Aguafuertes hispano-argentinas

El Teide

Volcán Teide

Volcán Teide

Para los primitivos guanches era “Echeide” o “Echeyde”, que significa ‘infierno’; ellos  lo imaginaban como la figura maligna de Guayota, simbolizando la montaña que albergaba las fuerzas del mal. Hoy tiene 3718 metros pero llegó a tener más de 5000. Hundimientos y desmoronamientos (hacia una de las laderas, que por eso tiene menos pendiente) le hicieron perder altura. El mismo nombre ‘Tenerife’ proviene del volcán, pues Tenerife significa ‘Montaña Blanca’, ‘Montaña Nevada’. La última erupción en la isla tuvo lugar en 1909, pero no en el Teide propiamente.   

La flora canaria es muy variada; exuberante diría, tal es su cantidad: rosas chinas (“ibiscus”) por doquier, jacarandaes, framboyano (árbol muy parecido al anterior pero de flores rojas), plataneros, una gran variedad de palmeras y el “drago”, árbol característico de Canarias parecido a una palmera con muchas ramificaciones, como si fuese una hidra de múltiples cabezas. Hay en la isla una gran variedad de papas, más de 20, y grande es también la variedad en su preparación. Pero si en la gastronomía está omnipresente la papa con sus múltiples variedades que recrean el paladar, no podía faltar el viñedo para preparar exquisitos vinos, y hay una región llamada ‘el icod de los vinos’ (icod es palabra guanche que significa “lugar”). Entonces las papilas gustativas de la lengua agradecen acompañar el tubérculo de origen americano con un varietal vinícola, la “baboso negro” que recibe el influjo de la lava, y de la brisa atlántica que apacigua ese raspón volcánico.

Drago. Icod de los Vinos

Drago. Icod de los Vinos

Los aborígenes canarios (de probable origen norte africano, y las afinidades entre la lengua local y la bereber refuerzan ésta hipótesis) eran conocidos como “guanches” y poseyeron las islas hasta la conquista castellana. Eran guerreros y utilizaban lanzas, masas y piedras arrojadizas; no utilizaban arco y flecha (se parecían en esto a las armas utilizadas por los mapuche de las pampas). Tampoco usaban escudo y –al igual que los gauchos- para la defensa se enrollaban sus propias prendas de vestir en el brazo (para más sorpresa, otra similitud: el sufijo “che” tanto en mapu-che como en guan-che).

A finales de mayo de 1494 tuvo lugar la batalla de “Matanza de Acentejo” donde los guanches derrotaron a los castellanos. Éstos se recuperaron, venciendo el 14 de noviembre de 1495 en la “batalla de la Victoria” (en La Laguna). Posteriormente, en mayo de 1496, los guerreros guanches se someten mediante el pacto conocido como “Paz de los Realejos”.

Escrito en El Puerto de la Cruz, en enero de 2008                                        César Tamborini

About author
César José Tamborini Duca, pampeano-bonaerense que también firma como "Cronopio", es odontólogo de profesión y amante de la lectura y escritura. Esta última circunstancia y su emigración a España hace veinte años, le impulsaron a crear Pampeando y Tangueando y plasmar en él su cariño a la Patria lejana.
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