Caleidoscopio

Carta del amigo «Fito»

Inauguramos nueva sección en este jóven pero cada vez más maduro blog de temáticas tan variopintas como multiculturales con este e-mail que nos envía Rodolfo «Fito» Leiro.

Hola poeta!

Felicitalo a tu figlio por el maravilloso encanto de la página, sugestiva, brillante y campesina, que me trajo dormidos entusiasmos de mis tiempos de pibe, cuando me hacía unas cuarenta cuadras a pie para mirar las cuadreras…..

Y cerquita, una empeñosa y belicosa jugada de tabas…..

Y cerquita del pueblo, las carreras de sortijas…..

O el lechero, con sus tarros al costado, llevando la leche, casa por casa…..

O el verdulero, recuerdo a don Santiago Cañete, con sus dichos camperos….

Ah. tiempos.

Maravilloso el emprendimiento, espléndida la página, que poco irá enriqueciendo con nuevas vivencias, una riña de gallos, un tanque austrailiano al que, en las tórridas horas de verano, solíamos concurrir para darnos un baño…..

o el aguatero del pueblo, echando un poco de agua sobre la calcinada tierra y el polvo que levantaba el viento……

O el sulky, con que los paisanos solían venir de visitas y de lujosa estantería…..

Para las compras, estaba el charret, y para el trabajo ¡quien tenía un tractor, un Massey Harrys» en aquel entonces!, estaban los arados, los aporcadores y mas antes el mancera……

Y en la casa de los pudientes, con unas vacas y la desnatadadora marca Alfa Laval…..

La tarraja, un elemento que en el campo no faltaba y cuando no la había, pues iba el peoncito o el boyero a pedirla prestada al vecino……

y el galpón para guardar los enseres, en tiempos en que, todavía, los silos mostraban su presencia raleada en algunas estancias de alto rango…..

O en los que compraban el cereal a precio vil, entre los cuales los Bunge y Born marcaban rumbos y precios….

Las muchahas casaderas, que se casaban por turno, primero la mayor……¡que tiempos, querido hermano pampeano!

Y cuando llegaba la langosta, como digo en mi «Evaristo», con pieses y con manos para salvar algo de la laboriosa cosecha…

Tiempo de trabajo y sacrificio, hombres de coraje y valentía que hicieron grande a mi Argentina que después destruyeron los impecables señores de la dialéctica elocuente y de la promesa fácil…

La chata infaltable que comía caminos a paso lento pero seguro mientras una pequeña fragua moldeaba herraduras…

Y el pingo de los domingos, pa lucirse caracoleando por el pueblo, con las pupilas ardientes tratando de encandilar a la moza pueblerina, siempre ansiosa del brazo de un hombre…

Arriba con la página, estamos en el buen camino.

Mi abrazo

Rodolfo Leiro

Rodolfo "Fito" Leiro en una entrevista realizada por el locutor y actor Carlos Fernández para el stand argentino de la EXPOGALAECIA XI, celebrada en la ciudad de Vigo, España, el 1 de noviembre de 2008.

Rodolfo Leiro está considerado por sus pares como el «Maestro del Soneto». Nacido en Junín (Provincia de Buenos Aires) se comprende la nostalgia «pampera» que trasunta su emotiva y poética carta; se trasladó a principios de la década del ’40 del siglo pasado para transitar por las aulas magistrales de la universidad de la calle en el Barrio de Boedo, que lo adoptó como hijo predilecto. Colaborador de la Revista «Argentinos de León», tiene en su haber más de 50 libros editados, y varios ensayos y poemas. Este año está postulado para el premio Nóbel de Literatura y los que deseen enviar su adhesión, pueden hacerlo a la siguiente dirección de e-mail: niniane1959@hotmail.com
También puedes visitar su página web: http://www.leiropoesia.com.ar/

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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