Pampeando

Mapudungu: breves nociones de su gramática y vocabulario

LENGUA MAPUCHE

Vamos a ver consideraciones básicas para comprender lo que se expone. En  https://pampeandoytangueando.com/pampeando/lenguaje-y-numeros-de-lospampas/  había expuesto algunas nociones, que ahora serán más amplias. Ya mencioné en otras ocasiones que “MAPU” significa tierra en el sentido de territorio, nación. Y “CHE” significa gente. MAPUCHE es -entonces- gente de la tierra.

¿Con qué palabra designamos su idioma?: “MAPUDUNGU” porque dungu significa lengua, es la lengua de la tierra. Fácil ¿verdad? Así al menos lo afirmaba Larsen. Juan Mariano Larsen fue profesor y periodista de origen francés que escribía para la Revista de la Sociedad Geográfica Argentina, para la que cubrió la llegada a Buenos Aires del Cacique y Coronel de la Nación Manuel Namuncurá luego de su rendición en el Fortín Ñorquín.

Según Larsen “el mapudungu parece una lengua de conquistadores. Su carácter eminentemente aglutinativo, su fonología tan libre de complicación, su flexibilidad y aptitud para formar compuestos, la situación fija de sus partículas, y la asombrosa fecundidad de sus raíces, que se trasladan inalterables en cualquier función que desempeñen en la gramática, hacen del mapudungu un idioma singular entre todos por su extraordinaria facilidad”. Asimismo Félix de Azara manifestaba que la manera de hablar de esta gente era muy suave, excepto cuando exponían “razones” en sus parlamentos en donde se expresaban con mayor énfasis y al término de cada oración prolongaban la sílaba final.

Volviendo al tema, si queremos expresar “HABLAR MAPUCHE” simplemente agregamos la letra “n” a “dungu” porque la “n” final verbaliza; entonces dungun significa hablar y “mapudungun” es hablar la lengua de la tierra… o hablar mapuche.

Debemos comprender que a la inversa del español, el adjetivo se antepone al sustantivo, como ocurre en los idiomas germánicos, las lenguas anglosajonas, donde por ejemplo para decir caballo rojo se dice “red horse” (rojo caballo) y en mapudungu si queremos decir piedra (“cura”) azul (“calfu”) decimos “calfu curá” (azul piedra).

Veamos otro ejemplo de adjetivo anteponiéndose al sustantivo:          cume = bueno (adjetivo)  –  huentrú = hombre (sustantivo)

Cume huentrú: hombre bueno

Si queremos pluralizar tengamos en cuenta que para pasar del singular al plural se agrega la partícula “EGUN”, entonces  “hombres buenos” quedaría así: cume huentrú egun.

idioma de los argentinos

En cuanto a la pronunciación de algunas letras, si bien como dijimos antes el idioma es fácil, no ocurre lo mismo con la fonética. Veamos lo que ocurre con algunas letras:

La “h” (que no tiene valor ortográfico) es difícil pronunciarla después de “t” (th) en la manera que hacen los indios, para que la pronunciación sea más parecida conviene reemplazarla por la “r”, p.ej.:

hombre, que ya vimos antes, es huenthú, pero lo pronunciamos huentrú; primavera es thipantú, pero lo pronunciamos tripantú

(Muchas veces se utiliza “che” en lugar de “t”, de “th” y de “tre”)

En algunas palabras la “h” se antepone a las letras “a”, “e”, “u”, como “huanque” (ñandú), “hue” (lugar), “huapí” (isla).

La letra ü tiene un sonido similar a la u francesa o la ü alemana.

La “g” se pronuncia como si la voz saliese de las fosas nasales, guturalmente, semi abriendo la boca y apoyando la punta de la lengua en las encías de los dientes inferiores, p.ej. en “pagi” = león.

La “gh” seguida de las vocales a, o, u se pronuncia como en castellano ga, go, gu; con las vocales e, i se pronuncia como en italiano ghe, ghi.

Letra “j”: no se emplea ja, jo, ju ni el ge, gi castellano; sin embargo se usa en pagi (león) pero suave, gutural como dijimos antes, como si dijéramos “pagui”.

La “b” no se usa.

Gramática de Rosas

Con respecto a la “v” hay que tener en cuenta que es labio dental, al pronunciarla se articula el labio inferior con los incisivos supriores, por eso si p.ej. queremos decir “currú-leuvú” puede sonar como “f” ya que esta letra articula de la misma manera, se confunden, de ahí que la notación gráfica suele ser indistinta: “currú-leuvú” o “currú-leufú”. Otro ejemplo: “Vucha lavquen” o “Fucha lafquen” (laguna grande). Si observan lo que comentamos antes se darán cuenta que Vucha (=grande) es el adjetivo.

La misma confusión ocurre con la “n” y la “y” que se usan indistintamente al tener el mismo significado. Como ejemplo tenemos MAY = MAN (significan “sí”, afirmación). Tanto en la “n” como en la “l” se arrima la punta de la lengua a los dientes.

La “r” independientemente que esté al inicio, al final o al medio de la palabra se pronuncia suave: rau-co (agua gredosa, arcillosa) p.ej. no se pronuncia rrau-co sino con una suavidad que confunde con arau-co. Y esto tuvo una gran significación porque ahí surgió la confusión de la zona llamada rau-co con arau-co, derivando posteriormente en “araucano” para llamar los españoles a la gente que vivía en esa zona; pero ellos se denominaban “mapuches”.

La “z” se pronuncia fuerte cuando está al inicio en un sustantivo (y se utiliza a veces en lugar de “d”) p.ej. “zugú” (palabra, cosa o motivo); si está en el medio se pronuncia suave, p.ej. “huezá” (malo, cosa que no sirve).

SUFIJOS: el sufijo “tun” (o “thruz”) es una terminación verbal y lleva implícita una acción. Por ej. la acción de cazar, se pospone tuna la palabra de lo que se caza: “Pangitun” es “cazar leones”. Otro: “choique laquetun” = “cazar ñandú con boleadoras”  (choique = ñandú; laque = boleadoras).

ACENTOS: por regla general en palabras polisilábicas que terminan en vocal se acentúa en la penúltima sílaba, p.ej. leufú-co (arroyo de agua) que también se escribe leuvú-co y da origen al nombre de una importante población ranküllche: Leuvuco, donde se encontraba el aduar del importante lonco Mariano Rosas, cuyo nombre originario (Pangetrhuz-gner) viene muy bien para retornar al tema de los SUFIJOS: traducido al castellano es “Zorro cazador de leones” puesto que gner significa zorro.

PRONOMBRES. Son los que se ponen en lugar del nombre:

Inché: yo

Inché quizú: yo mismo

Inchemo: conmigo

Quizú: el solo (o el mismo)

Eymi: tu, vos

Ñi: suyo, mío, mi

Teyé: aquel

Fey: ese, esa, él, ella

Quiñeche: alguien, alguno

Pu: los, las

Iney: quién

Iney rume: cualquiera

Tuá: éste

Inchin, Inchuí: nosotros

Nguen (= gen): ser, es, estar, hace

Lihué: vida

Mogen: vivir

CONJUNCIONES. Todas las conjunciones copulativas y disyuntivas son pospuestas.

  1. DISYUNTIVAS: chey; can
  2. COPULATIVAS:

Cay: quizá, también

Egu, egun: con

May: pues, sí; es afirmación, como en Lonquimay (recordar: man significa lo mismo)

May también puede ser ADVERBIO cuando va al principio de la oración:

May huinca gey (o gen) significa “ya es cristiano” porque May = ya / gen = ser, es / huinca = hombre no indio; cristiano

Laguna de Lonquimay

SUSTANTIVOS: todos los nombres sustantivos o propios, de objetos o seres que los indios no conocían en tiempos de la conquista, los adaptaron a su lengua con una pronunciación casi igual: chiñora (señora); cahüal (caballo); huacá (vaca); patiru (padre, al sacerdote); ovisa (oveja); chúcar (azúcar); narranca (naranja); egua (yegua); chamisa (camisa); chilla (silla, montura). A la inversa hubo palabras en mapudungu que fueron españolizadas, p.ej. fochenche (= bochinche)

MISCELÁNEA

Palabras como makuñ (= manta, poncho), si le añadimos el sufijo tun denota –como vimos- una acción: makuñtun pasa a significar “ponerse el poncho”.

MOLL es una partícula que se antepone en algunas locuciones. Por ejemplo “cinco” es “quechú”. Para decir “cada cinco” se expresa “moll quechú”.

SOL en quichua (el idioma de los incas) recibe el nombre INTI, muy similar a la denominación en mapudungu, “ANTÚ”. Pero “antú” también significa DIA, AÑO, TIEMPO. Entonces para decir “cada cinco días” decimos “moll quechú antú”. Algunas aplicaciones más con la palabra SOL:

Coná antú: ponerse el sol / Tripan antú: salida del sol / Lanantú: eclipse de sol (la partícula la en ocasiones significa “no”, es negativa como en árabe; coincidencia).

LUNA es “CUYÉN”, y el mes “cuyenes”

Hue cuyén es luna nueva / pur cuyén es luna llena / lan cuyén, eclipse de luna

PUNTOS CARDINALES: Puel = este / ngullú = oeste / huill = sur / picún = norte.

Algunas parcialidades de la Nación Mapuche se denominaban según su localización geográfica: Picunche = gente del norte / Huilliche = gente del sur / puelche = gente del este (los puelche, que también fueron denominados “querandíes” o “sarandíes”, eran los establecidos en la zona donde Pedro de Mendoza procedió a la primera fundación de Buenos Aires)

DIOS recibe la denominación “NGUENECHEN” (“Gúnechen”). Recordemos que gen o nguen significa SER. Como che es gente, el nombre de Dios traducido sería SER GENTE.

Fucha gen (o Vuta gen) significa “ser viejo”, puesto que “fucha” significa grande (o viejo)

Particularidades sobre razas:

Che como vimos significa gente en general (los oriundos, indígenas sin mezcla de sangre) Mapuche es “gente de la tierra”.

Huincache es el nacido del mestizaje de español/a con indio/a.

Curuche se llama la gente negra (curu = negro)

Coluche: gente colorada (Coluche es aglutinamiento de coluqueo-mapoche). Llaman así a los alemanes, aunque había una etnia a los que Augusto Guinnard denominaba “Coluqueo-mapoches”, de donde deriva el nombre de un famoso lonco del siglo XIX, Coliqueo, cuya tataranieta Beatríz Pichi Malen es una figura importantísima como cantautora en su lengua y conferencista de sus aspectos culturales como pudieron comprobar los españoles de León cuando nos visitó hace unos años; lo mismo  que los pampeanos, cuando me acompañó en la presentación de mi libro “Pasión y Muerte de Nuestro Señor de las Pampas”.

Hueche significa “joven” (literalmente “gente nueva”, porque “hue” = nuevo).

Chuzas es como se llaman sus largas lanzas. Matizamos con la milonga del mismo nombre

Caleidoscopio de palabras al azar:

  1. Es un término derivado del mapudungu para mencionar el “andar en el barro”. En español está CHAPOTEAR para indicar “andar en el agua”, pero no existía un término para el barro. Es un sustantivo que deriva de “chapad” que en mapudungu significa “barro” (es onomatopéyico). Habrán visto cuando un cuadrúpedo va andando en un terreno fangoso, hunde sus patas en el barro y al retirarla se produce una especie de ventosa con un sonido característico que gráficamente es “chapad”; así alternativamente en todas sus patas va produciendo “chapad, chapad, chapad…” Entonces los indios llamaron chapad al barro. Los argentinos le agregamos el sufijo latino “ar” y quedó transformado en el verbo “CHAPALEAR” (que significa “andar en el barro”).
  2. CACHILLA significa “trigo”, siendo una palabra castellana, mapuchizada. Al ser un cereal proveniente de “Castilla” querían llamarlo así y, por deformación fonética, se transformó en “cachilla”. Cachilla-hue literalmente sería “lugar de trigo”, es decir, trigal. Menciono de paso que hue significa tanto nuevo como lugar.
  3. HUINCA o WINCA hay quienes opinan que es contracción de “PU INCA” (muchos incas) y se aplica en general a todos los extranjeros; posiblemente los primeros extranjeros que vieron los mapuche fueron los INCAS que quisieron conquistarlos (aproximadamente en 1470), de modo que los veían como hombres que les querían robar, apropiarse de sus tierras y ganados. Por eso ellos a “HUINCA” le dieron el significado de robo; “huincun” es hurtar, robar bestias o ganados (recordar que la “n” final verbaliza el sustantivo). Por extensión aplicaron también “HUINCA” a los españoles y a los extranjeros en general.
  4. GUALIO o HUALIO es el rayo, y de esta palabra deriva “GUALICHU” O “HUALICHU” (espíritu del mal). ¿Dónde surge la creencia de “gualichu” personificado en “el maligno”? Existe una cueva cerca de Valcheta (provincia de Río Negro), la “cueva del gualichu”, sitio donde los mapuche creían que moraba el diablo. Esta cueva fue producida por un meteorito que vieron caer en tiempo inmemorial como si fuese un rayo (“gualio”), quedando así instalada la leyenda y el nombre.
  5. CURANTO es un conjunto de piedras; es el nombre del guiso típico mapuche, que se prepara haciendo un pozo en la tierra donde se colocan piedras calentadas al fuego, y allí se cuecen juntos mariscos, carne, papas, habas, arvejas, queso, etc.

Macun leufú es el río Agrio, en la provincia de Neuquén.

Poñi o papa de monte

Huihuy leufú  es el verdadero nombre del río Bío-Bío, en Chile; desde este río hasta el lago Nahuel Huapí (en Argentina) habitaban los PEHUENCHES (“gente de los pinares”).

Poñi es papa (patatas) – poñitun es comer papas – poñin cosechar papas – poñihue: lugar donde crecen papas.

Lonco significa cabeza en todo sentido, puede ser la espiga de una gramínea, la cabeza de una persona, la cabeza pensante o estratega de la tribu (lonco = cacique). Loncotun es tirar a alguien de los pelos, mientras que “loncotear” se refiere a una lucha, un juego, tirándose de los pelos.

Pifilca es un instrumento de viento similar a la flauta / Kultrun es el tambor ceremonial

Laque es la boleadora. Laquetun es la acción de salir a bolear

Voro (o Foro) es el hueso, también los dientes, la dentadura. Entuvorove es el dentista, el “saca muelas”.

Chravuun: significa beso.

Yapa es lo que se da sin obligación, se regala / Huitral es el telar tradicional mapuche / Catri significa cortado, quebrada / Co es agua / lo es médano / lavque o lafque: laguna / leufú: río / malal: corral

Bibliografía

Como no soy filólogo es probable que haya cometido algunos errores que ruego sepan disculpar. Fundamentalmente tuve en cuenta la obra de 3 autores: Juan Manuel de Rosas, Lucien Abeille y Federico Barbará.

No voy a extenderme en la enumeración de los méritos de la extraordinaria figura de Juan Manuel de Rosas que llenó una etapa de al menos 25 años en nuestro país, pero sí cabe mencionar que había concluido su tratado en 1825, que había estado en manos de Ernesto Renan para prologarlo y que se lo consideraba perdido hasta que fue encontrado por los investigadores Oscar R. Suárez Caviglia y Enrique Stieben (miembros del “Centro de Estudios Pampeanos”), quienes lo editaron en 1947, con el título “Gramática y Diccionario de la lengua pampa”.

Lucien Abeille era un filólogo francés y miembro de la Sociedad Lingüística de París, que enseñaba lenguas en la Argentina: fue profesor de latín en la Escuela Superior de Guerra, y de francés en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Su excelente libro “El idioma nacional de los argentinos” para comprender el idioma dialectal (o coloquial) argentino había caído en el olvido, hasta que fue reeditado en la “Colección Los Raros” de la Biblioteca Nacional en el año 2005.

En cuanto a Federico Barbará, participó en varias contiendas en las luchas del siglo XIX alcanzando el grado de Teniente Coronel, formando parte en 1855 del Ejército de Operaciones del Sur cuya función era frenar las invasiones de los pampas; en 1879 dio a conocer su “Manual o Vocabulario de la lengua pampa”.

Otros autores de cuya lectura pude entresacar enseñanzas fueron los siguientes:

“Viajes por la América Meridional”, de Félix de Azara

“Diccionario mapuche”. Textos de María Expósito. Ed. Guadal

“Viaje por el Virreinato del Río de la Plata”, de Tadeo Haenke

“Diccionario Tehuelche”, de José María Beauvoir

Es mi deseo dedicar este artículo como homenaje al quehacer de dos personalidades pampeanas que tanto hacen por la reivindicación de la cultura mapuche.  Una de ellas es el Director de Cultura de Uriburu (La Pampa), D. Pascual Fernández, por su ímproba y meritoria tarea en la recuperación de las tradiciones culturales de los “pampas”, aborígenes que poblaron las extensas llanuras pampeanas; tiene en proceso avanzado de realización un Museo Antropológico. El otro, el Profesor Omar Lobos cuyo libro “Juan Calfucurá. Correspondencia 1854-1873” absorbí con avidez lectora de quien percibe la historia contada con meticulosidad, honestidad y base científica proporcionada en la búsqueda de información en archivos genuinos.

               «Pichin Kultrun-ini»: César J. Tamborini Duca

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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