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Mundial de fútbol 2010

¿CUÁL ES EL PROBLEMA?

Tal vez la culpa la tenga Mr. Jabulani. El tan mentado (y maltratado a patadas) Jabulani, del que algunos dijeron «es redondo y hay que patearlo», para otros constituía un adefesio. Y algo de razón tendrían unos y otros. sin embargo a mí se me hace que los segundos llevan un poquito más de  razón. No había más que ver a eximios pateadores (o «shoteadores» si lo prefieren) lanzar tiros de falta desde posición inmejorable, desde sitios donde se presume el gol si el portero no es muy avispado, hacerle un guiño a los ángeles del cielo con un balonazo que si no perforaba una nube, era porque el día resultaba soleado. Una y otra vez, desde los pies más hábiles del fútbol mundial y en pases que solían ser milimétricos,el balón se iba irremediablemente pa’arriba.
Hay para todos los gustos. Para algunos la culpa será del portero. Sin ir más lejos en el primer gol del partido Argentina-Alemania escuché decir «el portero no tuvo nada que hacer». Sin embargo viendo repetida la jugada, a mí se me hace que si por una suerte de transmigración hubiera estado Casillas en ese postrer instante, el gol no se producía. Es una sensación mía, vamos, que percibí desde el primer lanzamiento a puerta en el primer partido (y en sucesivos) que por suerte resultó desviado, tener la percepción que se arrojaba medio segundo tarde. Ese medio segundo que hace a un balón transformarse en gol. Tener reflejos, que le dicen. Pero no es mi intención hacer leña del árbol caído ni culpar a jugadores ni técnico, que cada uno hizo lo que sabe y pudo hacer; ni más ni menos.
¿No tendremos que culpar a las «meigas» convocadas por los gallegos, a tenor de la masiva postura favorable al triunfo teutónico? Maradona mediante. Si por lo menos no hablara, se discutiría menos sus escasos conocimientos tácticos. Y aquí es donde llegamos al nudo del embrollo de un partido que tuvo repercusión en el siguiente. Repercusión afectiva, se entiende.
¿Cuál es el problema para que los argentinos, no ya de Argentina sino los que vivimos en España, quisieran que ganara Alemania? En casa, opiniones divididas; yo mantenía mi postura inicial, que si no ganaba Argentina prefería que lo hiciera España. que por algo me considero también español y gocé con el gol de Puyol. Y con un triunfo doblemente satisfactorio porque constituyó una venganza para los argentinos al hacerlo a nuestro estilo (qué pena no habernos enfrentado en semifinales para poder observar un partido de fútbol hecho filigranas güiraldianas). No fue al ritmo de pasodoble a que nos tenía acostumbrada la España anterior, la «furia española».
No señor, fue a ritmo de tango como fue demolida la aceitada maquinaria de la «división Panzer» germana, al ritmo de la nueva España futbolera que no en vano hizo acopio de los grandes del fútbol argentino en las últimas décadas. Te mirás en el espejo y las posturas son simétricas. Ese ritmo que enaltece. La languidez mórbida del tango en un paso al costado, del tiqui – taca – taca – tiqui del pase lateral; la pausa sensual previa a la vaselina o el caño, la corrida, la pared y el quiebre de cintura. El ocho y… sólo faltaba la sentada con la que nos deleitaba Pierino González (pero esto es otra historia, la del Boca de la década del ’50 del siglo pasado). Mejor, volvamos al problema.
¿Y vos -le pregunto a mi mujer que inicialmente pensaba como yo- por qué querés el triunfo de Alemania? «Porque los españoles en su mayoría se inclinaron por la derrota de Argentina; no es de recibo que por un bocazas se castigue toda la gente de un país». Por una vez le doy la razón. Acabáramos, el «problema es Maradona. Pero ¿acaso no sabemos quién es «el Pelusa? Fue el mejor jugador del mundo. Punto y aparte. Conocemos su trayectoria personal, su inteligencia (evito usar el antónimo), su chabacanería fruto de un entorno social que no supo, no quiso o no pudo modificar.
[audio:/audio/El sueño del pibe.mp3]
Entonces les comenté a los «gomías gaitas» que, en última instancia, ‘el Pelusa’ NO TIENE LA CULPA, él es así. Pero los dirigentes del fútbol argentino saben muy bien cómo es el «técnico» (así entrecomillado pues al parecer carece de la titulación correspondiente) designado por ellos, su conducta es conocida públicamente; incapaz de trazarse una trayectoria personal ejemplar ¿cómo pretendemos que sea el guía de un grupo de futbolistas? Toda la culpa de lo que acontece, no sólo en lo futbolístico sino en todos los aspectos del acontecer grupal, recae en las AUTORIDADES QUE DESIGNARON al eje sobre el que giraría toda la maquinaria.
Pero esto nos lleva a otra reflexión: las pasiones desatadas por los espectáculos masivos, en este caso el fútbol, para que dos grupos sociales recíprocamente queridos y admirados se enfrenten aunque más no sea en el deseo «perjudicial para el otro». Y esto viene a colación por un correo recibido de Argentina: «soy nieta de españoles y siempre quise y tuve una imagen positiva del pueblo español, pero no quiero que ganen el mundial porque se portaron mal con muchos argentinos a los que impidieron el acceso a España».
¿Se imaginan en Argentina, todo el mundo a la calle, en manifestación contra los españoles por la política migratoria ‘DE LAS AUTORIDADES’ que impide el libre acceso a la tierra de nuestros ancestros? Ese sí que es el problema. En última instancia, las prohibiciones, que cada vez resultan más agobiantes. Muchos recordarán Mayo del ’68:
PROHIBIDO PROHIBIR.

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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