choclo), Ricardo Brignolo, Roberto Firpo, Bachicha de Ambroggio, Juan Maglio, Juan Bergamino, “El pibe Ernesto” (Ernesto Ponzio), el cieguito Aspiazú, Enrique Saborido, Augusto P. Berto, Eduardo Arolas, Domingo Santa Cruz, Arturo De Bassi, Manuel Aróstegui, Arturo Bernstein, Tito Roccatagliata, Francisco Canaro, Ciriaco Ortíz. Y hay más, toda una pléyade de inspirados creadores y ejecutantes de esos tangos, a los que el clarinete o la flauta, el violín y la guitarra, imprimían ese ritmo alegre que los caracterizan.

TANGOS SENTIMENTALES. PASCUAL CONTURSI  Y “MI NOCHE TRISTE”.

Pero llegamos a 1917 cuando Pascual Contursi conoce un tango instrumental de Samuel Castriota llamado “Lita” y le incorpora letra: nace “Mi noche triste” y nace Gardel como cantor de tangos (hasta entonces, haciendo dúo con José Razzano interpretaban canciones camperas) al grabarlo en ese año. Debemos considerar que “Mi noche triste” está construido en décimas octosílabas, forma poética afín al canto rural de la llanura pampeana; el ritmo no se ha despojado totalmente de la milonga.

Un año después Manolita Poli, en el Teatro Esmeralda el 26 de abril de 1918, acompañada de la orquesta de Roberto Firpo, lo estrena en la obra de teatro “Los dientes del perro”, un sainete de José González Castillo. Al tratarse de una obra de teatro su representación diaria hacía que noche tras noche el público  saliera tarareando o cantando esa canción, lo que le dio el espaldarazo definitivo.

A partir de ese momento se considera, que con Contursi y Gardel había nacido el “tango canción” o etapa “post contursiana”, dando lugar al tango SENTIMENTAL y quejumbroso tan preterido por Borges, a quien gustaban los alegres tangos primigenios como “El torito”, “Viento norte”, “El apache argentino”, “El cuzquito”, “El choclo”.

  Pascual Contursi

Pero ¿quiere decir lo mismo “sentimental” que “romántico”? Puede parecerlo en apariencia pero no es así. “Sentimental”  es un sentimiento que está amarrado a la nostalgia, al recuerdo doloroso por alguna pérdida: la juventud, algún amor, la lejanía de la tierra que nos vio nacer, padres, amigos, una época ya lejana… es algo que de alguna manera su recuerdo resulta doloroso por la pérdida, que dio origen a la tristeza en el tango, como si el título del primero fuera premonitorio: “Mi noche triste”.

“Romántico” en cambio es también un sentimiento, pero alegre, que nos trae el recuerdo de pasadas alegrías, encuadradas en los mismos afectos de lo sentimental, pero con el aspecto positivo de esos sentimientos. Ejemplos de temas corrientes en la poesía romántica son el arpa mágica, la niña pálida, canto de sirenas, el barco encantado, amores a la luz de la luna…

Pero si hasta aquí señalamos algunas etapas en la historia del tango hasta llegar a la “post contursiana” o del “tango canción”, a partir de aquí admite subdivisiones; como también ocurriría si habláramos del post modernismo en el tango (claro que esto debería ser objeto de otro trabajo).

Una de esas subdivisiones serían los “tangos darianos”, y con este adjetivo aplicado a un sustantivo me veo en la obligación de redactar una muy breve biografía de Rubén Darío, que al establecerse unos años en Buenos Aires influyó en los primeros autores que se acercaron a la poesía.

Rubén Darío

Rubén Darío

Darío nació en Chocoyos (Metapa) Nicaragua, el 18 de enero de 1867 y falleció en León (Nicaragua) el 17 de febrero de 1916.

En 1888 publica en Valparaíso el poemario «Azul», considerada como el punto de partida del Modernismo. Esta fama le permite obtener el puesto de corresponsal del diario «La Nación» de Buenos Aires. Entre 1889 y 1893 vive en varios países de Centroamérica ejerciendo como periodista mientras sigue escribiendo poemas.

Entre 1893 y 1896 reside en Buenos Aires, donde publicó dos libros cruciales en su obra: ”Los Raros”, una colección de artículos sobre los escritores que, por una razón u otra, más le interesaban; y, sobre todo, “Prosas profanas y otros poemas”,  el que supuso la consagración definitiva del modernismo literario en español. Como Rubén lo explica en su autobiografía, con el tiempo los poemas de este libro alcanzarían una gran popularidad en todos los países de lengua española. Sin embargo, en sus comienzos no fue tan bien recibido como hubiera sido de esperar.

En Buenos Aires, Darío fue muy bien recibido por los medios intelectuales. Tanto entusiasmo había despertado entre los escritores argentinos, que no desechó la oportunidad Arturo Cancela para hacerlo partícipe en uno de sus cuentos, “Historia funambulesca del profesor Landormy” (capítulo IX) cuando hace decir a un orador …”que la venida del sinsonte a las orillas del caudaloso Plata alegorizaba para él la fausta migración de aquel otro lirófero centroamericano que había entonado aquí sus mejores cantos y a quien los argentinos, mecenas incomparables, habían tejido un nido de laureles en lo más tibio de su corazón. Acababa de referirse a Rubén Darío, cuya consagración en Buenos Aires había hecho de esta ciudad un faro de promisión que irradiaba una luz espiritual sobre la anfictionía de las naciones americanas”…

Colaboró con varios periódicos: además de La Nación, donde ya era corresponsal, publicó artículos en La Prensa, La Tribuna y El Tiempo, por citar algunos. Su trabajo como cónsul de Colombia  era honorífico, ya que, como indicó en su autobiografía, «no había casi colombianos en Buenos Aires y no existían transacciones ni cambios comerciales entre Colombia y la República Argentina».

El periódico argentino «La Nación» le envía como corresponsal a España en 1896, y sus crónicas terminarían recopilándose en un libro, que apareció en 1901, titulado «España Contemporánea. Crónicas y retratos literarios». En España, el autor despierta la admiración de un grupo de jóvenes poetas defensores del Modernismo como Juan Ramón Jiménez,  Ramón María del Valle-Inclán y Jacinto Benavente. En 1902, en París, conoce a un joven poeta español, Antonio Machado,  declarado admirador de su obra.

Interesa destacar  que en la evolución del tango, la literatura culta tuvo un papel relevante por el influjo que tuvieron obras de autores importantes de la literatura universal, (porque “El tango también puede ser eco y pregón de obras inmortales de la literatura: ‘Margarita Gauthier’ describiendo en breves y románticas líneas “La Dama de las Camelias” de Alejandro Dumas (h.); y ‘Griseta’ donde se menciona al caballero Des Grieux y a Manón, protagonistas de la novela “Manón Lescaut” del Abate Antoine Prèvost en la que se describe el poblamiento de Nueva Orleans con las prostitutas (grisette) parisinas; este tango menciona tambien otros personajes de la literatura francesa. Así, Museta y Mimí son las dos ‘grisettes’ de «Escenas de la vida bohemia» (Enrique Murger, 1848), mientras que Schaunard es un filósofo y Rodolfo un poeta, apareciendo una vez más los protagonistas de «La Dama de las Camelias»: Margarita Gauthier, y Duval (Armando). El tango «Así es Ninón» habla probablemente de la protagonista de la novela romántica «La verdadera historia de Ninón de Lenclos» (basada en la vida de la escritora Ana Lenclos). El poeta francés Alfred de Musset escribió la novela romántica «Mimí Pinson», otra ‘grisette’ en cuyo espejo se recrea el tango homónimo como detallé en alguna ocasión en pampeando y tangueando): https://pampeandoytangueando.com/tangueando/con-permiso-soy-el-tango-2/

Alfredo Le Pera escribió un hermoso tango titulado “El día que me quieras” inspirado –sin ninguna duda- en el poema homónimo de Amado Nervo. Pero fue Rubén Darío (el más importante exponente del Modernismo) uno de los que más influyeron en el tango rioplatense. Aunque podemos denominar un viaje de ida y vuelta, pues si su poesía influyó para enriquecer las letras de los tangos, regalando a nuestros oídos palabras de un lenguaje culto, alusiones a princesas, menciones de lugares lejanos… éstos a su vez contribuyeron al conocimiento de la poesía del poeta.

   Enrique Cadícamo

Enrique Cadícamo

Cadícamo nació en Luján, en 1900. En la biografía de su juventud es nota destacada que en 1919 trabajó como escribiente en el Archivo del Consejo Nacional de Educación, donde conoció a Leopoldo Lugones y Héctor Pedro Blomberg, entre otros; su primer tango fue Pompas (con música de Roberto Goyeneche), estrenado por Carlos Gardel. Entre varios, apuntamos estos tangos escritos por él: Muñeca brava (música Luis Visca), ¡Che papusa, oí…! (m. Gerardo Mattos Rodríguez), Anclao en París (m. Barbieri), El cantor de Buenos Aires (m. Cobián), El morocho y el oriental (milonga; m. D’Agostino),  De todo te olvidas (m. Salvador Merico) Nostalgias (m. Cobián), Niebla del Riachuelo, Los mareados  (m. Juan Carlos Cobián)… La lista sigue y es extensa, ya que murió en 1999 y estuvo creando hasta su muerte.

Vida dedicada a la música popular rioplatense, fue también dramaturgo, guionista de cine y, además de sus libros de memorias, publicó libros de poesía (Canciones grises, La luna bajo el fondo, Viento que lleva y trae y Los inquilinos de la noche) y novelas (Café de camareras, Juan Carlos Cobián y Debut de Gardel en París –estos dos últimos títulos más cercanos a las memorias).

TANGOS ROMÁNTICOS. ENRIQUE CADÍCAMO Y LOS TANGOS “DARIANOS”.

Nuestros poetas populares asumían que no podían escribir los tangos con la lírica del nicaragüense, pero sí podían inspirarse en él y establecer algunos puntos de contacto. Uno de ellos –aunque no el único- fue Enrique Cadícamo, que utiliza un lenguaje refinado que casa bien con el de Darío, y cuyo ejemplo más notable lo encontramos  en “La Novia Ausente”, versos que por su armonía muy bien pueden preceder o continuar los de la “Sonatina”, uno de los poemas universales el Modernismo.

La novia ausente. Aparte de la melancolía y tristeza con ella asociada, en “La Novia Ausente” encontramos otros elementos compartidos con la “Sonatina”, tales la métrica rigurosa, elementos dramáticos (“¿Ves como la luna se enreda en los pinos / y su luz de plata te besa en la sien?”)  y otras  evocaciones similares propias del Modernismo, como veremos a continuación.

La primera estrofa de la “Sonatina” dice:

La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

Veamos y comparemos ahora la 5ª estrofa de La Novia Ausente”

LA NOVIA AUSENTE (Letra Enríque Cadícamos – Música Guillermo Barbieri – 1933)

A veces repaso las horas aquellas
cuando era estudiante y tu eras la amada
que con tus sonrisas repartías estrellas
a todos los mozos de aquella barriada.

Ah! las noches tibias, Ah! la fantasía
de nuestra veintena de abriles felices,
cuando solamente tu risa se oia
y yo no tenía mis cabellos grises.

Íbamos del brazo y tu suspirabas
porque muy cerquita te decía, «Mi bien,
ves como la luna se enreda en los pinos
y su luz de plata te besa en la sien?

Al raro conjuro de noche y reseda
temblaban las hojas del parque también
y tu me pedias que te recitara
esta «sonatina» que soñó Rubén:

«La princesa esta triste! Que tendrá la princesa?


Los suspiros se escapan de su boca de fresa


que ha perdido la risa, que ha perdido el color.                                                                               

La princesa está pálida en su silla de oro,                                                                                        

está mudo el teclado de su clave sonoro,                                                                                          

y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor”.

Carlos Gardel dejó grabado este tango:  https://www.youtube.com/watch?v=V2ZQ7ikLomI

continuará                                                                                                               César José Tamborini Duca

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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