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Camino de Santiago (Memorias del Camino: I)

Camino de Santiago

Camino de Santiago

  1. Breve historia

 

En el año 813 el eremita Paio (o Pelayo) informa al obispo Teodomiro de Iria Flavia (en la actualidad una parroquia perteneciente a Padrón) que se observan luces extrañas en el bosque de su diócesis, Libredón. Teodomiro comunica esta novedad a Alfonso II “El Casto” y en la investigación de este fenómeno se encontró un sepulcro que se consideró perteneciente al apóstol Santiago, y durante el papado de León III se hace oficial la noticia.

 

Sin embargo a partir de un artículo de Louis Duchesne titulado “Saint Jacques en Galice” hay quienes atribuyen ese sepulcro a Prisciliano, el considerado heresiarca por la Iglesia Católica y que fue ejecutado en el año 385 en Treveris (Alemania); sus acólitos habrían trasladado sus restos a su lugar de nacimiento en Galicia. En su momento el Papa León III y el Emperador Carlomagno se apresuraron a certificar que se trataba del Apóstol, para convertir el sepulcro en un lugar de peregrinación que mantuviera la frontera que significaba el reino de Asturias para la cristiandad, único reino de la península libre del avance de los árabes.

El escritor Xuan Bello dijo (El País, 10-VIII-14): “Me imagino aquella primera peregrinación. Alfonso II llega a San Pedro de Nora, al lado de los estrechos límites de su reino, a escasos kilómetros de Oviedo, y echa a andar con los suyos siguiendo la Vía Láctea”. Figura retórica indudablemente para referirse a Compostela, nombre originado en “Campo de Estrellas”.

El Camino primitivo es en realidad el que, pasando por León, llega hasta Oviedo (capital de Asturias) y desde allí pasando por Tineo y Grandas llega hasta Santiago. De la Corte de Oviedo había comunicación constante hasta la Corte de Carlomagno en Estrasburgo. Con Patricia, mi esposa, realizamos el Camino Francés partiendo desde Roncesvalles (Navarra) en el límite con Francia.

 

  1. Algunas consideraciones previas

Una de las cosas más importantes para el que desea realizar este camino religioso-cultural-deportivo son los prolegómenos, los preparativos previos. Llevar todo lo necesario, pero no más de lo imprescindible para no sobrecargarnos con el peso de las mochilas. Y el entrenamiento previo, con el calzado y ropa que se utilizará, junto con la mochila con el peso aproximado al que llevaremos.

Con Patricia comenzamos a entrenar diez días antes, los primeros dos días entre 6 y 8 Km y sin mochila, luego con la mochila efectuábamos a veces 15 o 16 Km, un día 26,200 Km (para cerciorarme, al día siguiente hice el mismo recorrido con el coche), otras veces 17. Tres o cuatro días antes de iniciar el Camino a Patricia le salieron dos ampollas: una en el pulpejo de un dedo, en la punta; y la otra en un costado del talón. Debo reconocer mi asombro por la capacidad de resistencia y el estoicismo con que afrontó el Camino, pues cada día que pasaba le salía un nueva ampolla, de modo que al terminar las etapas según el cronograma previsto en Los Arcos, Navarra (desde Roncesvalles aproximadamente hicimos 115 Km en 5 etapas) tenía ampollas en casi todos los dedos. A mí sólo se me produjo una al tercer día, también en la punta de un dedo.

Debido a una tendinitis en un hombro que me acompaña desde hace unos 15 años, los dos primeros días Patricia llevaba la mochila más pesada: 6.5 Kg. Luego al ver que el hombro no se resentía yo llevaba ésta y ella la de 5 Kg. Mi incipiente artrosis en la articulación de la cabeza del fémur no supuso ninguna sorpresa pues no aumentó la leve molestia que me acompaña siempre.

 

Llevábamos calzado de repuesto que tuve que utilizar al finalizar la última etapa, cuando mis viejas zapatillas dijeron «basta» y se negaron a continuar acompañándome por los caminos de la vida, así que antes de abandonarlas les dí un beso por haberme sido fieles durante tantos kilómetros.

Todo lo que uno se pueda imaginar es nada comparado con la realidad de la dureza del Camino y no creo poder asentar con palabras el sacrificio implícito en la aventura. Solamente viviéndolo se puede saber cómo es en realidad. Al realizar el entrenamiento en terreno llano, el día que hicimos 26,200 Km pensamos que sería ‘jauja’, pues el promedio de cada etapa ronda los 20 o 22 Km (alguna 19, otra 26); nada más lejos de la realidad: el Camino discurre por senderos fragosos, ya sea en zonas boscosas, o de arbustos, o de cultivos; con pendientes a veces muy pronunciadas y por largo trecho (tanto para ascender como en las bajadas), sobre terreno pedregoso, piedras sueltas que obligan a extremar los cuidados para no resbalar, torrenteras que desagotan las aguas durante las fuertes lluvias y dejan marcadas esas sendas con desniveles pronunciados. Al subir, la presión la sienten principalmente la punta de los dedos de los pies, mientras que al bajar -y ésto resulta tan ‘peliagudo’ como la subida- la presión la reciben los talones y las rodillas.

A todo esto agregar que si en entrenamiento efectuar un recorrido de 20 Km significa marchar durante 4 hs, en el Camino esa misma distancia y por las dificultades inherentes al mismo necesita el doble de tiempo; … y doble tiempo soportando el peso de la mochila. Desde la salida en Roncesvalles se conoce gente que día a día efectúa las mismas etapas, de modo que uno se va haciendo conocido de otros, se van intercambiando saludos, se entablan conversaciones (no siempre es posible pues una gran mayoría son extranjeros: hay franceses, belgas, holandeses, italianos); personalmente, establecimos contacto por afinidad con dos matrimonios con los que nos llevábamos muy bien, uno de Catalunya y el otro de Trinidad y Tobago (pero radicados hace muchos años en EE.UU.).

Hay que estar muy atentos a las señales pintadas en árboles y/o piedras que van marcando el Camino pues extraviarse es lo peor que puede suceder, por el esfuerzo adicional de rehacer el camino. De ahí la importancia de llevar una linterna que permita ir visualizando esas señales cuando uno emprende la marcha, que generalmente iniciábamos una hora u hora y media antes del

la sombra acompaña

la sombra acompaña

amanecer. Luego al aparecer el sol, lo que nos indica que la dirección es la correcta (aunque uno haya extraviado la senda) es la propia sombra alargada que nos precede, puesto que nos dirigimos de este a oeste. Al estar en el hemisferio norte, la declinación del sol hacia el sur (en su recorrido de este a oeste) hace que a medida que avanzan las horas, la sombra se va desplazando cada vez más hacia la derecha, y al concluir la etapa generalmente a las 2 de la tarde, esa sombra que nos acompaña está bien a la derecha.

Hay algunos momentos de tregua cuando el camino discurre entre sembradíos de cereales o plantaciones de olivos o viñedos, pero esas pausas, aunque bienvenidas, son contadas. Como la época es propicia, alguna higuera nos permite saborear unos ricos higos, como así también probar las exquisitas uvas de los numerosos viñedos que dan fama a los vinos de Navarra. ¡Me harté de comer moras, a causa de las infinitas zarzamoras que acompañan todo el camino!

Hechas estas disquisiciones o consideraciones previas, a describir ahora las distintas etapas que jalonaron el camino en estos primeros 5 días.

 

Trayecto I: Roncesvalles – Logroño

 

Cruz de Roncesvalles

Cruz de Roncesvalles

El día 9 de septiembre llegamos a Roncesvalles en autobús desde Pamplona, adonde habíamos llegado en tren. Desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela el cartel indica 790 Km, pero seguramente es por carretera, mientras que por el Camino deben ser más kilómetros. En este lugar tomamos 3 fotos, una de la Cruz de Roncesvalles, del siglo XIV.

 

10-IX-09: Salimos desde el albergue de Roncesvalles a las 7 a.m. y cogimos un sendero entre hayedos, robles y acebos rumbo a Burguete. Descendimos hasta un puente antiguo sobre el río Urrubi; luego el camino continúa por una zona ganadera hasta Espinal, donde desayunamos en una casa rural (nos acogieron para desayunar porque no suelen hacerlo, el desayuno es sólo para los que pernoctan), porque por la hora no había ningún sitio abierto.

 

A continuación tuvimos senderos con muchas cuestas, subidas y bajadas hasta llegar a Viscarret donde tomamos un refresco. Hasta aquí recorrimos unos 11 Km. Bordeamos el poblado de Linzoáin y se inicia un pronunciado ascenso hacia el Alto de Erro, entre pinos, hayas y robles; pasamos al lado de una ‘venta’ (que actualmente es establo de vacas) y descendimos hacia Zubiri: un descenso muy pronunciado y con pedruscos sueltos que lo convierten en muy dificultoso. Hasta acá hicimos aproximadamente 23 Km. Paramos en el Albergue de Zubiri, donde existe un puente medieval.

 

11-IX-09: Desde Zubirí hicimos el camino en descenso, (pero intercalado con cuestas que nos hacían subir, y bajar nuevamente continuando ese descenso) pasando por Ilarraz, Esquiroz, Urdániz, LARRASOAÑA (donde fabrican embutidos y unas ricas mortadelas), luego Zuriáin, Zabaldica, Arleta, Huarte, Villava, Burlada y Pamplona entrando por el “Puente de la Magdalena”. Rodeamos la muralla y la cruzamos por el puente de el “Portal de Francia”. Pasamos cerca de la Catedral y llegamos al centro urbano. Etapa muy agotadora.

Camino francés

Camino francés

12-IX-09: salimos de Pamplona atravesando por la calle Mayor, el Bosquecillo, Vuelta del Castillo (bordeando la Ciudadela), cruzamos la Avenida de Sancho el Fuerte, Fuente del Hierro y Campus Universitario; cruzamos el río Sadar y llegamos a Cizur Menor. Pasamos luego por plantaciones de plátanos, y por una pista ancha de tierra se llega a una urbanización; ahí cruzamos la carretera de Galar. Ahora el camino pasa por una pequeña alameda y sigue por lindes de tierras de labor. Bordeamos un arroyo y luego de un pequeño caserío comienza el ascenso de las primeras estribaciones de la Sierra del Perdón.

 

A los 2 Km está Zaraquiegui, caserío que atravesamos; luego comienza una acusada pendiente, por senderos fragosos bordeados

Ayuntamiento Pamplona

Ayuntamiento Pamplona

¡falta bastante!

¡falta bastante!

de encinas, enebros, acebos y matorrales diversos, entre los cuales las zarzamoras, omnipresentes desde la salida de Roncesvalles, me permiten ir comiendo moras durante todo el camino.

 

Finalmente llegamos a lo alto de Santa María de Erreniega (790 m de altitud) en la Sierra del Perdón. Desde esta cima se observa por un lado Pamplona y todo su entorno, con los Pirineos al fondo; y por el otro el valle de Valdizarbe, con Uterga (donde luego paramos a comer algo), Muruzábal y Obanos. Desde la Sierra del Perdón hasta Uterga (aproximadamente 3 Km) hay un descenso pronunciado. Desde aquí, por una pista de asfalto de 1Km se llega a Muruzábal. Ahora el camino discurre paralelo a la carretera hasta llegar a Obanos. Al llegar al Monumento al Peregrino, en ese punto se unen los Caminos de Roncesvalles y de Somport (el Camino Aragonés). Después de un recorrido de 23 Km en esta etapa, bastante dura, llegamos a Puente La Reina, en cuyo albergue pernoctamos.

Monumento al peregrino

Monumento al peregrino

 

13-IX-09: Salimos de Puente la Reina a las 6.40 atravesando el Río Arga por el puente medieval y caminamos por una pista de tierra que se convierte en una estrecha y sinuosa vereda por terreno desigual, entre cerros y barrancos, hasta llegar a Mañeru.

 

Desde este sitio emprendimos rumbo a Cirauqui, donde tomamos una foto en la Puerta Ojival y otra a la salida del pueblo en la calzada romana; existe todavía una antigua calzada romana no muy amplia, aproximadamente 1,50 m de ancho, algo despareja pero bastante bien conservada teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde su construcción. Camino a Lorca existe un puente.

Todos los caminos de esta etapa lo hicimos entre huertos y frutales: almendros, olivos, viñedos, encinas, siempre zarzamoras, a veces alguna higuera (higos muy ricos, jugosos). Cruzamos el río Salado y por caminos y campos de labor avanzamos hasta Villatuerta donde está la Iglesia del siglo XIV con San Veremundo. Seguimos el camino hacia Estella y en el transcurso del mismo pasamos por la Ermita de San Miguel, del siglo X. Al entrar en Estella (después de Pamplona, la ciudad más grande que encontramos) hay un crucero y un puente. Nos alojamos en el Albergue.

Amaneciendo

Amaneciendo

14-IX-09: Salimos de Estella a las 6.40 por la carretera de Logroño (N-111). Luego de un breve recorrido por un sendero, cruzamos la N-111 hacia las Bodegas Irache donde desde 1991 funciona la “fuente del vino” (lo temprano de la hora nos impidió ‘encurdelarnos’ pues faltaba 1 hora para que saliera vino por el grifo); a falta de vino nos conformamos con la fuente de agua.

 

Seguimos en dirección a Azqueta en medio de un encinar; en el camino tomamos 1 foto del amanecer. Luego por un camino que en ocasiones invade algún cultivo de cereal y algunos viñedos, nos dirigimos a Villamayor de Monjardín; antes de llegar se deja a la

acceso fuente de los moros

acceso fuente de los moros

derecha la exótica “Fuente de los Moros” y se puede observar en lo alto del monte las majestuosas ruinas del Castillo de Monjardín.

 

En Villamayor de Monjardín está la Iglesia del siglo XII; a la salida del pueblo

fuente de los moros

fuente de los moros

tenemos una vista que abarca Iglesia y Castillo. Después de desayunar emprendimos camino hacia Los Arcos, situada a 12 Km y sin ningún pueblo intermedio; un trazado levemente ondulado entre muchos viñedos y algunos olivares nos hizo llevadera esta etapa, llegando a Los Arcos a las 11.30 sorprendidos de la rapidez.

 

15-IX-09: Salimos de Los Arcos, para lo cual previamente se cruza la carretera provincial NA-129 y el puente sobre el río Odrón, tomando luego una estrecha pista asfaltada que pronto se convierte en pista de tierra. En la primera encrucijada hay que tomar el camino de la derecha por el que se atraviesa un arroyo y se llega a Sansol. Cruzando la N-111 hay un corto y brusco descenso hacia el río Linares, que se cruza por un puente que nos lleva a Torres del Río.

 

¡Se hace camino al andar!

¡Se hace camino al andar!

Se atraviesa el caserío y a la salida del mismo se sube una ladera que nos aproxima a la N-111 que se sitúa paralela, a la derecha; avanzando por este camino llegamos a la ermita de la Virgen del Poyo. Y unos 150 metros después, por una pista de tierra se cruza la comarcal que lleva a Bargota, hasta cruzar el río Cornava después de pasar por una serie de almendros, viñedos y olivares. Después de atravesar Cornava y por la carretera N-111 entramos en Viana.

 

Desde Viana hasta Logroño estará siempre presente la N-111, en un primer tramo a nuestra derecha en un pronunciado descenso, y la cruzamos enseguida para tomar un camino de tierra –ancho y firme- que va avanzando entre olivares y viñedos hasta alcanzar la ermita de la Trinidad de Cuevas. Luego Camino y Carretera coinciden unos metros pero luego se la abandona nuevamente por la izquierda, y por un camino de tierra de unos 3 Km se va bordeando el cerro de Cantabria por su vertiente norte. Continúa el descenso hasta cruzar el río Ebro por su famoso “Puente de Piedra”. Girando a la derecha por la Rúa Vieja pasamos por detrás de Santa María del Palacio.

 

Final de etapa hasta dentro de unos días.                                         César J. Tamborini Duca

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César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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