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Camino de Santiago (Memorias del Camino: y VII)

Trayecto Ponferrada – Santiago de Compostela

 

Castillo Templario

Castillo Templario

En la etapa anterior les comenté respecto a la VIA DE LA PLATA y la Asociación Monte Urba de La Bañeza, que desde 1988 hasta este año de 2010 realizaron el “Camino de la Vía de la Plata” por etapas, en 23 ocasiones, acumulando experiencia y contactos, muy necesarios en esta ocasión por tratarse de un Año Jacobeo y eso hace difícil conseguir alojamientos en albergues de Galicia si no son reservados con anticipación, máxime si el objetivo es llegar el 25 de julio, el día consagrado al Santo, como era nuestro caso.

Por ese motivo y gracias a la presentación de nuestro amigo Rafael Cabo del Riego nos incorporamos al grupo a partir de Ponferrada, aunque previamente participamos de charlas en La Bañeza donde se explicaron los distintos aspectos de la marcha, y el sábado 10, con posterioridad a la celebración de la Eucaristía, el sacerdote don Arturo –uno de los artífices de la Asociación- procedió a la Bendición e Imposición de las Conchas que deberíamos llevar siempre colgadas al cuello. Aparte del magnífico amigo Rafa ya citado, participaban también el cura don Arturo (que nos sorprendió en algunas

localidades cuando después de dar misa, participaba de la “charanga” del grupo, “Ollo o Can”), su hermano Paco Cabo, Tino, Miguel, la Dra. Mercedes que aliviaba a enfermos y lesionados, Maxi, el alcalde José Palazuelo y su esposa Mari Trini, y muchos más con los cuales compartimos momentos inolvidables.

El hecho de viajar en grupo con metas y actividades preestablecidas que debíamos respetar, es posible hubiera afectado un poco el relato minucioso que hice hasta este momento. No obstante espero reflejar lo mejor posible los pormenores del Camino.

Puerta del Perdón. Villafranca del Bierzo

Puerta del Perdón. Villafranca del Bierzo

15-VII-10: salimos de Ponferrada como a las 5 de la mañana bordeando unos metros la carretera de Villablino (C-631) y luego tomamos el Camino Real. Atravesamos Fuentes Nuevas y poco más de 1 Km después llegamos a Camponaraya. Descendemos entre viñedos al valle del Arroyo Magaz. Cruzamos la carretera y continuamos por un camino de concentración entre viñedos, entrando en Cacabelos por la Calle de los Peregrinos.

En Cacabelos cruzamos por el puente sobre el Río Cúa, donde observamos a la derecha el Santuario de la Virgen de la Quinta Angustia. Un poco más adelante y a la izquierda hay un cerro con las ruinas de “Castrum Bergidum”. Luego nos encontramos con la Iglesia de Santiago (del s. XII, de estilo románico) con su “Puerta del Perdón”, a la entrada de Villafranca del Bierzo. Por un privilegio del Papa español Calixto III (1455-1458) los peregrinos impedidos de continuar viaje podían ganar allí el jubileo.

Por la Calle del Agua que atraviesa Villafranca del Bierzo de un extremo a otro, se llega al puente sobre el río Burbia y continuamos por el camino paralelo al Río Valcarce y a la Nacional VI hasta llegar a Pereje, donde concluimos la etapa después de realizar unos 30 Km.

16-VII-10: desde Pereje iniciamos una etapa dura pues debemos ascender hasta el Cebreiro, ascenso que comienza al llegar a Trabadelo. Siempre paralelos al río Valcarce, atravesamos Portela, Ambasmestas (donde se reúnen los ríos Valcarce y Balboa), Vega de Valcarce, Herrerías (donde se fundía el hierro de las minas del Caurel). Después llegamos a La Faba y a Laguna de Castilla, última población leonesa.

Desde Herrerías el ascenso a O Cebreiro es muy duro, pues llegamos a una altitud de 1293 m. En esta zona hay “pallozas”, típicas construcciones circulares de piedras techadas con paja. Además de los viñedos, los castaños y nogales se enseñorean de éstas fértiles tierras leonesas.

Palloza

Palloza

Alto de San Roque

Alto de San Roque

17-VII-10: de una altitud aproximada a los 1300 m descenderemos hasta los 665 m. Bajando del Cebreiro la primera población es Liñares (topónimo originado en las plantaciones de lino). Luego hay un leve ascenso hasta el Alto de San Roque para entrar luego en Hospital da Condesa y más adelante en Padornelo, donde se inicia un duro –aunque breve- ascenso al Alto de Poio, a 1337 m de altitud. Atravesamos Fonfría, Biduedo, Filloval y As Pasantes (todo en descenso), Ramil con su castaño centenario (algunos dicen que tiene más de 400 años), y a 1 Km Triacastela o “Tría Castrum” (tres castros).

18-VII-10: desde Triacastela el Camino se bifurca, pudiendo optar por San Xil o por Samos. Optamos por éste último pues nos permitirá apreciar el imponente conjunto arquitectónico de su Monasterio Benedictino (situado en el valle del río Ouribio), de estilo renacentista y barroco por cuanto fue edificado entre los s. XVI a XVIII. A las afueras del Monasterio se conserva la “Capilla del Ciprés” o del Salvador (del s. XI).

Monasterio de Samos

Monasterio de Samos

Continuamos el Camino pasando por Foxos y una serie de pequeñas aldeas entre castaños centenarios, para encontrarnos con el Camino de San Xil a la altura de Perros y continuar ahora unidos hasta Sarria, de la cual hay noticias ya en el s. VI. En la parte más alta de la Villa se encontraba el Castillo de Sarria, del que solo se conserva una parte al ser destruido durante las “guerras de los irmandiños” (s. XV). En esta zona alta también se encuentra el Convento de la Magdalena (s. XIII); se accede a este sitio pasando por el puente sobre el río Ouribio, por la Rúa do Peregrino, la Escalinata Mayor y la Rúa Mayor.

Iglesia de Santiago de Barbadelo

Iglesia de Santiago de Barbadelo

19-VII-10: nos alejamos de Sarria cruzando el río Celeiro por un pequeño puente románico (Ponte Aspera). En esta etapa con pequeñas subidas y bajadas en aproximadamente 22 Km hasta llegar a Portomarín, atravesamos 22 pueblitos; entre otros Barbadelo con su iglesia de estilo románico gallego: Santiago de Barbadelo (s. XII). Los bosques de carballos (robles) alternan con los prados en una sucesión de aldeas similares unas a otras: Domiz, Leimán, Peruscallo, Cortiñas, Lavandeira, Casal, Brea. Más adelante Ferreiros, que albergaba una importante “ferrería” donde los monjes producían clavos para el calzado. Otra sucesión de pequeños pueblos hasta descender al majestuoso río Miño, cuyo puente atravesamos para entrar en Portomarín.

Digresión de un peregrino

Relato aparte merecen las incidencias del polideportivo donde nos albergamos. Al concluir felizmente el Camino de Santiago realizando las etapas pendientes desde Ponferrada hasta Santiago de Compostela, una experiencia única al realizar en total caminando con mi esposa aproximadamente algo más de 800 kilómetros, permitiéndonos conocer la cultura de tan vasto territorio en su sentido más amplio: religión, historia, geografía, aspectos sociales y económicos, etc. me permito hacer algunas reflexiones.

En primer lugar dejar en claro que fuimos recibidos con total amabilidad en todos los sitios (no solo en Galicia, que sabemos sienten un gran afecto por los argentinos) como lo habrán percibido las gentes de todas las nacionalidades que participaron de esta experiencia. Resaltar que el Camino en general está en buenas condiciones y bien señalizado, con algunas lagunas en particular pero que no afectan lo antedicho. Sin embargo debo señalar dos puntos negros, aparte del peligroso Puente de Villarente que mencionara en una ocasión anterior y que a día de hoy está solucionado.

Llegamos a Portomarín donde nos alojamos en su Polideportivo Municipal: unas instalaciones tan precarias y deficientes no corresponden a los de un país civilizado como España; podíamos prescindir del agua caliente y ducharnos con agua fría y eso no representa un problema; podíamos prescindir de las colchonetas y dormir sobre una esterilla y un saco. Una y otra experiencia sobrellevamos sin problemas en otros sitios. Pero lo que resulta imperdonable, por el daño a la imagen de Galicia y España en general, es el deficiente estado de sus instalaciones sanitarias: letrinas en las que no funcionaba el agua de evacuación, pisos inundados, deficientes condiciones de higiene que representan un peligroso atentado a la salud pública no sólo de los peregrinos, pues se supone que al polideportivo acuden niños y jóvenes de la localidad para los pertinentes entrenamientos y pruebas deportivas.

No sé dónde está el fallo, si en el Ayuntamiento, el Consejo o la Junta pero una inspección de higiene en cualquier empresa particular, conllevaría su clausura inmediata. ¿No se habrán enterado en Portomarín que el 2010 era Año Xacobeo para tomar mínimas medidas que aseguraran el bienestar de la gran cantidad de gente que atravesaría la ciudad?

Cola en el polideportivo

Cola en el polideportivo

Cola en el polideportivo

Cola en el polideportivo

El otro punto corresponde al Polideportivo de Arca Pino en donde pese al enorme aflujo de personas (está a sólo 20 Km de Santiago) y sin realizar en sus instalaciones ningún tipo de actividad ese día (22 de julio), permaneció con sus puertas cerradas hasta las 16.35, originando una gran aglomeración de gente que sufría los rigores de la canícula, muchas de ellas afectadas con llagas en sus pies después de realizar tantos kilómetros, alguna afiebrada, y … ¿resultaría tan oneroso para el organismo correspondiente, que hubiera una persona desde las 11.00 a.m., hora en que comienzan a llegar los peregrinos evitando así las aglomeraciones y permitiendo el descanso?.

Debo reseñar que una delegación de 85 jóvenes que venían desde Murcia y padecieron los mismos rigores de los demás, una vez instalados decidieron abandonar el polideportivo en señal de protesta por el trato recibido.

En uno y otro caso se trata de instalaciones en las que cobran una cantidad de dinero mínima, pero que al multiplicar por las 400 o 500 personas que acogen suman una cantidad apreciable; y si la contribución fuese aumentada en la irrisoria cantidad de 50 céntimos de euro “per cápita” que no desequilibraría el presupuesto de ninguna persona, habría un ingreso extra de entre 200 y 250 euros diarios, más que suficiente para tener un servicio de limpieza de las instalaciones. Y si ésta no es la solución… pues seguro que debería haber otra.

20-VII-10: antes de las seis (aún era de noche) nos aprestamos a subir la cuesta a la salida de Portomarín, el Monte de San Antonio; luego se desciende hasta Toxibo y Gonzar para posteriormente llegar a Castromaior donde están las ruinas del castro que da nombre a la población, y una pequeña iglesia románica (s. XII). Zarzamoras, pinares, jaras, robles y eucaliptus –que abundan en esta zona- flanqueaban el trayecto, que sucesivamente nos acerca a Hospital de la Cruz, Ventas de Narón, Prebisa, Lameiros (con su Cruceiro y la capilla de San Marcos) y Ligonde, con su arquitectura rural y sus calles de sabor medieval.

Posteriormente Eirexe, Portos, Lestedo; un poco apartado del Camino se encuentra Vilar de Donas con su iglesia románica dedicada al Salvador, la más valiosa de más de 20 pequeñas iglesias románicas del Municipio de Palas de Rei.

Tras una corta subida se entra en Valos y después de 1 Km la pista se une a la N-547 cerca de Brea, y por un camino paralelo a la misma, después de 3 Km llegamos a Palas de Rei (“Pallatium Regis”).

21-VII-10: flanqueando la N-547 nos dirigimos a San Julián do Camiño. La leyenda dice que un noble soldado, Julián, da muerte a sus padres por error; pagó su pecado sirviendo como hospitalero con su esposa Adela (¿o Elvira?) hasta que un ángel le comunicó el perdón de Dios.

Una pista asfaltada nos lleva a Pallota, Outeiro da Ponte, se cruza el río Pambre y comienza un ligero ascenso entre pinos y carballos, para descender luego al valle del río Villar hasta Campanilla. Pasamos luego el límite entre Lugo y A Coruña, establecido entre los poblados de Coto y Cornixa. En Leboreiro (“Campus Leporarius” o Campo de las liebres) hay una iglesia románica del s. XIII.

En Disicabo el Camino pasa por el pequeño puente medieval de la Magdalena, por el que se cruza el río Seco y después de circular por una pista de tierra compactada se llega a Furelos. Poco más de 1 Km después se entra en Melide y, atravesando un frondoso bosque de robles y eucaliptus, llegamos a Raido.

Cruzando el arroyo Valverde se desciende por A Peroxa hasta Boente, continuando el descenso hasta el valle del río Boente, y se entra luego en Castañeda. Luego Pedrido, Río y, pasado el puente medieval sobre el río Iso, llegamos a Ribadiso. Tres kilómetros más adelante nos espera Arzúa, hermosa villa jacobea famosa por sus quesos.

22-VII-10: desde Arzúa pequeñas aldeas van salpicando este tramo, que discurre entre eucaliptus, muchas con topónimos alusivos al Camino: Calzada, Rua, Calle. También están Ferreiros, Santa Irene, Burgo y así llegamos a Arca Pino (o Pedrouzo) donde se produjo el incidente que mencioné en la digresión.

Catedral de Santiago

Catedral de Santiago

23-VII-10: última etapa. A 3 Km de Arca se arriba a Amenal y de ahí a Cimadevilla, desde donde se inicia un ascenso por un camino forestal, pasando por San Paio, contracción en variante gallega de San Pelayo; es un pequeño poblado de aspecto medieval. A 1 Km aproximadamente está Lavacolla en cuyo río, según la tradición, los peregrinos se desvestían y lavaban íntegramente para presentarse debidamente ante el apóstol. Luego tenemos que acometer la fuerte subida del Monte del Gozo, desde donde se alcanza a divisar la ciudad, pero apenas las torres de la Catedral a causa de unos árboles que tapan la visión. Recorrimos emocionados el corto trayecto que faltaba para la entrada a la ciudad, y nos encaminamos a la Plaza del Obradoiro, punto final de la peregrinación.

Hicimos la correspondiente cola de hora y media para entrar por la Puerta del Perdón y dar el abrazo al Santo; y posteriormente a la Secretaría de Peregrinos luego de acreditar con nuestra Credencial haber realizado más de 100 Km caminando, mínimo exigido para obtener la “Compostelana”; claro que en nuestro caso hicimos poco mas de 800 kilómetros. Posteriormente nos alojamos para pernoctar en el Colegio de los Salesianos.

24-VII-10: Muchísima gente en los aledaños de la Plaza del Obradoiro, lo que no impidió que pudiéramos entrar a la Catedral para la misa de las 12, pues era la dedicada a todos los peregrinos entre los que nos contábamos.

25-VII-10: Día de la Fiesta del Patrón de España. Visitamos nuevamente la Catedral, la Plaza del Obradoiro y los aledaños, y a las 18 horas tomamos el autocar que nos dejó en la Plaza de El Salvador de La Bañeza como a las 22.30 hs. Desde ahí hasta Veguellina de Órbigo son solamente 15 Km, una nimiedad en coche después de recorrer tantos kilómetros caminando, mientras escuchábamos la voz de la cantante Ángeles Ruibal cantando para nuestro deleite (y ahora el de ustedes) “Romaxe de Nosa Señora da Barca”. La amiga Ángeles, gallega-argentina-gallega (permítanme la epanadiplosis que utilizo teniendo en cuenta sus sucesivos hábitat) tiene un amplio repertorio de sus dos nacionalidades, y la excelencia prima en todos sus registros.

 

Como culminación y como el Camino también es poesía, agrego unos versos de Antonio Machado que corresponden a la canción que nos hiciera escuchar la maravillosa voz de Joan Manuel Serrat en la primera etapa:

 

CAMINANTE NO HAY CAMINO

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar.

 

César J. Tamborini Duca

Compostelana

Compostelana

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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