Lunfardo

Lunfardiada o Idioma coloquial argentino

El Quijote

Lunfardiada es Argentina

por ser lengua arrabalera

donde la paica, es la mina

y el susheta un calavera. 

Podemos afirmar que el idioma coloquial argentino es heredero del arcaísmo español (mester de juglaría) que en las pampas se deformó con solecismos y neologismos al que se acoplaron voces del mapudungu formando el mester de gauchería y al acoplarse a éstos los términos del lunfardo dio origen al mester de lunfardía. 

  Mester de juglaría y mester de gauchería (arcaísmo español). La mayor parte de la Edición Príncipe del Quijote pasó a América, y en inventarios de pulperías pampeanas del siglo XVIII se encontraron ejemplares de este libro; en un poema que precede al primer capítulo Babieca dice a Rocinante: “Andá, señor, que estáis muy mal criado…” dice andá  en lugar de andad. La supresión de la “d” en los imperativos (en la segunda persona del plural), frecuente en el Siglo de Oro, se trasplantó al idioma coloquial argentino a través de los gauchos. De ahí también la puteada encomiástica cuando al alabar a alguien decimos ¡qué hijo de puta! imitando a Cervantes cuando el Caballero del Bosque le dice a Sancho “¡Oh, hideputa, puta…etc! aclarando que lo que parece vituperio es alabanza notable. También en “La Esfinge Maragata” de Concha Espina encontramos palabras habituales en el “mester de gauchería”  y en el “de lunfardía”;  ejemplos: ansí, agora, guita. Dice: ¡”Ansí es la vida”! y en otra parte “…poca guita en el bolsillo”.
Por ser Argentina un país cosmopolita incorpora a su lenguaje coloquial palabras de otras lenguas adaptándolas a la morfología castellana: dequera (=cuidado) del inglés take care; “jailafe” (=vividor) del inglés high life; “buyonar” o “buyón” (=comer) del francés bouilloner; del portugués “chumbo” (=bala); del italiano “funghi” (=sombrero). Del “caló” guita (dinero), chamuyar (hablar, tratando de convencer), pirar (irse,

Av. Corrientes. Foto Patricia

fugarse), araca (guarda, cuidado; proviene de aracatanó).   Un buen ejemplo encontramos en un periódico  del 2 de junio de 1978 sobre la fuga de 45 presos de la cárcel Modelo de Barcelona. Un ex presidiario dice “paré el primer coche que venía y me piré”; un Inspector de policía agrega “Y el que no se piró, es porque le dio canguelo” (miedo).

Del Kimbundu, lengua del norte de Angola, rama del Bantú, tenemos lengue, changüí, malambo, abombado, quilombo. Del campestre tenemos gaucho, tioco, costalada, caronero, cuadrera, parejero. Del mapudungu (lengua mapuche): piche, Malena, boliche, che, chapalear, bochinche. En el devenir del tiempo muchas palabras del lunfardo quedan incorporadas al lenguaje popular: funghi, mina, gil, papusa, chamuyo, yiro.

Lunfardo. Su origen; breve consideración metafísica; etapas históricas o evolutivas.

Tanto el lunfardo como el “argot” francés y la “jerga” española, fueron empleados casi exclusivamente por lo maleantes (‘malevos’) que se valían de raros vocablos para ocultar sus propósitos. Sus métodos en la formación de fonemas son la metáfora; la metátesis o inversión silábica (“vesre”), la supresión de fonemas , o una combinación de ambos (ortiba, por batidor = soplón); la combinación de metáfora y supresión (yuta por yunta, costumbre de la policía de patrullar de a dos).

El origen del nombre proviene de lunfa que significa preso, por lo tanto establecemos que es el lenguaje de los presos, es una lengua carcelaria utilizada por los delincuentes para que los demás no lo entiendan.

Memorias de un vigilante

Lenguaje metafísico. Según Nietzsche (“Sobre verdad y mentira en sentido extra moral”) el hombre para existir de una forma social y gregaria necesita un tratado de paz; esto es, se inventa una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria (el lenguaje). Precisamente el forzoso gregarismo de los lunfas hizo que inventaran su lenguaje, el lunfardo. Éste es un lenguaje liberador (para los lunfas) como una afirmación vital, al margen del lenguaje metafísico de la moral. El espíritu libre en contraposición al cuerpo “engayolado”.

Tres etapas históricas del lunfardo.

Una primera etapa carcelaria.  “Fray Mocho” fue un periodista que al llegar a Buenos Aires en 1879 se desempeñó como vigilante, escribiendo un libro basado en experiencias personales (Memorias de un Vigilante) y al referirse a la gente de mal vivir dice “los lunfardos”. Sin embargo tenemos antecedentes escritos más antiguos del idioma delictivo: en 1878 “La Prensa” publicó el primer vocabulario lunfardo titulado “Dialecto de los ladrones”. Y Benigno Lugones publicó en “La Nación” el 19 de marzo de 1879 “Los Beduinos Urbanos”; de él es ésta cuarteta: “Estando en el bolín poliyando/ se presentó el mayorengo:/ a portarlo en cana vengo,/ su mina lo ha delatao”.

Esteban Celedonio Flores

Una segunda etapa que trasciende los muros de la prisión y se instala en los arrabales, con sus palabras trasportadas por allegados a los presos, o por estos mismos al salir en libertad. Viviendo la mayoría en los suburbios es fácil comprender que es allí donde se instala: nace, crece, prolifera en ese límite de la ciudad donde se vislumbran los espacios abiertos del campo, donde los matungos chapalean en el barro sublevado del arrabal porque a sus calles no ha llegado el asfalto, el refugio de compadritos y malevos entreverados con gauchos matreros.

En esta etapa esos vocablos nuevos se fueron incorporando al tango, que se hermana con el lunfardo a través de sus letras y, con su retorno triunfal de Europa (principalmente de Francia) se produce la tercera etapa, porque París es el espejo donde se miran las familias adineradas de Argentina, y se logran romper los cerrojos al que lo tenían encorsetado las damas copetudas de la oligarquía argentina, irrumpiendo cual avalancha incontenible en todos los grupos sociales, y a través de esa simbiosis tango-lunfárdica irreversible, se popularizó el uso del lunfardo.  

Lo que ustedes se preguntarán entonces es si en Argentina se habla el lenguaje de los presidiarios: terminantemente NO. Se habla el lenguaje coloquial argentino, que a mí me gusta denominar Lunfardiada. No debemos caer en la trampa que desactivó Borges en su polémica con Américo Castro (que explico en mi libro “CHE. Lunfardiada” con más detalles). Éste mencionaba a González Tuñón, Vacarezza, Contursi (“La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico, 1941) expresando que versos

CHE. Lunfardiadas

como “con un feca con leche/ y una ensaimada/ vos te venís pal Centro/ de gran bacán” son “síntomas de una alteración grave”; sin sospechar, al decir de Borges, que son caricaturales, porque en el lenguaje corriente nadie pronuncia minushia, canushia, espirajushiar, como se escribe en la copla “El bacán le acanaló/ el escracho a la minushia;/ después espirajushió/ por temor a la canushia”. Y concluye con una pincelada humorística que “este lector inexplicable de Carlos de la Pua y de Yacaré nos revela que TAITA en arrabalero significa padre”. Lamentable confusión de quien desconoce el idioma, confundiendo  Américo Castro 2 términos similares, tata y taita.

Pero aunque no sea el lunfardo puro, lo seguimos llamando así porque en definitiva utilizamos muchas de sus palabras, o la construcción de nuevos sintagmas con la misma metodología, por ejemplo la inversión silábica o “vesre”: feca en lugar de café. Y porque muchísimas de ellas  se utilizan en poemas tangueros, no podemos desconocer que el tango fue el que propició la propagación de este lenguaje en la Argentina: un yobaca ganador en uno de cuyos estribos se sostiene el tango y en el otro el lunfardo, siendo el jinete el nuevo hombre argentino.

César José Tamborini Duca

nuevo hombre argentino

Colofón. Para finalizar este artículo les ofrecemos un breve reportaje de la Cónsul Georgina Bortolotto al Dr. Luis Alposta, médico y prolífico escritor de tango y lunfardo, aspectos en los que prosa y poesía no guardan secretos para su excelsa pluma con la que suele deleitarnos, entre otras creaciones, con “Mosaicos Porteños”. Luis, que “comme il faut” (perdón por la repetición) además de médico es filósofo –con esa filosofía que da el aprendizaje de los circuitos callejeros y el contacto con su gente- es autor entre otras muchas obras de magníficos sonetos y de letras de tango, y con solo mencionar su muy amistosa relación y compromiso tanguero con don Edmundo Rivero creo que sería superfluo agregar más elogios a su trayectoria poética.

Por su parte Georgina es Cónsul Argentina, habiendo desempeñado su última tarea como tal en el Consulado de Vigo, Galicia. Gestión meritoria desde la que apoyó a las distintas Casas Argentinas de su área de influencia, el noroeste español; a más de ser la que implementó el “Consulado Itinerante” llevándolo por primera vez a la recién creada Asociación Casa Argentina en León. Ese fue el punto de partida para que posteriormente otros Consulados Argentinos decidieran implantarlo, evitando que muchos argentinos tuvieran que desplazarse para gestiones consulares, con el ahorro en tiempo y dinero que eso significaba para su economía. Los dejo con Luis y Georgi.

Georgina Bortolotto

Luis Alposta

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo supo enlazar el tango, el lunfardo y la medicina en sus actividades?

 

Ambas disciplinas no son excluyentes. Fueron vocaciones paralelas que se dieron en mí desde muy chico. A veces tengo la sensación de haber estado haciendo durante toda mi vida siempre lo mismo. Y de hecho es lo que vengo haciendo. Es por eso que creo, al menos en mi caso, que lo que se hace en la juventud, es para siempre.

Y una coincidencia: me recibí de médico y, con días de diferencia, me acerqué por primera vez a la Academia Porteña del Lunfardo, que acababa de ser fundada.. Eso fue hace cincuenta y un años.

 

¿Cuál es la función de la Academia?

 

La de fomentar y auspiciar los estudios e investigaciones relativos a las voces y giros del habla popular rioplatense. Propender al registro y al estudio de dichas voces.

Difundir las comunicaciones académicas y publicar un boletín informativo, con la colaboración de los académicos y los trabajos especialmente solicitados a terceros.

Evacuar por secretaría las consultas que sobre temas de su especialidad le sean formuladas a la Academia.

 

¿Cómo logran preservar la continuidad de la Academia?

 

La Academia financia sus actividades mediante las contribuciones que el estatuto impone a sus miembros de número y las donaciones de los Amigos y Protectores. Estos aportes constituyen sus únicos recursos.

 

¿Cuáles son los valores de Luis Alposta?

 

Para esta pregunta creo que pueden existir muchas y muy variadas respuestas dependiendo del concepto de valor que cada uno tenga. Amor, libertad, comunicación, esperanza, son algunos de los valores de los cuales hago uso.

 

¿Cómo se autodefiniría? Como alguien que le está muy agradecido a la vida.

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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